Quedan 20 minutos para que mi compañero Juan me deje este AMG GT 63 cerca de Las Cuatro Torres, y como hacía tiempo que no me subía a los mandos de un coche tan especial, para amenizar la espera decidí entrar en el configurador de la web de Mercedes.
Lo primero, las versiones de motor: selecciono GT 63, lo que nos lleva a un precio de partida de 223.124 € (quedando únicamente por encima la versión E PERFORMANCE, que incorpora tecnología híbrida enchufable). Esta versión nos pone un V8 biturbo con tracción integral, capaz de hacer un 0-100 en 3,2 segundos y de ponerse a 315 km/h. Según voy leyendo y configurando los diferentes aspectos de «mi» coche, solo pienso una cosa: Porsche 911 Turbo.
Por fin suena el teléfono, Juan está abajo. En la calle espera un Mercedes-AMG GT 63 azul oscuro con llanta negra que, aunque «discreto», atrapa la mirada del buen entendedor como más tarde pude comprobar en el aparcamiento de mi oficina. Intercambiamos dos breves frases porque íbamos con prisa, pero estas dos frases ya decían mucho sobre este coche:
-Yo: 911 Turbo money ¿eh? Este coche supera holgadamente los 200.000 €…
-Juan: TODO en él es muy «911 Turbo»
Y es que no podemos olvidar que al final del día, el Porsche 911, y en especial el Turbo, es el coche con el que cualquiera de nosotros compara un deportivo de estas características. Con esto en la cabeza, me subí y lo aparqué en la oficina hasta completar la interminable jornada laboral que me quedaba. Unas cuantas horas después bajo al garaje, y ya tengo tiempo para pararme a observarlo con calma.