Decepción es lo que siento tras una primera gran impresión del coche en parado. Deja que me explique: en estático el coche tiene una estampa impresionante. Quizá sea algo más discreto que un BMW M3 Touring -especialmente en este color- pero puedes ver cómo la gente lo mira al pasar sin prestar especial atención, e inmediatamente después vuelven a girar la cabeza para mirar de nuevo: no saben lo que es, ni cuantos caballos tiene, pero saben que no es un coche normal. Lo sienten, lo perciben a través de las inmensas llantas (quizá uno de los diseños más bonitos y originales de los últimos años), del capó abultado, de los 4 escapes o de los splitters, difusores y otros elementos aerodinámicos que no están ahí por casualidad.
Sin embargo tras todo este espectáculo -incluido el apellido F1 Edition-, mi compañero Marco me dice que este es «el cuatro cilindros» (¿Cuatro cilindros en un «63 S»? ¿Dónde han quedado los V8? pienso). Escéptico, arranco el motor esperando al menos un grito de guerra furioso emanando de los 4 escapes… Y es aquí donde llega la gran decepción. ¿Pero qué broma es esta? ¡No puede sonar tan poco, es imposible! Durante un rato jugamos con los modos de conducción para ver si la cosa mejora, pero no hay cambios evidentes y, para colmo, pisando el gas en vacío el coche no pasa de 3500 rpm.
La imagen de alguien enseñando su «63 S» nuevo a sus amigotes y dando algunos golpes de gas para fardar un poco de cochazo (que lo es, como veremos más tarde) se me antoja burda. Una broma de mal gusto. Mercedes: si BMW y su M4 CS pueden hacer que todos se den la vuelta al arrancar el motor, ¡vosotros también!
El interior sigue la tónica actual de Mercedes: ergonomía perfecta, diseño vanguardista, luces de colores configurables por todas partes y una consola central con una pantalla enorme, tendencia que siguen muchas marcas y que me temo en 10 años se verá desfasada y pasada de moda. Estoy deseando que se vuelva atrás y recuperemos -al menos algunos- los botones de siempre. La calidad interior, salvo pequeños detalles en plástico duro, es comparable a la competencia y acorde a un coche que parte de los 150.000 € (algo más de 170.000 € nuestra unidad que equipa el Pack F1 Edition, a la que aún hay que sumar algunos extras).