Hizo 50 años estos días -concretamente el 30 de septiembre- que AUTHI (Automóviles Hispano Ingleses) construía su primer automóvil hispano inglés, un Morris 1100.
A ese Morris 1100, un Mini agrandado de 4 puertas carrozado por Pininfarina, le seguiría en España su versión lujosa y deportiva, el MG 1100, y en septiembre de 1968, cuando los Morris y MG 1100 pasaban a ser 1300 aparecería -con idéntica mecánica- el primero y más lujoso de nuestros Minis, el Morris Mini 1275 C.
A ese Morris Mini le siguieron en 1969 los Morris Mini 1000 E, S y b, disponiendo en 1970 nuestro mercado del primer Mini 850, al que acompañaría al año siguiente la versión Van.
A su vez, el elegante y refinado Morris Mini 1275 C fue sustituido en enero de 1971 por una versión más práctica, el Mini 1275 GT (desde diciembre de 1969 los Mini eran una marca y ya no se llamaban Austin o Morris).
Sin su característica suspensión Hydrolastic del Mini 1275 GT y con el motor del alto de gama de Authi -el Austin Victoria de Luxe-, a este Mini 1275 GT le sustituyó, en palabras de Arturo Andrés, “el mejor Mini fabricado hasta la fecha”, es decir, el Mini Cooper 1300 (1).
Ese Mini de Leyland Authi, que su fabricante anunciaba en estos términos: “Nuevo Mini Cooper 1300. ¡Punto!”, iniciaba su vida comercial ostentando por fin el nombre de Cooper, lo que era un guiño, por ejemplo, a sus tres victorias en el Rally de Montecarlo en 1964, 1965 y 1967 y, también, a una legendaria fama de coche con acusado carácter deportivo y, al mismo tiempo, elegante, pues su presencia iba asociada a la de importantes personalidades de la época que lo guardaban en su garaje, dando pie a publicidades como aquella que aseguraba que un Rolls Royce era el segundo coche ideal para el dueño de un Mini (2).
El Mini Cooper fue comercializado en nuestro mercado el 8 de diciembre de 1973, tras una presentación previa a la prensa en el Hotel Barajas de Madrid, seguida por un recorrido a través de tierras de Andalucía (3). Bien es verdad que ya había sido portada de revistas como en el nº 637 de Velocidad del 24 de noviembre del 73, en unos días en los que la prensa del motor hablaba de la próxima instalación de Ford en Almusafes, de la nueva fábrica Renault en Palencia o de la orensana de Citroen, así como de los novedosos Seat 132 y Citroen GS, todo ello también en días en los cuales la guerra de Yom Kippur iniciaba una sonada crisis energética y en los que el ascendente mercado automovilístico español vería truncaba su continua progresión.
Este Mini Cooper llegaba a un mercado donde -exceptuadas Ceuta, Melilla, Canarias y Sahara- un español sólo podía comprar ocho versiones de Authi, seis de Citroen, tres de Dodge, doce de Renault, veintiuna de Seat y siete de Simca, moviéndose el abanico de precios entre las 90.404 pesetas pedidas por un Seat 600 E, a las 473.809 reclamadas por un Dodge 3700 automático. Ello sucedía cuando hoy son más de 4000 las versiones automovilísticas de las que disponemos, pues no cabía en aquellas fechas la posibilidad de acceder a coches importados, muy caros, muy escasos y de procedencia rara, no llegando al 5% de todas las matriculaciones el total de los automóviles importados (4).
Nuestro Mini Cooper, como ya señalaban entonces las revistas del motor, era la versión española -con algunas diferencias- del Innocenti Mini Cooper italiano, el cual existía en ese mercado desde marzo de 1972, cuando fue allí presentado junto con los Mini Minor 1000 y 1001, y el Mini t (un Mini Countryman a la italiana).(5)
Hay referencias del Mini Cooper de Innocenti como la de Europe Auto (6), revista que lo prueba y compara con los automóviles similares en precio y prestaciones existentes en el mercado europeo de 1973, que eran el veloz Simca Rallye II (12.995 francos franceses y 82 cv), el novedoso Autobianchi A 112 Abarth (15.000 francos franceses y 58 cv), el alabado Fiat 128 Rally (13.860 francos franceses y 67 cv)y el deportivo Ford Escort Sport (11.840 francos franceses y 72 cv), todos ellos inexistentes en nuestro mercado peninsular y todos ellos facturados en Francia a los precios ya dichos, ante los 14.990 francos franceses y 66 cv del Mini Coper italiano.
Dicha revista , que le cronometraba una velocidad máxima de 147,096 km/h y unas aceleraciones desde parado de 18 segundos a los 400 m y de 34 para hacer el km, consideraba al Mini Cooper de Innocenti como un coche de asombrosa estabilidad, de adecuadas prestaciones, brío, frenado y dirección, al igual que de tamaño muy reducido aunque habitable, bien presentado y equipado, así como robusto y dotado de buena iluminación, y con un consumo ajustado cifrado a lo largo de su prueba entre 8,63 y 11,14 l cada 100 km. Sus defectos se referían a su suspensión inconfortable, a su posición de conducir poco deportiva, a la imperfecta sincronización de su caja de cambios, a su escaso maletero y a la colocación de ciertos mandos.
Las diferencias del Cooper de Authi en relación al Cooper de Innocenti, que incluso podía ofrecerse con caja de velocidades automática, iban desde los asientos delanteros reclinables del nuestro a su índice de compresión rebajado a 8.8 (9.75 era el del Innocenti) y a su cambio de relaciones más cortas, así como a la ausencia de derivabrisas delanteros laterales y de faros H 4 en el caso del nuestro.
En nuestro mercado el Mini Cooper con sus 68 cv sae y sus 160.954 pesetas de precio total no tenía rivales concretos, y lo que más se le aproximaba podrían ser el Renault 8 TS, cuyos 56 cv din valían 162.813 pesetas, Otras ofertas que alguno podría comparar eran el Seat 1430, cuyos 75 cv costaban 196.473 pesetas y superaban en prestaciones al Mini, o un Alpine 1300, de 70,5 cv din, vendido en 277.449 pesetas (7).
Autopista, siempre de la mano de alguien tan autorizado como Arturo Andrés, probó tras su presentación (8) al Mini Cooper y lo calificó de casi perfecto por dentro dada su presentación, instrumentación y cómodos asientos, desentonando, sin embargo, detalles como un cenicero imposible de usar con los cinturones puestos, la carencia de un apoyabrazos derecho para el acompañante o la difícil regulación de la calefacción. Igualmente lamentó el probador que a partir de 5000 rpm el Mini Cooper 1300 se ahogase literalmente, ya fuera por causa de una compresión rebajada o de un árbol de levas deficiente, criticando también su grupo corto en exceso, responsable de un ruido excesivo, de un consumo alto y de unas prestaciones ahogadas a partir de 5000 rpm, pues si bien se llegaba con cierta facilidad a los 130 km/h, a partir de esa cifra la progresión era muy difícil y muy ruidosa.
Con todo, sus frenos, dirección y estabilidad, sus cómodos asientos, su espectacular cuadro con seis relojes, su precio igual al del Mini GT, su alternador y luneta térmica, su depósito aumentado a 36 litros y sus interesantes y muy novedosas opciones (apoyacabezas delantero, radiador de aceite y limpialuneta trasero) fueron muy bien valoradas.
No lo fueron su escasa potencia y velocidad máxima, su incapacidad de coger vueltas, sus consumos, su ruido, su propensión al calentamiento y su volante de 38 cm, al que le sobrarían 3 de diámetro.
De nuevo probó Autopista el Mini Cooper (9) y esta vez Arturo Andrés se extendió a lo largo de 17 páginas para afirmar que la estabilidad (que permitía el sobreviraje) y la dirección directa, repitiendo las irregularidades del terreno, le convertían en un juguete, afirmando que sus frenos eran potentes y progresivos; alababa igualmente su visibilidad y su luz, pero no así el fácil empañamiento del habitáculo o el deficiente funcionamiento del limpia posterior.
Del mismo modo definió su motor -sumamente elástico- como antiguo en su concepción con su culata de fundición y su cigüeñal de tres apoyos, al igual que autolimitado en su rendimiento por causa de un grupo muy corto, que simplemente alargado en un 5 % mejoraría notablemente en su eficiencia, pues no subía de 5000 vueltas y faltaba potencia en alta, de modo que a pesar de ofrecer la mejor relación potencia-peso del mercado de entonces, no andaba como merecía, consumiendo encima mucho aceite (1 litro y un tercio a los 1000 km) y demasiada gasolina (durante la prueba el consumo estuvo entre los 7,48 y los 11,59 litros cada 100 km, dependiendo de la ruta y la marcha establecida), siendo presa de cualquier Seat 1430 a nivel de prestaciones, o incluso de un Renault 12 S, o de un Simca 1200 S.
Encontraba que su caja de cambios estaba dotada de un buen mando y que el embrague era algo brusco.
Su seguridad la consideró muy favorablemente dada su estabilidad, frenos, dirección y visibilidad general, a la que contribuían su limpia posterior, las ráfagas de luz larga, sus limpiaparabrisas delanteros de dos velocidades y la luneta térmica; no así un retrovisor que estorbaba en las curvas a la derecha o las deficientes escobillas de los limpias, junto con los mandos de luces, bocina e intermitentes concentrados en una sola palanca.
Igualmente su acabado, su inigualable manejo, sus buenos asientos delanteros, su cuadro de mandos y su climatización resultaron bien valoradas, y no así su elevado nivel sonoro, su maletero mínimo, el escaso reglaje de sus asientos delanteros, lo que no era grato para los de alta estatura, y, naturalmente, su suspensión dura.
Cuatroruedas también se ocupó del Mini Cooper (10) insistiendo en su origen italiano y resaltando las dos caras del Mini, la que lo hace habitable y manejable, y la que lo convierte en un automóvil deportivo y divertido.
Para esta revista, lo más desfavorable del Mini era su elevado nivel sonoro junto con su escasa velocidad punta (149 km/h) o la incomodidad de alguno de sus mandos, destacando su amplia dotación y equipo, sus excelentes asientos, sus óptimas aceleraciones (18 segundos para hacer los 400 m desde parado y 35 para recorrer un km,) así como su precio y consumo de 8 a 10,5 l cada 100km, alcanzando los 11 en ciudad).
Velocidad (11) también lo probaba al considerarlo como un juguete con mucho carácter y apto para muchas economías, un juguete de formas muy aprovechadas, muy bien acabado , con unos frenos adecuados y una caja de cambios muy manejable, ofreciendo unas prestaciones suficientes, especialmente al acelerar y en subida, y fáciles de gestionar dada su dirección directa, su estabilidad “suficiente para lo que pesa” (sic) y su muy aceptable visibilidad, todo ello ensombrecido por un consumo algo elevado, un maletero muy escaso y una mecánica muy ruidosa, ello paliado, no obstante, por unos asientos muy confortables y una presentación lograda.
Las características del Mini Cooper 1300 son las siguientes:
- Motor delantero transversal de 4 cilindros en línea refrigerado por agua con circuito cerrado, cubicando 1275 cc (70,61×81,28) y dando 68 cv a 5750 rpm, alimentado por dos carburadores 2-HS-2 tipo SU y dotado de alternador de 12 v. Tracción delantera.
- Caja de cambios de 4 velocidades sincronizadas y embrague de diafragma.
- Dirección de piñón y cremallera.
- Frenos delanteros de disco y traseros de tambor, con servofreno.
- Suspensión independiente en las 4 ruedas tipo Dry Rubber Cone, con amortiguadores hidráulicos telescópicos.
- Dimensiones de 3,05 m de largo, 1,41 de ancho y 1,35 de alto, pesando 640 kg en orden de marcha. Llantas de 4,5 J x10 y neumáticos de 145 SR 10.
Su fabricante que lo presentaba diciendo “hemos reunido en un coche todo lo que Ud. puede desear”, realzaba su equipamiento y sus extras opcionales, a la vez que le atribuía una aceleración de 19,2 y 35,4 segundos para hacer desde parado los 400 y los 1000 m, cifrando en 14,7 segundos el tiempo necesario para alcanzar desde cero los 100 k; igualmente le adjudicaba una velocidad máxima aproximada de 160 km/h y cuantificaba su consumo en 8 l cada 100 km, lo que implicaría una autonomía aproximada de 440 km.
Según datos obrantes en ANFAC, se fabricaron 523 unidades del Mini Cooper 1300 en 1973, 2.891 en 1974 y 1.206 en 1975, lo que hace un total de 4.620, de las que sería de esperar que muchas aún vivieran y de las que no sería de esperar que “algunas” fueran otros Minis maquillados, intentando parecer un Mini Cooper 1300.
Escrito por Ramón Roca, patrono de la Fundación RACE.
Fuentes principales de las fotografías:
Bibliografía
- Autopista nº 786, en su página 34 recoge frase tan tajante, escrita por tan respetada fuente
- Yo nunca vi ese anuncio, pero traigo aquí la cita a nivel de leyenda urbana.
- Velocidad nº 639 de 8 de diciembre de 1973, Autopista nº 774 de la misma fecha, Cuatroruedas nº 121 de enero de 1974 y Motor Mundial nº 350 de diciembre de 1973 informan de la presentación y de los primeros pasos del Mini Cooper 1300.
- Autopista nº 775 de 15 de diciembre de 1973 detalla los precios de los coches nuevos existentes en el mercado de entonces y también las primeras impresiones de un Mini Cooper de Authi
- Speciale Quattroruote Tutte le auto del mondo 72/73 detalla la gama Mini de Innocenti.
- Europe Auto nº 71 de enero de 1973 prueba al Mini Cooper de Innocenti y lo compara con sus competidores de aquellos días.
- Autopista nº 778 da las cifras de precios del Mini Cooper 1300 a su llegada a nuestro mercado.
- Autopista nº 775 de 15 de diciembre de 1973 refiere las primeras impresiones del Mini Cooper.
- Autopista nº 786 de 2 de marzo de 1974 se ocupa muy extensamente de su prueba.
- Igual que Cuatroruedas nº 122 de febrero de 1974
- Lo mismo que Velocidad º 652 de 9 de marzo de 1974.
- Las características de nuestro amigo proceden de su catálogo de presentación, datado en diciembre de 1973 y siempre ilustrado por un Mini Cooper 1300 rojo.
Ferrari512TR
19 de diciembre de 2016 a las 20:03Soy propietario de un Mini Cooper Sport Finale Ed. del año 2000. Un coche altamente satisfactorio para dar un paseo por una carretera de curvas!.
arribi
19 de diciembre de 2016 a las 20:20Nunca he probado uno, pero siempre he tenido ganas de hacerlo, y más ahora, que parece que me salen Minis por todos los lados (en este artículo (excelente como siempre), en la carretera (habiendo visto uno idéntico al de la foto de portada) y en la concentración que hubo el sábado en el circuito de Olaberria).
Aunque no soy de creer en estas cosas, parece que haya algo o alguien que quiere que pruebe uno XD.
ramon
21 de diciembre de 2016 a las 10:09Ferrari y Arribi, gracias por vuestros comentarios en relación con una de las expresiones del coche que la crítica especializada del automovil considero, sólo detrás del Ford T, como el más importante del.siglo XX.
Jose
24 de diciembre de 2016 a las 22:12Gran artículo
Un coche muy especial
El primero que sale en el artículo con matrícula B8190W es mío
Saludos
Prueba comparativa de la saga MINI GP, parte I: mitología – 8000vueltas.com
21 de julio de 2021 a las 15:55[…] Diseñado originalmente por Sir Alec Issigonis en el Reino Unido, sus revolucionarias características le proporcionaron un tremendo éxito que hizo que la fabricación se extendiese por todo el planeta bajo diferentes licencias (Australia, Bélgica, Sudáfrica, etc.). En españa tuvimos también nuestro propio Mini, del que nuestro admirado Ramón Roca nos puso al día aquí. […]