Sencillamente perfecto, o eso debería, pero no. Ni es una máquina de derrapaje controlado (bueno, quizá sí), ni parece un kart ni tiene un brutal sonido que inunde el habitáculo. No obstante, es un coche tremendamente sorprendente. El Subaru BRZ, hermano gemelo del Toyota GT86 (y primo carnal […]