Todos los tenemos, el problema es que es embarazoso contarlos. En mi caso uno de esos secretos es un tramo de carretera de montaña que recuerdo siempre pero que desafía toda lógica. Y, claro, uno quiere seguir siendo una persona respetable, con una opinión a tener en cuenta, con credibilidad. Quizá hoy pierda todo eso, pero ahí va: uno de los mejores tramos de mi vida fue con un Citröen Saxo. Hasta aquí todo bien, ya estoy viendo vuestra imagen mental: Saxo VTS 16v, son suspensiones, centralita, baquets… o quizá algo más bestia.
Alguno tendrá algo así en mente
Pues no, mi primer coche fue, y sigue siendo ya que está vivo en mi casa, un Citröen Saxo 1.4 Mónaco (el nombre es muy evocador pero la edición Mónaco solamente incluía aire acondicionado y pintura metalizada, un derroche de lujo). Para más inri es 5 puertas, otro factor determinante en cuanto a pretensiones racing. La única concesión deportiva fue un alerón que venía como opción, costó la friolera de 25.000 pesetas (150€ para los de la ESO). En aquel momento no se podía pedir más y doy fe de que cumplió con creces para mis aspiraciones deportivas de la época.
Cuando en realidad se parecía más a este otro Saxo (pero el mío tenía alerón)
Este prodigio de la tecnología me transportó por España durante años pero en aquel momento ni siquiera conocía el mundillo: circuitos, tramos… mi afición por los coches era algo más teórica, ya que devoraba revistas desde hacía años y no estaba involucrado en ningún club, foro o agrupación por el estilo. Afotunadamente conseguí reconducir mi camino y pasé a disfrutar de los coches en primera persona. Y por eso el tramo que viene a mi memoria resulta más sorprendente, porque no fue en aquella época. El tramo que recuerdo con más cariño lo hice hace un par de años, con Juan como copiloto, en un momento en el que ya habíamos probado muchísimos deportivos y en el que incluso ya tenía mi 944 Turbo. ¿Por que motivo entonces disfruté tanto aquel día?
En el artículo COCHES DE TRACCIÓN DELANTERA QUE ME GUSTAN POR MENOS DE 10.000€ (Septiembre de 2012) decía lo siguiente:
La ventaja particular de las, comunmente llamadas, pelotillas suele ser su economía de uso (ojo, que no siempre). Son coches bastante ligeros, muy ágiles y que te pueden humillar en un angosto tramo de curvas.Para ya inmolarme del todo he de confesar que dos de los mejores tramos de mi vida los recuerdo con coches absolutamente indignos sobre el papel, dos pelotillas sin siquiera aspiraciones deportivas: Saxo 1.4 (75 Cv y 820 kg) y Toyota Yaris 1.3 (87 Cv, de alquiler y con tres marcas diferentes de neumáticos repartidas entre las cuatro ruedas).
Hay un extraño placer, un gozo indescriptible en poder ir pie a tabla, sin miramientos, sin pensar “cuidado que se rompe”, en lidiar con una adherencia muy baja que te permite jugar con la transferencia de masas del coche con total facilidad. Negaré haber dicho todo esto en el futuro.
Pues parece que no sólo no lo he negado si no que, además, vuelve a salir un artículo sobre el tema. Quizá el haber llevado hace un poco un delantera en el que volábamos por el Ring haya revivido esos recuerdos, ¡qué gran mañana de circuito nos regaló el Swift en el Ring!.
El Saxo 1.4, para ser justos, no iba nada mal. Con 75 cv y 820 kg no era una gacela en el 0 a 100 (11 segundos) pero en combinación con una Michelin Energy 165/70R13 se movía más que dignamente en carreteras de curvas, eso sí, de lado todo el rato. La combinación de bajo peso, un motor razonable para mover el coche dignamente y poquísimo agarre da un equilibrio divertido. Si me pongo purista podría decir que sólo le falta ser trasera pero no sería cierto. Con tan poco motor sería muy difícil aprovechar su condición de trasera para descolocarlo con gas y, sin embargo, al tener tan poco peso atrás es muy fácil descolocarlo con un golpe de volante. Recuerdo hacer medias rotondas de lado de camino a… en una pista deslizante.
En una carretera muy revirada y que te conozcas bien puedes ir verdaderamente rápido. El truco está en acelerar mucho y frenar poco, tomando las curvas lo más rápido posible (parece obvio, ¿verdad?). Y lo es, es obvio y fácil. Un coche como este te permite ir cerca del límite con facilidad y cuando estás cerca del límite de un coche la diversión es infinita. En carretera abierta el límite no lo pone el coche sino la carretera y el sentido común debe ser el que te diga: hasta aquí. Por eso me he encontrado en muchas situaciones que me lo pasaba igual de bien con una «pelotilla» que con deportivos con 285 de goma, que no había manera de mover con gracia en una carretera de curvas sin exponerse más de lo debido.
Pero el Saxo tiene algo especial, quizá porque lo he conducido durante miles y miles de kilómetros, ha hecho mudanzas, ha ido al supermercado, ha estado en festivales de música, en pueblos perdidos de España y en muchas playas. Esos viajes por autopista en los que había que bajar a 4ª porque llegaba una cuesta arriba o que había que quitar el aire acondicionado para coronar una pendiente sin quedarse muerto. Planificabas los adelantamientos con días de antelación y si veías una cuesta arriba cogías carrerilla, así era la vida con 75 cv, una curiosa conexión con el coche. Pero además me ha dado alguno de esos momentos especiales, de tomar las curvas en el mismo límite. Meter volante con el pie todavía en el freno para entrar descolocado y arrastar el culo durante metros porque de otro modo el subviraje te arruinaría la curva. Estar en pleno apoyo y levantar el pie para sacar la trasera del sitio, esas florituras no se deben hacer con un coche de 1.500 kg pero con poco más de 800 te puedes permitir ciertas alegrías.
Este Saxo ya tiene algo de preparación
Quizá por estos motivos siempre me hayan gustado los coches pequeños y matones, cuando era más joven miraba con envidia los VTS 16v que en Galicia eran legión en aquella época. Me quedé con las ganas de haber probado uno y hasta hoy nunca lo he hecho. También me gustaban el 106 gti (esencialmente el mismo coche), el Clio 16v (el Williams eran palabras mayores), el Corsa GSI de la primera generación… no sólo se veían por la calle a diario si no también en los rallies, a veces poniendo en aprietos a aparatos de mucho más empaque, pero con muchos más kilos. Los coches grandes no se encuentran a gusto en tramos estrechos y ahí es donde más brillan estos pequeños GTIs. Con el tiempo, y pudiendo disfrutar de circuito de vez en cuando, he ido pasando a la propulsión pero no dejo de mirar atrás y recordar lo divertidos que eran estos coches. La semana pasada con el Suzuki Swift en el Ring disfruté muchísimo y volvieron a mi mente todos estos recuerdos, así que este fin de semana cogí el Saxo y me hice de nuevo ese tramo que guardo en el recuerdo. Yo solo, un día por la mañana con la carretera desierta, con este Saxo que tantos kilómetros ha compartido conmigo. Pues, adivinad qué, fue igual de bueno de lo que recordaba.
Me alegro de que este coche siga estando en mi garaje, aunque no lo vea más que una vez cada dos o tres meses. Manías que tiene uno, pequeños secretos inconfesables. Quizá es que no haga falta más para disfrutar.
Ah, y con llantas de chapa, ¿para qué más?.
Extra Lap
El tramo al que hago alusión es una parte del tramo de Montemuiño, que se corre en el Rally de Noia. Este es el aspecto que presenta durante un rally.
Normalmente la carretera suele estar un poco más limpia y con menos «espectadores», aunque así también tiene su encanto.
dacer
23 de julio de 2014 a las 12:40Yo también he disfruta un Saxo, aunque un 1.1 de 60cv. Antes de este tuve (heredado) un Seat Ritmo 1.2 65cv. Con ambos puedo decir que es fácil llegar al limite del coche, pero que eso da más placer de conducción que coches posteriores, un Saab 9.3 classic 2.0t gasolina (98-02)de 150cv (aun lo poseo), que el mayor placer es que en mitad de entrada a la autovía ya vas a 140km/h, o mi otro coche, un Toyota Auris TS Hybrid, poco pensado para el racing o buscarle el limite (el único limite es buscarle una calentón a la electrónica e inversores). Es lo que tiene ser papa, que el peque impera confort.
Lo mejor de mis dos primeros coches, es que te enseñan los limites, te enseñan a adelantar, como dices planificándolo kms antes, en vez del saab turbo, que con mover el dedo gordo del pie ya habías ganado 50km/h en 2segundos, si muchísimo más seguro, pero sin sabor.
Un saludo
Tiffossi81
23 de julio de 2014 a las 13:40Creo que la mayoría hemos disfrutado de pelotillas. MI primer coche tenía menos aspiraciones, fue un Lancia Y 1.1, con el motor fire de unos teóricos 55CV y unos escuetos 750 kg. Y si, ahora mi actual coche, corre, acelera, frena más…, pero como decía aquel era más facil llevarlo al límite y bajar de él con una sonrisa de oreja a oreja.
Una de las mejores anécdotas, fue una noche, volviendo de la desaparecida Scorpia, en Igualada, regresábamos por la c243. Una de esas carreteras próximas a casa que tenemos grabada en la retina. Aquella noche llevábamos un Opel Tigra delante y mi copi iba cantando las curvas emulando a Luis Moya, 12 kilómetros de curva después llegamos al punto finl con un fuerte olor de frenos, eufóricos después de uno de los mejores «piques». Hoy 11 -12 años después todavía guardamos en el grupo de amigos, grandes recuerdos de aquel cochecito.
Con aquel coche cumplí un sueño de que mi primer coche tenía que ser un italiano rojo.
nachetetm
23 de julio de 2014 a las 13:49Yo todavía recuerdo un viaje que hice con dos colegas en un Hyundai Atos de alquiler por Creta. Aquello no corría nada pero derrapaba de las cuatro ruedas que daba gusto, y con la carretera vacía pude hacer el burro a conciencia. Al día siguiente volví, recogí el MX5 que tenía por aquel entonces aparcado en el aeropuerto y casi se me cae el mundo a los pies volviendo a casa y viendo que no me divertía ni la mitad de lo que lo había hecho con el Atos… Le apreté tanto y por montaña que me pusieron la única multa por exceso de velocidad que la policía ha tenido el «honor» de cazarme. Al final me di cuenta que cada uno se conduce de forma diferente y hay que cambiar el chip; el MX5 se disfruta de otra manera. Fue una sensación extraña que no se ha vuelto a repetir, pero cada vez que recuerdo el Atos se me dibuja una sonrisa :-D
Endi
23 de julio de 2014 a las 14:01Este articulo me trae grandisimos recuerdos del k fue mi primer coche propio el de mi padre no cuenta jajaja mi pekeño ford fiesta xr2i con ese coche e disfrutado muchisimo y el dia k verdaderamente lo puse al limite de sus capacidades me dejor sorprendidisimo y os lo contaria con sumo gusto pero terminaria preso solo os digo k en una frenada muy fuerte se me descolgo el culo a 120 hace un año un amigo compro un swift gti y los disfru igual s direccion asistida sin abs sin nada esa sensacion no me la va a dar nada nisiquiera el impreza sti del 2004 k ando rondando para comprarme
ramon roca maseda
23 de julio de 2014 a las 14:04Estais hablando coches modestos, pero de coches que os introdujeron en Kamasutra del automóvil, de modo que ya nunca sereis meros usuarios cumplidores de «las reglas».
Os comprendo y os alabo.
Yo fui introducido por el CR 4828 A, un simpático Seat 127 verde, qepd.
Indeciso
23 de julio de 2014 a las 15:04Algún día os contaré mis historias con un Nissan Micra 80 cv gasolina con cero electrónica…
CarlosAMG
23 de julio de 2014 a las 15:49Me has recordado a mi actualmente con mi 206 1.4Hdi 70cv;lo de planificar los adelantamientos con años de antelacion,lo de descolocar el coche con solo girar el volante,y sobre todo lo rapido que puedes llegar a ir con coches asi,que en recta no corren,pero en curvas no lo hacen nada mal,yo mismo le tengo sacado los colores en curvas a coches mucho mas potentes,aunque despues en recta me arrancaran las pegatinas;son coches que quedaran para siempre en nuestra memoria.(y en mi caso lo del AC es un lujo que no tengo,menos mal que soy de Coruña :P )
Un saludo de otro gallego con pelotilla incorporada,estupendo articulo :)
arribi
23 de julio de 2014 a las 18:41creo que (casi) todos hemos tenido (o tenemos, como es mi caso) un coche de estas características. mi primer coche fue (aunque es más grande y pesado que los que mencionáis vosostros) un Ford Orion del 93, 1.6 gasolina, 90cv cuando era nuevo. con él empecé a disfrutar de los coches en primera persona (es lo que tiene no tener carnet hasta que te lo sacas XD).
tal y como mencionas, hay que quitar el aire en las cuestas arriba y ponerlo en las bajadas, hay que planificar muy muy bien cualquier adelantamiento, bajando un par de machas y apurando el motor, hay que tomar carrerilla en las subidas (aún recuerdo cómo una vez empecé a subir una cuesta a 140 y para el final ir a 80 y tener que reducir), cuestas en las que incluso puede pasarte un camión.
pero tal y como comentas son tan básicos y tan anti-deportivos, que te hacen sacarle lo máximo todo el rato y disfrutar como un enano.
ahora conduzco un Clio RS 197, pero aún poseo el Orion y cada vez que lo cojo me trae muchos recuerdos. son coches a los que les coges mucho cariño.
PD: mi Orion también tiene un alerón XD
Andrés Prada
24 de julio de 2014 a las 02:02Muy bueno el artículo, se nota que le tienes mucho aprecio al Saxo, son coches muy ágiles y divertidos como nos cuentas, ojalá dure mucho tiempo en tu garaje.
¡Saludos!
SergioQ4
24 de julio de 2014 a las 06:57Que lindo artículo!!! Yo empecé a divertirme con un Fiat Uno 1992 1.6 82cv, ahora tengo un auto que duplica la potencia y claramente se siente tal cual lo que mencionan, cada vez estoy mas tentado en comprarme algún cachivache viejo (Alfa 33, entre otros), pero los buenos están muy caros y los accesibles muy destruidos… Claramente la mayoría somos de una generación en vías de extinción… En la época actual hay que ser «políticamente correcto», está horrorosamente mal visto exceder un límite de velocidad, «divertirse» manejando, hacer alguna mejora o preparación sobre el auto, tener un escape que suene; sin embargo está bien visto, tener pantallas touchscreen, internet, facebook y twiter dentro del auto, inútiles alerones mal hechos, tener un auto ecológico, manejar como Flanders… el mundo se volvió muy aburrido para algunos…
joxepo666
24 de julio de 2014 a las 09:56Yo también guardo grandes recuerdos de mi Hyundai accent 1.3, no era una «pelotilla» como tal, pero su bajo peso me hacía disfrutar como un enano de la carretera entre Vitoria y el Circuito de Los Arcos. Aunque con el que mejor me lo he pasado fue un Suzuki Wagon R+ de alquiler en Menorca, aquél si que dejaba en ridículo a coches mucho más potentes en las carreteras de grava. jeje!
Patabrava
24 de julio de 2014 a las 13:24Madre mía.
Para rememorar lo bueno del recuerdo de nuestro primer coche o de un tramo que tengamos idealizado creo que no era necesario caer en la bajeza de contar bondades de coches que pueden ser dignos EN OTROS blogs, pero no en este.
Me voy un rato a releer otras entradas.
delarosa
24 de julio de 2014 a las 16:18@Patabrava
Ya estamos, otro talibán. Creo recordar que tienes. un coche de carreras delantera, y más pesado aun que mi querido Saxo, ¿me equivoco?
Y de idealizado nada, si lees el artículo verá que el tramo lo he vuelto a hacer este mismo fin de semana con el mismo coche. Y sí, también he hecho ese tramo con el Porsche (con el Westfield aun no).
Menos mal que nos conocemos mucho que si no tendría que ser aun más vehemente.
Ángel Martín
24 de julio de 2014 a las 17:19Me ha encantado el post Delarosa. A veces hace falta volver atrás y recordar aquello que nos brindaba la sencillez de algunos «cacharros», sólo para poder valorar muchos de los matices que con el tiempo y entre máquinas de otra era, se nos van olvidando. Desde mi punto de vista, quien requiera un coche caro y exclusivo para divertirse, no entiende la base más elemental de la esencia de conducir, pues es muy probable que en cuanto a sensaciones se refiere, un utilitario básico con más de 15 años encima, le de alguna sorpresa a estos nuevos cocktails de múltiples sabores de nueva hornada, que intentan agradar a tanta gente que acaban sin convencer a nadie.
Como contraparte de lo que dice Patabrava, cuya opinión respeto pero no comparto, se me hacía necesario un post de estas características en 8000vueltas, pues muchas veces un exceso de elitismo o de nivel en contenidos puede alejar al lector de a pie, simplemente por que se considera fuera de lugar o un poco excluido, al no poder acceder o comprobar en sus carnes -e incluso a veces ni en sueños-, las vivencias y sensaciones relatadas en gran parte de lo publicado. Creo que 8000vueltas es un espacio para el disfrute de los auténticos aficionados al motor, sea cual sea su situación social y/o económica.
Un saludo.
Bilibio
26 de julio de 2014 a las 00:10Yo recuerdo con cariño un 850 especial, un 128-1430 y un Alfa cupe 1.5 C. Verde, con los que hice el cabra allá por el pleistoceno, cuando las hormonas tiraban mucho más que las neuronas. Tuve algún que otro susto, con salida a la cuneta incluida, pero que años y que recuerdos. También «trabajé» mucho el tramo entre Vitoria y la Ribera cuando aquella carretera era otra cosa distinta a lo que es hoy y casi no había radares. Por cierto el artículo me ha gustado, como casi todos los de esta e-revista.
AJ1090
7 de agosto de 2014 a las 14:42@Patabrava y @delarosa
Aquí el señor delarosa pone un buen artículo sobre coches que realmente son con los que se divierte mucha gente y se le critica, es un artículo diferente y muy interesante. ¿Qué te crees que todos tenemos audis R8, Ferraris F40 o Type-R? Y la cuestión es, ¿te la jugarías con un coche de estos llendo de tramo? ya te digo yo que ni de coña. Así que no seas troll y deja de boicotear el trabajo de los demás por favor, si no te gusta de lo que habla no lo leas.
Yo tengo un yaris ts 1.5 y no lo cambio por nada, me permite llegar a final de mes y encima echarme un tramo cuando quiero. Podría tener algo más grande pero, ¿para qué? ¿para tener que pagar una pasta en seguro e impuestos, y en gasolina? ¿para volverme loco si me lo rayan o por ver donde lo aparco? Nada que para tener un coche de esos hay que tener dos coches y el segundo dejarlo en el garaje para sacarlo los domingos, si tienes dinero para mantenerlo claro.
Un saludo y gran artículo, espero más artículos de coches pequeños pero con corazón racing, UN SALUDO
arturo rs
11 de agosto de 2014 a las 16:15de pelotilla en pelotilla y tiro por que me toca, visa gti hecho polvo, pase a 106 rallye 1.6, saxo vts 1.6 100 cv, lo mas parecido actualmente al 106 rallye es un clio rs 197
106, y saxo son lo mismo, pero, no son lo mismo, los 106 deportivos (rallye y gti) estan mucho mas afinados en suspension, frenos y reparto de pesos(los 106 llevan mas peso detras), es lo que puedo decir despues de tener uno de cada.
respecto a esos tramos que se comentan en el articulo, alguna vez los he hecho de nuevo despues de años con mi coche actual, disfruto igual
drunken clam
19 de agosto de 2014 a las 02:25Dejo la marca de haberlo leído en referencia a otra entrada.
Daniel
28 de abril de 2015 a las 19:17Genial el artículo,
Soy de Tierra del Fuego, Argentina….y me trae recuerdos ( 1998 ) de mi primer «auto»: un Suzuki Samurai japones 1.3i 4×4 de 69cv y 850 kgrs…..Si, ya sé que no es un deportivo, ni siquiera un auto, pero les cuento: La ruta entre Río Grande y Ushuaia atraviesa la cordillera de los andes a los largo de 200kms. Los primeros 100 son casi estepas y suaves lomadas, ..en aquellos años asfaltados, los segundos 100 eran de ripio ( hoy asfalto ) o nieve…el Samu tenía llantas mas anchas y desplazadas aumentando la trocha, un elástico de suspensión mas en cada rueda ( era un Karting-lo sufrían mis riñones ), amortiguadores a gas ajustados, 4 cubiertas de tacos 215/70/15 con doble hilera de clavos ( recontrasobredimensionadas )….al principio, con una máxima de 120Km/h. me pasaban todos, autos, camiones, 4×4 mas grades y modernos …pero en la parte de montaña, curvas y contracurvas con el Lago debajo o el abismo y la doble conectada ( que gracias al poco peso y la larga relación podía hasta usar en baja ),….Guau! yo seguía a todo gas, bailando de lado a lado, al límite, pero con todo el control a la vez….siempre terminaba llegando por delante a Ushuaia. Cómo me divertía con ese Samu!!!!!!!!!!!!!.
Hoy no es lo mismo con mi Ecosport 2.0 aunque me da otras satisfacciones, pero no tanta diversión.
Itziar
28 de septiembre de 2018 a las 17:24Me ha encantado lo que has escrito me siento muy identificada contigo yo tengo un saxito 1.5D y son muy juguetones. Dudo mucho que otro coche me haga sentir estas sensaciones que me hace sentir el saxo. Son bastantes duros y a día de hoy sitio por donde pases un saxo que ves jaja