Cuando se trata sobre la historia del automóvil, sorprende pensar que países que ocupan el primer lugar mundial como productores de automóviles, u otro lugar muy destacado en lo cuantitativo, han protagonizado una historia que -en lo cualitativo- se podría escribir en una simple hoja de papel.
En cambio una marca como MAZDA, que el año 2015 fabricó poco más del 1 % del total de los automóviles construidos en el mundo, rebosa de historia y de aportaciones importantes al universo del automóvil, de manera que casi no se sabe qué destacar más en su trayectoria de sólo 57 años comenzada en mayo de 1960, cuando su fabricante presentó el R 360, un dos plazas de motor trasero V 2 refrigerado por aire de 356 cc que daba 16 cv, y su B 360, un modesto break de 13 cv, esta vez con dicho V 2 en posición delantera, no llegando la envergadura de ambos a los 3 m de largo.
Para empezar el relato de alguna de las importantes gestas de Mazda, cabría relatar la historia del primero de los Mazda RX 7.
El Mazda RX7 fue un hermoso y muy tecnológico coupé que se fabricó entre 1978 y 1985, totalizando unas 570.500 unidades fabricadas, concretamente 72.962 en 1978, 71.617 en 1979, 56.317 en 1980, 59.686 en 1981, 59.686 en 1982, 57.684 en 1983, 63.959 en 1984 y 63.105 en 1985. (1)
El Mazda RX 7 se presentó en Los Ángeles en abril de 1978 (2) y se comercializó en un año, 1979, en el cual Mazda, con una fabricación de casi 650.000 unidades, era el décimo sexto fabricante mundial, tras Toyota, Nissan y Honda en Japón, y sólo detrás de fabricantes como Ford, Chevrolet, Oldsmobile, Buick y Pontiac en USA, o de Fiat, Ford Alemania, Opel, Volkswagen, Renault, Citroen y Peugeot en Europa. También ese año, Mercedes comenzaba a comercializar el ABS, Fiat lanzaba el Ritmo y Renault el 18.
Dicho salón californiano se celebraba en un Estado que matriculaba él solo la décima parte de los coches vendidos en USA, con cuyo rendimiento económico y ambiental era muy exigente, estando acostumbrado a las mejores ofertas del automovilismo mundial. Además, Japón, que dos años después iba a arrebatar a USA la primacía de la construcción mundial de automóviles, era ya el principal proveedor de ese 12 % del mercado americano, constituido por los coches importados, cuyas ventas había allí iniciado en 1958.
Ese primer Mazda RX 7 presentado en primicia mundial en Los Ángeles, al lado del Subaru Brat, que era un pickup, era descrito por L’Auto-Journal en estos términos:
“Toyo Kogyo reservaba al publico californiano la primacía del nuevo Mazda RX 7, un coupé deportivo de líneas simples y modernas, que surge en un territorio ocupado hasta ahora por el Datsun 240 Z. Prisionero de su imagen de marca, o partidario convencido, Mazda prosigue en solitario la explotación del Wankel, al cual los constructores occidentales han renunciado”.
Tras su presentación, el RX 7 se sumó a la gama de su fabricante, donde se alineaban los 323, 626, 929 y Cosmo rotativo.
Mazda Cosmo
Salía al mercado el RX 7 continuando la apuesta de su fabricante por el motor Wankel, cuya licencia de fabricación detentaba desde julio de 1961. Lo hacía siguiendo la estela del recordado Mazda Cosmo Sport, el primer Wankel de Mazda, presentado en el Salón de Tokio de 1964 -un año después del primer Wankel a la venta, el NSU Spyder Wankel- y comercializado el Cosmo desde mayo de 1967, así como igualmente seguía la senda de de otros rotativos que le precedieron, como el Familia Rotary Coupé -luego comercializado como R 100- o el R.X 87 -comercializado como R 130 Coupé-, ambos presentes en el Salón de Tokio de 1967. (3)
A esos tres primeros Mazda rotativos -que convivían en una amplia gama en la brillaban modelos de mecánica convencional como el bellísimo Mazda Luce, ofrecido desde 1966 con una modélica carrocería de Bertone- siguió una oferta variada y continuada de modelos diversos con mecánica Wankel, hasta la aparición en 1978 del RX 7.
Su fabricante lo presentaba en su primer catálogo europeo, siempre ilustrado por un ejemplar gris plata con interior rojo y marrón, con este eslogan:
“El coche de sport como Ud. lo soñaba”, añadiendo que se trataba de un gran automóvil que entraría de inmediato en la leyenda, lo que era un pronóstico acertado y nada exagerado.
En España, donde aún no se podía importar coches, Velocidad lo presentaba como “último grito de la tecnología Wankel”, así como “un ligero coupé 2+2 con motor birrotor de 573 cc por cámara, con 100 cv de potencia”, todo ello explicando que su fabricante había conseguido – tras 16 años de trabajos y más de un millón de motores rotativos fabricados- solventar dos de los principales problemas del motor Wankel, su prematuro desgaste de los segmentos del rotor y la falta de regularidad de marcha a régimen lento, calificando al perfeccionado RX 7 de “premio a la constancia” . Esta revista destacaba igualmente el modernismo de su elegante carrocería, con un capó muy bajo y una excelente aerodinámica (0,36), de modo que competiría con referentes como el Porsche 924, el Datsun 280 Z o el anticuadoTriumph TR 7 y, dados sus perfeccionamientos y mejoras, lo haría de tal modo que “podría marcar el retorno del Wankel y quién sabe si el principio del fin del veterano motor de pistones”.
El Mazda RX 7 aparecía en un mercado donde sus competidores -por definición, por precio y por prestaciones- iban desde el Alfetta GT 1.6 al Triumph TR 7, pasando por veteranos como el Fiat Spider o el Fiat X 1/9, el Lancia Beta Cupé, el Matra Bagheera, el Ford Capri y sus variadas motorizaciones o el Opel Manta, sin olvidar a paisanos suyos como el Mitsubishi Celeste, el Toyota Celica o el Datsiun Z, ni tampoco a los más novedosos coupés de entonces que eran el Renault Fuego GTX 2 l, el BMW 320 o el Volkswagen Scirocco, ni por supuesto, a su más cualificado rival, el Porsche 924. (5)
La prensa del motor probó el RX 7 y así L’Automobile (6) hablaba de él como de un coche muy bien perfilado y elegante, con sus faros encastrados y su vasto cristal trasero; lo describía como muy bien equipado y con una mecánica que exigía imperativamente gasolina ordinaria, ya que el plomo de la súper podría deteriorar su segmentación. Agregaba que su ronroneante y suavísimo motor subía fácilmente de régimen, tanto que al llegar a las 7000 rpm un timbre avisaba del sobrerégimen, añadiendo que los bajos no eran su especialidad y que había que recurrir al cambio -muy manejable- para mantenerlo en su mejor estado, entre 4000 y 4500 rpm. No dejaban de reconocer su buena estabilidad, advirtiendo que el eje rígido trasero acusaba las ondulaciones o que su dirección no era muy precisa, y que el frenado era satisfactorio y el confort de marcha también.
En Inglaterra la revista Motor también lo probaba, advirtiendo que llegaba precedido de excelentes referencias. Lo enfrentaba a su rival por excelencia, al Porsche 924, y también al más convencional Datsun 280Z y al desfasado Triumph TR 7, admitiendo de antemano que el RX 7 rivalizaba perfectamente con el 924, casi un 15 % más caro, lo que era toda una victoria para nuestro amigo el RX 7, que sin embargo no era tan rápido como el 924 y le superaba en consumo. Sentenciaba Motor que el consumo podía ser alto y que no sobraba el espacio en su interior, pero admitía que con su manejo, su suavidad y sus frenos, era más agradable de conducir que cualquiera de sus competidores, o sea, el 924, el 280 ZX, el Capri 3.0, el TVR Taimar o el TR 7, todos vendidos con potencias de 105 a 140 cv y precios desde las 5.320 libras del TR 7 a las 9.103 del 924, pasando por las 8.549 de los 105 cv del Mazda. (7)
Esta revista inglesa cifra la velocidad máxima del RX 7 en 188.9 km/h (o sea 117,4 mph, al lado de las 117,8 de un Datsun 280 ZX y de las 121,3 de un Porsche 924), mide su consumo en 11 litros cada 100 km (el 280 ZX haría 17,3 millas por galón, 17,8 el RX 7 y 22,7 el 924) y sus aceleraciones en 9,6 segundos para alcanzar las 60 mph desde parado, necesitando en iguales condiciones 10,4 el 280 ZX y 9,3 el 924, todo lo cual objetiva unas prestaciones muy aceptables para este rotativo con fama de voraz, fama no evidenciada del todo. Era obvio que su rival más acreditado, el 924, le aventajaba en unas prestaciones superiores y en un consumo menor, pero no en carácter y menos aún en precio, pues era notable la diferencia entre las 8.549 libras requeridas por un RX 7 y las 9.103 exigidas por un 924.
Más aún, y como prueba de la muy alta consideración que mereció el Mazda RX 7, cabe recordar un dato más y es que en el Canadá francófono, en Quebec, se editaba La Guide de l’Auto. Pues bien, en esa guía, en la del año de 1982, que es un libro de 354 páginas, el Mazda RX 7, que lleva más de tres años en el mercado, es descrito como la mejor compra en el apartado de coches de sport. Ello significa preferirlo a ofertas como el Chevrolet Corvette, el Datsun 280 ZX Turbo, el Fiat Spider 2000, el Fiat X 1/9, el Honda Prelude, el Porsche 924 Turbo, el Puma GTE o el Toyota Supra, éste último el único a su altura tras considerar en todos ellos su carrocería y equipo, su confort, su seguridad, sus prestaciones, así como su precio de venta y sus costes de mantenimiento.
El Mazda RX no presentó novedades en su carrera comercial que no fueran los retoques delanteros y traseros y en sus llantas definidos para la versión 1981, ahora de 115 cv, que en Japón ofrecía 130 cv y 165 con la adicción de un turbo, todo ello hasta que le sustituyó un nuevo RX 7, lo que sucedió desde septiembre de 1985.
Las características más importantes del RX 7, según su catálogo holandés de 1979 son las siguientes:
- Motor delantero longitudinal rotativo de doble rotor de cilindrada 2×573 cc con compresión de 9,4:1 y con carburador doble cuerpo invertido, dando 105 cv din a 6000 rpm.
- Caja de velocidades de 5 marchas sincronizadas.
- Frenos, con repartidor de carga, de discos ventilados delante y traseros de tambor.
- Dirección de circulación de bolas.
- Suspensión McPherson delantera con barra estabilizadora y trasera de eje rígido con resortes helicoidales y barra estabilizadora.
- Llantas de aluminio de 5 ½ x 13 y neumáticos de 185/70 HR 13 radiales.
- Longitud de 4285, anchura de 1675 y altura de 1260 mm. Peso en orden de marcha de 1060 kg y depósito de gasolina de 55 litros.
Pero en el Mazda RX 7 la noticia era su fiabilidad. De ello se ocupaban los belgas de Le Moniteur Automobile, quienes publicaban un referéndum realizado entre 125 de sus propietarios en mayo de 1983. (8)
En dicha encuesta referida al 14 % de los RX 7 matriculados en Bélgica se definía al RX 7 como un verdadero deportivo, dados su manejo, vivacidad y carácter. Las mejores notas iban para su estanqueidad y para sus arranques en caliente, pero también había notas más que buenas para su potencia, transmisión, robustez, estabilidad y postura de conducción, siendo lo peor valorado su progresión en frio y su adherencia trasera en piso deslizante, advirtiendo sus 125 dueños que la fiabilidad mecánica -exceptuada la de su embrague- era excelente, contando con un entretenimiento continuado y el recurso a puestas a punto. Eso sí, reconocían que al RX 7 le gustaba demasiado repostar, lo que describían como su primer defecto al lado de su adherencia en mojado, su visibilidad posterior, su suspensión dura y su mínima habitabilidad trasera. Las prestaciones de su motor, su estética, su estabilidad, su fiabilidad y el silencio y la suavidad de este Wankel de Mazda eran para sus usuarios sus mayores virtudes, virtudes que compartieron muchos más propietarios, como lo demuestra su persistencia en el catálogo de su fabricante y su enorme cifra de unidades fabricadas.
Escrito por Ramón Roca, patrono de la Fundación RACE.
Bibliografía
- El dato de unidades fabricadas procede del volumen 2 Cars in the UK 1971 to 1995 de Graham Robson. Las cifras de fabricación detalladas por años -con la cifra idéntica de 1981 y 1982- proceden de Collectible Cars 1930-1990.
- El Salón de Los Ángeles está descrito en el nº 11 de 1978 de 15 de junio de 1978 de L’Auto-Journal.
- Las evoluciones e inicios de los primeros Mazda rotativos comercializados están tomadas de Toutes les voitures du monde années 60 de René y Serge Bellu.
- La revista de Velocidad aludida es la nº 882 de 5 de agosto de 1978
- Toutes les voitures du monde de L’Automobile, nº 3 spécial de 1980-1981, describe los competidores del RX 7 en el mercado mundial de esas fechas y aporta también las cifras de fabricación de Mazda en 1979, así como las de los fabricantes que le superaron en actividad fabril.
- L’Automobile nº 397 de julio de 1979 se ocupa de probar al RX 7.
- Motor road test annual 1980 también lo hace, así como a su competencia más directa en el mercado inglés.
- Le Moniteur Automobile en su nº 785 de 5 de mayo de 1983 publica el referéndum que atestigua las bondades del RX 7 y su contrastada fiabilidad.
arribi
21 de febrero de 2017 a las 20:29Me gusta mucho Mazda, porque a pesar de ser un fabricante pequeño y no estar al amparo de ninguna marca de gran volumen y liquidez (al menos ahora), siempre ha ido por un camino distinto en cuento a ingeniería, consiguiendo muchas veces resultados tan positivos que más tarde los demás los acaban imitando.
El RX-7, junto al MX-5, es de esos coches que tienen un hueco especial en la historia no solo de Mazda, sino del automovilismo y, por qué no decirlo, en el corazón de todos los petrolheads.
ramon
22 de febrero de 2017 a las 12:46Arribi, de nuevo concuerdo contigo, especialmente con tu capacidad de decir sencilla y rotundamente las cosas, y es que Mazda es mucho y muy original.
ToniExup
23 de febrero de 2017 a las 00:04Interesante y didáctico, como siempre, el leer sus artículos.
Independientemente de si el coche en liza me gusta o no, siempre acabo por leer todo el artículo porque sé que no defrauda.
un placer leerle, un saludo
José joaquin toro Gaviria
23 de febrero de 2017 a las 04:55me gusta Mazda porque produce vehículos de mui buena calidad y no para inundar el mundo de vehículos y cada día mejora mucho y poroi es muy buena opción comprar un mazda
ramon
23 de febrero de 2017 a las 14:17Gracias por tus palabras, Toni, pues animan a revolver la biblioteca en busca de datos porque se sabe que el lector lo merece y la historia, también.
Unai Villameriel
24 de febrero de 2017 a las 19:59Otro gran artículo, tal y como nos tenéis acostumbrados. Os hago un par de correcciones:
-Si Mazda comenzó en el 1960, ahora tiene 57 años, no 67.
-Hacia el final del artículo: «entretien» o «soutien» del francés significan mantenimiento.
Seguid asi!! Saludos!!
nachetetm
25 de febrero de 2017 a las 11:09¡Magnífico el coche y el artículo, como acostumbra D. Ramón!
ramon
25 de febrero de 2017 a las 18:54Jose Joaquín, Unai y Nachete, gracias por vuestras palabras y a ti, Unai, gracias también por tus correciones, que asumo.