Lamentablemente no todo es ir campo a través en esta vida y a veces hay que seguir negros senderos de asfalto. Algunos son cómodos, anchos y rectos. Otros son empinados, tortuosos y difíciles. Estos últimos son los únicos que le gustan al STi.
Cuando la carretera comienza a ascender y las curvas se cierran, los demás coche empiezan a mostar sus debilidades, su torpeza y resto de vergüenzas. El Subaru Impreza, sin embargo, es como el atleta que se arremanga y empieza a correr. Negocia las curvas acelerando y su efectiva tracción integral te empujará hacia arriba enlazando las curvas del puerto de montaña con una eficacia pasmosa.
Es muy fácil dejarse llevar por este coche e ir rápido; sin embargo, la sensación que tendremos es de que nuestra velocidad no es tan alta. No hablo de km/h, sino de segundos entre curva y curva. Para ir a velocidades que impongan en el Subaru ya hay que conocer perfectamente de antemano las reacciones de este coche; es necesario, por tanto, cierto aprendizaje. Pero es que además existen factores que no facilitan esta tarea. La dirección, por ejemplo, tiene un tacto muy bueno a baja velocidad, pero transmite lo mismo a 30 km/h que a 130 km/h: muy poco. Sólo nos queda enconmendarnos al buen hacer del chasis del Impreza porque en muchas ocasiones no sabemos qué estará pasando. ¿Por qué iba Subaru a fallar en algo así? La dirección es un elemento determinante para la comunicación entre coche y piloto, no creo que Subaru no lo haya tenido presente. La respuesta no es sencilla, pero yo pienso que esta falta de trasmitisión de la dirección está relacionanda con el sistema de tracción.
Tanto el Impreza como su competencia de motor turbo y tracción total castigan mucho las ruedas delanteras, literalmente las devoran yendo rápido. Se debe a la elevada cantidad de tracción que aportan a dichas ruedas mientras, en muchos casos, se encuentran en pleno apoyo y, por consiguiente, no paralelas a la trayectoria que está siguiendo el vehículo. Las fuerzas que se registran en este momento provocan que el desgaste de los flancos sea muy alto, puesto que no sólo reciben el apoyo del peso del coche y lo guían, sino que, además, están proporcionando empuje. Todo este trabajo del tren delantero debe de generar unos elevados esfuerzos en la columna de dirección que Subaru posiblemente haya tratado de diluir antes de que los reciba el piloto, ya que no es información útil para ir más rápido. Pero en este proceso también ha filtrado otra información del contacto con el asfalto que, si se conducen deportivos más «básicos» habitualmente, se echa de menos.
Un problema difícil de solucionar, sin duda, pero que paulatinamente notaremos menos. Los coches cada vez filtran más información; esto es un hecho (nunca más habrá deportivos de verdad, el mundo se acaba… ya sabéis).
Pero cabe la salvación, toda esa información llega hasta a nosotros a través de un sólo camino: los neumáticos. Cuatro enormes Dunlop SP 600 245/40 R18 que llamaban poderosamente la atención por su agresivo dibujo asimétrico, al menos por la parte exterior. Parecen dos ruedas en una: por el exterior parecen semislicks mientras que el interior es mucho más convencional. El agarre es muy bueno y el desgaste no fue excesivo tras bastantes kilómetros recorridos a un ritmo elevado.
A favor del Subaru juegan otros mandos que tenemos a nuestro alcance, como el cambio y el pedal de freno. La palanca de cambios se nota dura, pero sólamente hasta que llegamos a la primera zona donde queremos cambiar con decisión. Ahí nos damos cuenta de que la dureza es la adecuada, los recorridos son cortos y es muy efectiva. Sin embargo, el guiado, para mí, no fue del todo preciso ya que me llevó a errar varias veces algunas marchas (sobre todo el paso de 2ª a 3ª, ya que me quedaba sin tiempo para subir la marcha y volver a reducir antes de la curva; torpe que es uno).
El pedal del freno tiene un tacto excelente: duro, corto y preciso. Permite dosificar la frenada al gusto, es muy potente y los frenos Brembo de 4 pistones no parecían fáciles de cansar. Al menos nosotros no lo hemos hecho, un excelente resultado cuando se está en carreteras de montaña con nosotros a los mandos.
Otro tema bien diferente es el de la electrónica. Cuando rodamos en carreteras abiertas, solemos hacerlo siempre con el ESP activado, o en alguna suerte de modo «Sport» que tienen algunos modelos, pero con el Impreza no acababa de encontrarme cómodo. Notaba cómo se quedaba muerto a la salida de las curvas cuando pisábamos con ímpetu. No es que no fuera rápido (habría dejado atrás a más de uno), pero recordaba cómo el día anterior los 305 caballos iban al suelo con mucha más rabia rodando en tierra y sin controles, por lo que decidí probar esa combinación en asfalto. ¡Bingo!
Aunque es un coche que destaca por su precisión en la rodadura, me pareció que la forma más efectiva y divertida de conducirlo era girando el volante muy rápido y provocando que la trasera redondeara la curva; de otro modo el subviraje aparezca cuando estás llegando al apoyo (que en teoría da más seguridad en carreteras abiertas y tal y cual, pero no me acaba de gustar).
Si previenes ese subviraje con un poco de movimiento de la trasera, el comportamiento es más neutro y la diversión está asegurada. Curiosamente, Jason Plato dice exactamente lo mismo… ¡pero de otro coche!, el impreza preparado por Litchfield (type 25 le llaman) ¿Habrá Subaru tomado nota de los ingleses? Ojalá hubiera visto este vídeo antes de probar el coche, me habría ahorrado mucho tiempo de prueba-error.
De todos modos olvidad grandes cruzadas en asfalto seco (que lástima no haberlo probado bien en mojado), pues la adherencia es muy grande y recupera la trazada enseguida, lo que hace que vayas todo el rato al límite en el habitáculo. Los baquets son muy bonitos pero el agarre es escaso, así que cuando vas de copiloto es normal ir asiéndote a todos los agarraderos que hay a mano.
Pero todo se acaba y la vuelta a casa, a veces, toca hacerla por esas aburridas carreteras llamadas autopistas. El Impreza STi tiene un 6ª marcha que parece hecha para este propósito y el ruido en el interior es más de transmisión que de motor, no resulta especialmente molesto. Lo que sí es molesto es la grandísima falta de respuesta del coche a baja velocidad en 6ª; incluso sabiendo a priori que es la zona más desfavorable de este motor sorprende que te obligue a bajar a 5ª con frecuencia cuando hay tráfico en la autopista.
Lo más sorprendente es que esa marcha debería rebajar el consumo del coche, pues bien: lo hace, pero no todo lo que esperábamos. Los consumos nos resultaron disparatados: yendo rápido superábamos los 30l/100 en los picos de consumo. Combinando los tramos rápidos con tramos a velocidad tranquila y autopista finalizábamos el depósito en 18l/100 ¿Qué estábamos haciendo mal? Decidimos salir de dudas.
En ciudad es un tormento para conducir y más con un Impreza: hay muchos ruidos en su interior que no te ayudan a ir relajado, ¡tú quieres correr con este coche y el mundo no te deja! Badenes, radares, peatones y retenciones ya se preocupan de que tengas que sufrir un poquito. En estas condiciones decidimos descubrir hasta cuánto podíamos reducir el consumo del Impreza, ¿llegaríamos a un consumo razonable que nos permitiera decir que es un coche que se puede utilizar a diario?
Sobra decir que no lo conseguimos, en cuanto había un hueco exprimíamos una marcha y destrozábamos la media de consumo. Al final no bajamos de 13 l/100, pero eso no quiere decir que no se pueda, quiere decir que si tienes sangre en las venas es muy difícil no darle un apretón de vez en cuando a este coche. Entre tanta «maquinaria» y electrónica tiene algo que se llama ¿alma? No lo creo. Pero algo tiene… y los japoneses ya han descubierto cómo hacerlo para que nos enganche.
Como decíamos al principio requiere habituarse a sus reacciones, es un coche pesado (casi 1600 kg), con tracción total y una generosa cantidad de goma en contacto con el asfalto. Esto no es el Impreza de los 90, no; a pesar de pasar de ser una berlina a un «compacto», sus cotas no se han reducido y menos an su peso.´
Sorprende lo voluminoso que resulta, por ejemplo, al lado de un VW Golf, al que supera en todas sus cotas: 20 cm más largo, 15 cm más ancho y, sobre todo, un pelín (1 cm) más alto. Comparado con un Impreza de primera generación la cosa se pone aún peor: es más largo que un Impreza WRX de 1992, más ancho y 7 cm más alto… ¿qué está pasando con los coches? Mejor no comentamos los 380 kg adicionales, ¿es esto optimización? Un 30% más de peso para, al fin y al cabo, lo mismo: tener 5 plazas para quitarle los asientos, los guarnecidos y todo lo que pesa dentro del habitáculo para poder montar una jaula y unos baquets y dedicarnos a correr. Creedme, esto es lo mejor que podemos hacer con el Impreza, vaciarlo y correr con él.
Olvidémonos de las pegas sobre el papel, la ingeniería está ahí. Sólo hay que atacar la misma curva 3 o 4 veces para darse cuenta. Subámonos después a un «deportivo» de la competencia y tratemos de hacer lo mismo, os aseguro que el resultado será desastroso. El Impreza es, cómo me gusta este adjetivo, devastador. Es difícil ir más rápido con otro coche en muchísimas circunstacias, ¿cuántos Porsche habrán tragado saliva al coincidir con él en el paddock antes de acceder a la pista en un track-day? ¿Cuántos Focus RS lo habrán visto desaparecer subiendo un puerto de montaña a medida que la humedad aparecía con la altura a primeras horas de una mañana de fin de semana?
No se puede tener todo, y cuando vamos por debajo del 80% de las posibilidades (del STi o de nuestras dotes de pilotaje), las sensaciones no son agradables, no es un coche de disfrutar paseando y no pega en la puerta de un exclusivo club ¿A quién le importa?
El resto de las fotos, en nuestro Flickr:
Inspiración e información:
Extra Lap
http://www.vimeo.com/11023261
Por Juan Achiaga.
Extra Lap 2
nachetetm
22 de abril de 2010 a las 04:04Me gusta la palabra, ¡devastador! Creo que es perfecta para este coche. Imagino que así me sentiría (devastado) tras probarlo y darme cuenta que no soy capaz de extraer ni el 50% de lo que este coche debe ser capaz de dar. Tiene que ser una auténtica bestia del asfalto.
Al hilo de lo que apuntas, delarosa, sobre el aumento de peso y tamaño, yo estoy completamente de acuerdo. Estos coches (incluyendo el Evo) se han civilizado mucho. En parte creo, por exigencias del mercado americano, donde no conocen el mundo de los rallies, y por tanto nadie lo compra como posible grupo N a alistar en un rally local, sino como «street racer» para hacer carreras en linea recta con otros coches japos o yankees preparados. Vamos, un pecado. Por tanto, ese mercado, inmenso por otro lado, no aprecia que este es un coche prácticamente preparado para competir, de ahí el aburguesamiento para contentar al cliente potencial. Bajo mi punto de vista, la cumbre de estos coches en cuanto a pureza se produjo con el Mitsu Evo V y el Scooby Spec B que se nombraba en la primera parte de la prueba. A partir de ahí han ido mejorando la técnica, (lo que los hace más rápidos) a la par que se ha incrementado el aburguesamiento, disminuyendo las sensaciones.
Cesar
22 de abril de 2010 a las 05:06Gran trabajo, excelente investigación, prueba de campo y opiniones cualitativas que transmiten al lector las más adecuadas sensaciones. Muy inspirador, sobre todo cuando se es un ferviente seguidor de esta leyenda: STI. Felicitaciones, de verdad!
PD. Ahora a por un SpecC, Type25, EVO FQ…
SR20DE
22 de abril de 2010 a las 10:12peazo video! y que peligro tiene esa foto…la parte 3 va a ser «aire»?? sobre el peso extra digo yo que tendrá mucho que ver elementos de seguridad, confort, electrónica…
seguid asi, aunque un poco mas rápido que la espera entre partes se hace interminable!! xD
Jose Manuel
22 de abril de 2010 a las 11:07Que extraña sensación me ha producido el leer este artículo; salvando las enormes distancias es una perfecta descripción del coche que conduzco, un impreza diesel. El motor suena raro,los plásticos parecen los de un contenedor de vidrios reciclado, no tiene bajos, el paso de 6ª a 5ª acaba en 3ª cuando no estás atento, tiene un salto de 1000 vueltas entre 2ª y 3ª que te deja tirado muy a menudo, la dirección no transmite nada, las butacas no sujetan, la carrocería balancea, el maletero es de juguete y sin embargo el coche me encanta.
Frena mucho y bien, balanceas un pelín el coche a la entrada de la curva y sale catapultado recto, en fin, que vuela sobre carreteras secundarias retorcidas y llenas de trampas, que son las que me gustan. Es increible que me lo pase tan bien estirando a muerte la segunda, apurando la frenada y haciendo punta tacón en un diesel remolón con un cambio pejiguero. Supongo que le tengo que dar las gracias a lo pequeña que es Subaru, los 4 ingenieros que hacen sus coches de verdad deben haber sido los que han hecho el mío de mentira.
NueveOnce
22 de abril de 2010 a las 11:39Devastado es como me quedo yo cada vez que veo uno en azulito!
Me encanta, no se si por lo bruto que parece y que a la vez hace que no sea un coche de diario.
Por cierto fotón la del velocimetro con las agujas en movimiento (se mueven todas las agujas al arrancar?) y la de las ruedas accelerando en la tierra!
Saludos
neich_clarke
22 de abril de 2010 a las 14:41increíble artículo, gracias de verdad, con reportajes así, seguro q me ponéis más fácil la labor de convencer a mi pareja de que este o su primo de mitsu, son el coche ideal cuando cambie el mío actual, y como dice mi tocayo nachetetm creo que da respeto y seguridad el saber q por muy Loeb que nos creamos nunca le sacaremos todo lo que pueden dar estos bixos, ya lo pone en el catálogo del Evo, encontrará sus límites antes que los del coche.
reiteraros mi enhorabuena, sobre todo por los dos últimos párrafos y solo pediros que sigáis así, un abrazo.
Juan Lasheras
22 de abril de 2010 a las 15:36Para mí uno de los mejores artículos en mucho tiempo, fotos, texto, ¡un video!… Quizá no es el coche que más me haya gustado en terminos de sensaciones – no suena mucho, acostubrarse al embrague-cambio…- pero en efectividad pura es incrible. Está a otro nivel.
ivanmex
22 de abril de 2010 a las 21:37Lamentablemente los coches son cada vez más pesados.
Marcos Ferreiro
22 de abril de 2010 a las 22:09Chicos, sois la caña, mira que me gustan vuestras fotos… la redacción es impecable y lo del vídeo… uy uy uy… queremos más vídeos!!!!
juan
22 de abril de 2010 a las 23:09Un coche claramente para disfrutar y olvidarte de los insignificantes detalles, consumo, calidad de acabados, etc…Dan ganas de comprarse uno!!!lastima que no saquen versiones mas baratas…
juan
22 de abril de 2010 a las 23:18Por cierto me gusta el video!!!un buen comienzo, uno en cada prueba estaria muy bien!!ole!!
xavier
25 de abril de 2010 a las 12:44Un gran trabajo con el Impreza. Me ha gustado el adjetivo, pero no tanto como el coche. Se me ha despertado, perdón, encendido el piloto que llevamos dentro a quienes nos gusta conducir rapido en carreteras con un cartel que nos avisa de tramo serpenteante. Esperaré un tiempo a que salga el nuevo para plantearmelo con seriedad. Por cierto, tengo una pregunta que provablemente alguien conozca. ¿El STi europeo 2011 a parte de estar en las dos carrocerias, va equipar el motor de 2 litros o seguira con el 2.5?
Muchas gracias, tanto por el articulo como para quien sea tan amable de responder.
Juan Lasheras
25 de abril de 2010 a las 21:45Xavier, me aventuro a decir que en Europa – exceptuando Reino Unido, donde seguro que llegan algunas unidades de importación – montarán sólo los motores 2.5 como viene siendo común desde la segunda generación.
Salu2
Prueba Subaru WRX STI, domina la tierra | E7radio noticias, de Venezuela y el mundo
3 de septiembre de 2014 a las 23:51[…] a compara contigo mismo, y eso es lo que le sucede al STI: está solo. Cuando probamos el anterior STI hatchback y el anterior STI Sedan teníamos la referencia de los EVOs de la época pero Mitsubishi ha […]