Hace poco probamos un coche que, tras devolverlo, sigue en mi cabeza. El nuevo Mx-5 resultó ser un coche especial. Quizá yo tenga predilección por los roadsters deportivos (sólo quizá). Pero este Mx-5 ND es uno de esos coches que te dejan con la mosca detrás de la oreja: ¿es tan bueno como me pareció? Sobre el papel parece algo destacable: es más pequeño, más ligero y más potente que su predecesor. Su chasis tiene una puesta a punto más deportiva y su dirección es más directa, con un tacto más afilado.

Pero eso ya está todo dicho, incluso ya te lo recomendamos: cómprate uno. Pero ya sabéis que en verano, quizá debido a que nos da el sol en la cabeza al ir en descapotables, nos ponemos un poco más radicales. Quizá por ello haya vuelto a mi mente este coche, ya que cuando publicamos la prueba me quedé con la sensación de que había algunas cosas más que contar. Porque no probamos el Mx-5 sólo, nos llevamos también un Honda S2000.

¡Y qué gran tarde pasamos! Por tramos de montaña cortando las cunetas y haciendo bramar los motores de estos dos pequeños deportivos. Tienen muchas similitudes y alguna diferencia. Por concepto son clones: japonés, gasolina, atmosférico, motor delantero 2 litros y 4 cilindros, tracción trasera, cambio manual, cabrio, biplaza, pensado para disfrutar… pero las diferencia pesan. El S2000 es un poco más grande y pesado (teóricamente 170kg más, ¡ouch!) pero el Mx-5 tiene 80 caballos menos, ¡ouch ouch!. Vaya, aquí sí hay diferencia.  También son muy diferentes las puestas a punto de los chasis.

Pero el S2000 es intocable, es el roadster deportivo por excelencia: venerado por aquellos que saben de coches y sólo digno de ser conducido por pilotos con manos rápidas. Los primeros, sobre todo, tienen fama de ser peligrosos a alta velocidad (más de uno ha comprobado la dureza de los guardarraíles). ¿Podrá hacerle sombre un pequeño Mx-5? Pues resulta que sí.

Una ventaja innegable del Mazda es que está pensado para ser divertido y no tiene que demostrar nada. La puesta a punto de este coche permite, e invita a, cruzar el coche en cada curva. Desliza de manera progresiva, se controla con facilidad y se recupera sin traumas. Parece uno un experto. El poco peso y las 4 ruedas de 205 supongo que ayudarán mucho a esta labor. Sea como sea, me siento bien conduciendo este coche.

El S2000 muerde, pero me gusta, ¡vaya si me gusta!. Con razón es mi coche, soy uno de esos puristas que lo veneran, tenemos nuestras razones. Es un coche único, probablemente irrepetible con las múltiples limitaciones actuales que sufren los fabricantes. Cuando salió al mercado tenía una misión: demostrar lo que Honda podía hacer. Dejó el listón muy alto y no creo que hayan salido roadster posteriores capaz de jubilarlo, la prueba es como se cotizan todavía: la gente los quiere, algún motivo habrá.

Pero si ves los precios te encontrarás que en muchos casos superan los 20.000€. Por un poco más te compras un Mx-5 NUEVO y a día de hoy ya se encuentra alguno de reestreno por poco más de 22.000€. ¿Vale la pena la diferencia de precio? Pues, como todo en esta vida, depende.

El caso es que ese día que salimos de curvas con los dos coches conduje los dos y me lo pasé realmente bien con cualquiera de ellos. En tramos de montaña no eché de menos ni los 240cv del S2000 cuando conducía el Mx-5, ni los 170kg menos del Mazda cuando conducía el Honda. Los dos coches son muy equilibrados, están muy bien puestos a punto y son los dos una delicia. En carreteras de montaña no vas a notar grandes diferencias ni vas a poder dejar al Mx-5 atrás salvo que lleves el Honda como si fuera robado. Está claro que en zona VTEC en el Honda entras en otra dimensión pero a veces puedes ir ligero sin echar el resto.

Y es que en el S2000, para ir rápido de verdad, sólo hay una manera de conducirlo: hasta las 9.000 vueltas, marcha tras marcha. De lo contrario irás alegre, disfrutando sí, pero alegre. Pero cuando vas a estos ritmos en el S2000 descubres los zarpazos. En curvas lentas, cuidado con salir muy optimista con el acelerador porque el culo puede tratar de adelantarte de manera más bien poco progresiva. En las rápidas más te vale no levantar ni un poquito, o pasará más o menos lo mismo. En contra de lo que nos han hecho creer (¡qué gran marketing de Honda!) el S2000 no es muy amigo de ir de lado: no es progresivo, el diferencial torsen trasero no disfruta mucho derrapando y recuperarlo es francamente difícil si no eres muy rápido de reflejos.

En lo relativo al motor no hay color: sonido, sensaciones, esas 9.000 mágicas vueltas… el Honda no tiene rival pero en la vida real no siempre se les puede sacar todo el partido. No me entiendas mal, en una autopista o en circuito el S2000 barre al MX-5 (no lo dudes), pero en la vida real no es todo blanco o negro. No necesitas el deportivo definitivo: bajo, duro, ruidoso e incómodo para ir al trabajo, para hacer la compra o para hacer un viaje. Y tampoco tiene por qué ser lo mejor en una carretera de montaña. Cuando toca disfrutar al volante a veces las configuraciones de serie son más que suficiente, los neumáticos de tamaño contenido y un chasis equilibrado son todo lo que necesitas para ser feliz.

Te estarás preguntando: ¿cambiarías el S2000 por el Mx-5? Ni de broma, tampoco nos pasemos. Entonces, ¿por qué nos cuentas todo esto? Porque creo que a veces nos pueden los prejuicios y para mi fue una revelación pasar la tarde con los dos coches, disfrute mucho con ambos y pensé: si no tuviera un S2000 y estuviera buscando un deportivo no descartaría este Mx-5. Creo que soy parte de la clientela más radical y un Mx-5 no me parecía, a priori, que pueda satisfacer a gente con esas «necesidades» de emociones fuertes. Pero oye, cumple con nota.

Creo que el Mx-5 es perfecto para iniciarse en el mundo de los coches poco prácticos pero muy satisfactorios. Está a un precio asequible, es barato de mantener, es muy divertido, muy fácil de conducir y de llevar rápido (S2000 exige un poco más de experiencia en estos lares). Y es un deportivo de verdad, no un sucedáneo con un montón de siglas y aspecto de furgoneta (véase: GTI, RS…)

En un capítulo más avanzado, si eres más exigente, quizá el S2000 le ponga un poco más de picante a la experiencia pero no olvides que el Mx-5 está ahí, esperando a ser tu coche de diario.