Primera colaboración de José Benito Diéguez Teixeira, que nos acerca el mundo de las carreras desde un punto de vista muy personal, ya que él está participando en algunas pruebas de la Fórmula Ford tras años rodando en karts. Desde aquí agradecerte tu colaboración y desearte mucha suerte en tu andadura por el difícil mundo de la carreras.
Delarosa
Todo lo grande empieza por algo pequeño y, si hablamos del mundo de las cuatro ruedas, lo primero que se nos viene a la cabeza es el karting. No es de extrañar, ya que esos pequeños vehículos suelen ser el principio de las carreras de los pilotos y donde se vierte un gran esfuerzo, tanto en tiempo como en dinero. Muchos fines de semana, incontables horas gastadas en entrenar y afinar hombre y máquina para lograr ser más rápido.
Pero tarde o temprano surge una cuestión en la cabeza del piloto o de su propio entorno. Después del karting el siguiente paso son los coches pero, ¿a dónde voy? ¿cómo se empieza una carrera deportiva en los circuitos de velocidad?
Para responder a estas preguntas a lo largo de todos estos años han surgido diferentes fórmulas de iniciación, con mayor o menor éxito, pero con una filosofía clara y un objetivo definido: la promoción del piloto dentro del difícil mundo del automovilismo acompañado de una estructura de costes contenida.
La Fórmula Seat, Renault 2.0 o BMW le sonarán a más de uno. Pero, sin duda, la categoría que ha sido el trampolín para gran cantidad de pilotos en todo el mundo y de diferentes generaciones es la Fórmula Ford. Os sonarán los nombres de Ayrton Senna o Jenson Button, ¿verdad? Pues antes de ser campeones de Fórmula 1 fueron campeones de la Fórmula Ford británica. Ayrton ganó 12 de las 19 carreras de la temporada de 1981 en su Van Diemen Kent en su primera incursión en los automóviles.
Pilotos de casi todos los continentes han podido empezar y continuar su carrera en el automovilismo gracias a la Fórmula Ford. Australia, Bélgica, Canadá, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Sudáfrica o Estados Unidos son ejemplos de países donde han existido, o existen en la actualidad, campeonatos de esta categoría. Cada uno de ellos se rige con su particular reglamento, pero resultan extremadamente similares entre sí.
Además de las series europeas, el campeonato de Fórmula Ford por excelencia es el británico, donde se han dado cita pilotos de múltiples nacionalidades desde 1972 hasta la actualidad. En todos estos años, los monoplazas han ido evolucionando, actualizándose en cuestiones de eficacia, rendimiento y seguridad.
Pero empecemos por el principio: la Formula Ford se inició hace aproximadamente hace 50 años con monoplazas que, en cierta medida, recuerdan a sus primos mayores de la época.
Los monoplazas contaban con un chasis tubular, que montaba un pequeño motor derivado de los modelos de calle y neumáticos rallados que no tienen que ver con los slicks que se utilizan hoy en día.
En la actualidad existen algunas de estas primeras unidades perfectamente restauradas y preparadas para competir. ¿Quién se resistiría a luchar contra el crono a los mandos de un automóvil como este, dentro de un cockpit con ese parabrisas y retrovisores vintage? Toda una experiencia digna de ser vivida.
Estos coches utilizan motores firmados por la marca Ford, de diferente configuración según la época en la cual fueron construidos. El primero de ellos es un motor de 4 cilindros en línea y 1600cc.
Este pequeño corazón, denominado Kent, rinde una potencia cercana a los 110cv y permaneció como el propulsor de los Formula Ford hasta la temporada 1993 en Europa y 2010 en Estados Unidos. Dada su larga trayectoria, no es de extrañar que los equipos y clubes de todo el mundo todavía lo prefieran sobre el resto de motorizaciones. Fue tan popular que recientemente Ford lo ha devuelto a la línea de producción para abastecer de piezas a aquellos que todavía siguen compitiendo como clásicos. La transmisión se realiza mediante una caja manual Hewland de 4 velocidades en H.
El sustituto del motor Kent -en 1993- fue un bloque de 4 cilindros en línea y 1800cc, aspirado, más moderno, con una potencia superior -rozando los 140cv- que puede girar hasta las 7100 vueltas. Este propulsor, denominado Zetec, también es una evolución del usado en los coches de serie de Ford. De igual forma que en su predecesor, monta la misma caja de cambios manual Hewland de 4 velocidades en H. Sin embargo, el motor Zetec nunca sería tan famoso como el Kent, lastrado por las críticas debidas al mayor peso del conjunto.
En 2006, se volvió a introducir un nuevo cambio de motorización: el nuevo motor DOHC 16v Duratec –4 en línea de 1600cc- es similar al que montaba el Ford Fiesta de la época. Este propulsor redujo el peso del conjunto en 20kg y aumentó la potencia hasta los 150cv. Como podéis imaginar esto incrementó el rendimiento del monoplaza y la felicidad de su piloto. La caja de cambios, sin embargo, sigue inalterada respecto a sus antecesores.
Una vez aclaradas las diferentes motorizaciones que han existido en el campeonato, vamos a hablar de los chasis. Al contrario que el propulsor, la elección del chasis ha sido libre, siempre y cuando se cumpla con lo expuesto en el reglamento.
Sobre esta estructura de tubos se monta todo lo demás: suspensiones, motor, transmisión, suelo, depósito de combustible… En cierta manera se trata de un kart un poco más grande. La construcción y evolución del chasis de esta categoría es una cuestión que han abordado múltiples fabricantes de automóviles de competición, aportando diferentes soluciones.
Nombres como Lotus o Lola han construido chasis para el campeonato, pero ha habido muchos más: Ray, Vector, Swift, Reynard o Cooper Racing. Sin embargo, los dos nombres más populares teniendo en cuenta el pasar de los años y el palmarés obtenido son Van Diemen y Mygale.
Van Diemen es una compañía británica nacida en 1973 especializada en fabricar monoplazas, actualmente pertenece a la estadounidense Élan Motorsport Technologies, por lo cual su nombre está desapareciendo poco a poco. Por contra, Mygale, compañía francesa fundada en 1989, continúa fabricando monoplazas para diferentes campeonatos, como la FIA F4.
Los chasis han ido evolucionando hasta alcanzar niveles de sofisticación notables, sin perder la sencillez y efectividad que han cautivado a tanta gente. Las convergencias y cambers son regulables con una simple rosca, las barras estabilizadoras son de fácil intercambio y reglaje, los amortiguadores permiten los ajustes básicos, pero más allá de eso no se encuentra una red compleja de sensores y setups con cientos de parámetros.
No me quiero olvidar de la aerodinámica. Diréis: “¿qué aerodinámica?” Exacto. No existe ningún tipo de apéndice que genere fuerza para mantener el coche pegado al suelo. Y eso se nota a altas velocidades, debido a que la forma de ala del monoplaza genera una fuerza de sustentación nada despreciable. Y al final de una recta o una curva rápida, las cosas no son tan fáciles como lo serían de tener alerones, pero eso es parte de la magia de estos coches.
En los últimos años, la filosofía original de esta fórmula ha cambiado sustancialmente. En 2012 propulsado por el nuevo motor turbo EcoBoost de 1600cc y 160cv llega una evolución en la categoría. Es el primer motor turbo pero los grandes cambios no se quedan ahí.
Con la adopción de los estándares de la FIA para la F4, en 2015 los monoplazas pasan a construirse sobre un chasis monocasco de fibra de carbono, más resistente y ligero, sustituyendo al clásico chasis tubular. Además, la silueta tan característica de estos coches se ve modificada ya que se añaden alerones tanto en el tren delantero como en el trasero para un mayor paso por curva.
¿Qué diferencias hay con el siguiente escalón? Para hacerse una idea, en la siguiente tabla se recogen las especificaciones de la MSA Fórmula Ford actual y la FIA Fórmula 3 Europea. Debido a las exigencias de la FIA, ambas categorías son muy similares en cuanto a especificaciones de seguridad y construcción del monoplaza. El cambio sustancial se encuentra en el motor, que en el caso del Fórmula 3 pasa a ser aspirado y cuenta con una mayor cilindrada. Además, existen diferentes fabricantes, entre los cuales destacan Mercedes y VW por los resultados que han alcanzado en la pista.
MSA Fórmula Ford | FIA Fórmula 3 | |
Motor | 1600cc turbo -160cv- | 2000cc aspirado -210cv- |
Fabricante | Ford | Mercedes, VW, Opel o Fiat |
Transmisión | 6 velocidades secuencial mediante levas | 6 velocidades secuencial mediante levas |
Chasis | Monocasco de fibra de carbono. Fabricado por Mygale. | Monocasco de fibra de carbono. Fabricado por Dallara. |
Peso mínimo en carrera | 540kg | 565kg |
Dimensiones | 4340x1750x950mm | 4351x1850x945mm |
Pese a estos cambios, el espíritu inicial de la Fórmula Ford quedó instaurado en muchos locos del volante. Paralelamente siguen organizándose, con mucho éxito, competiciones con las versiones anteriores de estos monoplazas.
¿Por qué tuvo tanto éxito esa fórmula?
Es fácil responder a esa pregunta: Todo el monoplaza goza de un diseño simple, lo cual significa que es más económico y fácil de mantener, sin necesitar complejos equipos ni gran cantidad de material. Los motores utilizados son duros y fiables. El setup del coche se logra con cambios muy sencillos de realizar. Y todo ello sin renunciar al alto rendimiento.
Las prestaciones que puede ofrecer uno de estos monoplazas se pueden deducir por su relación peso-potencia. El coche pesa algo menos de 500kg. Si tenemos en cuenta las potencias anteriormente citadas, podemos hablar de 3Kg/cv. Aunque depende de la configuración del desarrollo final de la caja de cambios, la aceleración hasta los 100km/h se produce en menos de cuatro segundos, y la velocidad punta en circuitos con rectas largas es de 240 km/h. Suficiente para hacer mejores tiempos que muchos de los vehículos deportivos existentes a día de hoy.
¿Qué ocurrió en la Península Ibérica? En España existió un campeonato desde el año 87 al 91. En cambio, Portugal gozó de un campeonato con mucho más éxito, perdurando desde el 85 al 98. También se realizó el campeonato de Fórmula Ford 2000 durante dos años, desde el 2000 al 2002, donde los monoplazas montaban propulsores de 2 litros y alerones.
En la actualidad, Portugal acoge un campeonato de Fórmula Ford con bastante éxito, dirigido a vehículos anteriores al Fórmula EcoBoost. Se trata de la Single Seater Series. En estas carreras se pueden ver de nuevo a Formulas Zetec y Kent luchando en pista.
Llegó la hora de hablar de dinero. Un coche de la Fórmula Ford MSA cuesta 40.000€ en su configuración básica. Si tenemos en cuenta que esta temporada cuenta con 10 fines de semana de carrera, sumando el material y equipo mínimo necesario, desplazamientos, inscripciones y demás, fácilmente se pueden rozar los 80.000€ por año.
Puede parecer mucho, pero si se compara con los presupuestos de sus competidores o con los de los siguientes escalones, es una de las fórmulas más baratas con proyección internacional. La Formula Renault 2.0 es una categoría comparable, en el cual el monoplaza utilizado tiene un precio cercano a los 60.000€. Si le sumamos solamente los casi 20.000€ de inscripción que cuesta la presente temporada, se supera el presupuesto manejado por la Formula Ford. Si se hacen números para la F3 europea, la calculadora empieza a calentarse. En esta categoría el orden de magnitud cambia. Son necesarios presupuestos cercanos a los 300.000€.
Está claro que estas categorías son escalones necesarios para conseguir un asiento como profesional del automovilismo, siempre y cuando el dinero siga acompañando al piloto. Pero, ¿y si lo que queremos es correr con monoplazas, con un presupuesto más terrenal, aunque renunciando a esa proyección internacional?
NDLR: El autor, José Benito, a bordo de un Van Diemen en el circuito de Braga
La solución está en las series de Formula Ford clásicas, ya sea Kent, Zetec o Duratec. Es posible encontrar unidades en buen estado por Europa, incluso en la Península Ibérica, desde 10.000€. Generalmente, los gastos de inscripción y material son mucho más pequeños que los mencionados anteriormente debido a que se establecen medidas que fomentan la reducción de costes. Un ejemplo de ello es la utilización de neumáticos de compuesto medio que permiten su uso en varias carreras. El resultado se nota en el desembolso necesario. Los presupuestos parten de los 20.000€ por temporada, una cifra mucho menor que las anteriormente citadas.
En una época en la que la profesionalización del karting de alto nivel ha llevado a la categoría a tener unos costes inimaginables, la existencia de campeonatos como estos son fundamentales para el sustento del deporte del motor. No solo se trata de sus costes contenidos, si no de que la simplicidad y prestaciones de este fórmula hace que el piloto cobre protagonismo y aprenda a llevar al límite una máquina sin más ayuda que sus manos. Y al fin y al cabo, ¿no es esa la esencia del automovilismo?
Extra Lap
El año pasado en el campeonato portugués se ha podido ver un Van Diemen RF 81, cuyo chasis es el número dos de la serie fabricada en el año 1981. Si recordáis, más arriba mencionaba que Ayrton Senna ganó el campeonato con este modelo. Es muy probable que el monoplaza que menciono fuese usado por el brasileño en su exitoso debut en el automovilismo. Poder ver esta unidad totalmente restaurada y compitiendo es todo un privilegio para los amantes de este deporte.
arribi
28 de marzo de 2016 a las 15:46Muy interesante entrada. Si tuviese dinero, me encantaría poder participar en campeonatos por el estilo simplemente por correr, por competir, sin la meta de alcanzar categorías superiores, ya que tengo asumido que a mi edad (26 de camino a 27) se puede decir que se me ha pasado el arroz para llegar a algo en el mundo del pilotaje.
Muy buena colaboración. Espero que repita. ;-)
Gron
29 de marzo de 2016 a las 11:08Arribi,
Si a tus 26, camino de 27 se le ha pasado el arroz… A mis 40 yo ya estoy «socarrat» :D
Ahora en serio, conducir un formula es la leche, pero el karting, también da muuuchas sensaciones a un precio menor.
Hay muchos campeonatos sociales en los circuitos y puedes correr con un 125cc automático que tienen poco mantenimiento y son muy fiables . Por 3000€ te haces con uno de segunda mano decente y por unos 1500€ -2000€ corres un año.
Ah, y la edad no es impedimento para subirse a un kart.
Saludos
indeciso
29 de marzo de 2016 a las 19:05Gran artículo, sencillo y didáctico, sobre todo en un ámbito del automovilismo tan desconocido.
José Segura Gómez
29 de marzo de 2016 a las 20:23Interesantisimo articulo. Enhorabuena.
Josebdieguez
29 de marzo de 2016 a las 23:35Gracias por vuestros comentarios. Es un placer poder escribir aquí.
Como bien comentáis, un kart automático usado listo para competir parte de los 2000 euros. Los campeonatos amateur permiten correr por poco dinero. Con 1000 euros ya se pueden hacer unas cuantas carreras con lo mínimo. Si hablamos de competiciones oficiales, la cosa se dispara hasta cotas impensables.
En coches, existen categorías muy asequibles. En Portugal existe un campeonato con Fiats Punto que se puede hacer por poco dinero. He visto recientemente uno en venta por 3000 euros.
Todo depende de cuanto estemos dispuestos a gastar.
Un saludo.
pastrajo
30 de septiembre de 2020 a las 16:27Excelente artículo. Pero, perdona si parece que voy de listo, la formula ford estuvo en España desde el 86 hasta el 93. Igualmente, por desgracia fue poco tiempo.
Te envidio por haber pilotado una de estas maravillas. Como anécdota os contaré que, cuando yo aún era pequeño, hablé con un campeón de España de karting. Le pregunté porque no iba a la Fórmula Ford, y me contestó que le faltaba pasta. Y pensar que hoy día la f4 es mucho más cara.
Larga vida a la formula ford!