Recuerdo un Auto Retro madrileño de hace unos años, en el cual me paseaba con Oscar y con Juan, y ante un Mercedes 280 SE cabriolet, les dije:
“Mirad, probablemente el coche más bonito de todos los tiempos”.
Oscar y Juan se miraron sorprendidos y luego se volvieron hacía mi, interrogantes, manteniendo yo -igual que ahora- el aserto en toda su extensión, pues miles y miles de carrocerías, por no decir esculturas, no me hacen variar mi opinión, opinión, naturalmente, muy personal y muy discutible, además de muy subjetiva.
El más veterano fabricante de automóviles del mundo siempre fue partidario de los descapotables y casi siempre procuró ofrecer una versión que ofreciera la estrella de la marca… y, también, todos los astros y estrellas de cualquier cielo.
Tal pretensión tan loable se conseguía descapotando a sus más exclusivos modelos, pues de antemano y en teoría, las formas de los automóviles suelen ser especialmente agraciadas en formato descapotable de dos puertas.
Como no podía ser menos el W 111, el colas de 1959, alto de gama de la marca como W 112 o 300 SE, también gozó de su versión cabriolet -presentada en el Salón de Francfort de septiembre de 1961-, tras la aparición de la versión cupé, cuya estética, más discreta, menos ornamentada y más elegante que la de la berlina, era obra de Paul Bracq, bajo la dirección de Karl Wilfert.
Fue esta exhibida por vez primera el 21 de febrero de ese año, con motivo de la inauguración del primer museo automovilístico que creaba una marca en todo el mundo. Se presentaba pues, al lado de tantos Mercedes históricos, uno que era histórico, que era clásico desde su primer día, como ha demostrado el paso del tiempo.
A ese Mercedes 220 SE cupé, como se dijo, le siguió la versión cabriolet desde septiembre de 1961, a la que se sumó en febrero de 1962 una versión máxima, el 300 SE cabriolet, cuyo 6 cilindros era más potente y cuya diferenciación más notable eran los niquelados que marcaban sus guardabarros y su carrocería.
El W111 hizo un cameo en la película de «Bridget Jones»
El cabriolet 220 SE y 300 SE convivirían hasta 1963 con los 190 SL y 300 SL roadster, viendo aparecer ese año en el Salón de Ginebra al 230 SL, el pagoda, cuyos motores de 6 cilindros evolucionaron como en los cabriolets.
Los Mercedes 220 SE cabriolet continuaron en fabricación hasta 1965, pues en septiembre de ese año los colas dieron paso a otro referente mundial, a los W 111, 250 S y SE, que disfrutaron de idéntica versión cabriolet, ahora con su mecánica nueva y más potente, cabriolets consecuentemente denominados Mercedes 250 SE cabriolet, acompañados de los 300 SE que siguieron en producción hasta diciembre de 1967.
Una nueva variación se refirió a estos bellísimos cabriolets cuando en enero de 1968, en el Salón de Bruselas, los 250 S y SE se convirtieron en 280 S y SE y, consecuentemente, los cabriolet 250 SE y 300 SE desaparecieron sustituidos el cabriolet 280 SE.
Finalmente, en septiembre de 1969, la llegada de un motor V 8 a esta gama alta de Mercedes, hizo que nuestro amigo pasase a ser denominado cabriolet Mercedes 280 SE 3.5, modelo fabricado hasta julio de 1971, meses después de la llegada de su sucesor, el Mercedes 350 SL. (1)
Hay que decir que estos Mercedes descapotables se fabricaron en muy escasa cantidad. De hecho del cabriolet 220 SE (1961 a 1965) se construyeron 2.729 unidades, luego fueron sólo 954 los etiquetados como 250 SE (1965 a 1967), 1.390 los nominados 280 SE (1967-1971), 1.232 los 280 SE 3.5 (1969 a 1971) y, paralelamente, 708 los vendidos como 300 SE (1962-1967), totalizando todos ellos 7.013 cotizadas unidades. (2)
La explicación de su rareza cuantitativa está relacionada con su excelencia cualitativa, ya que tanta belleza y calidad conllevaban un alto precio.
Así es que, en precios de 1963, un Mercedes 220 SE cabriolet costaba en el mercado suizo tanto como 36.800 francos suizos (3) y el 300 SE nada menos que 48.000, o sea, menos que los 88.000 que costaba un Rolls Royce Silver Cloud cabriolet, pero más que los 44.400 que valía un Cadillac Eldorado, más que los 25.200 que costaba un Chevrolet Impala descapotable y mucho más que los 21.800 que pedían por un Citroen DS cabriolet, y más también que los 26.300 en los que se vendía un icónico Jaguar E cabriolet, que era otra cosa, más deportivo y menos lujoso.
Mercedes presentaba a estas maravillas en sus sucesivos catálogos -ilustrados generalmente por cabriolets blancos o rojos-, como un coche de “cultivada elegancia”, “espacioso”, “deportivo” y de “magistral motor”, añadiendo que era un automóvil tan memorable para los entendidos, como los inolvidables 540 K y SSK, y enfatizando en su seguridad y en la indiscutida elegancia de sus líneas, cada vez más clásicas por intemporales.
La prensa especializada no pudo catar muchos, no obstante Clásicos Exclusivos (4) ofrece la prueba de un 280 SE 3.5 automático, señalando su excelente ingeniería y su versatilidad en el uso, precisando su escaso radio de giro, su dirección suave y no muy precisa, su cambio lento, su consumo alto y, además, un buen comportamiento dinámico a pesar de su peso y dimensiones, todo lo cual no le eximía de sobrevirar, especialmente en el caso de 280-3.5; todo ello resaltando algo obvio: su elegancia, su clase y la calidad de la escultura que lo carroza.
Otras revistas (5) señalan al 220 SE como carente de algún caballo más; no así al 250 SE al cual un probador tan avezado como José Rosinski describe en Sport Auto como “un silencioso y sólido automóvil al que no inmuta la velocidad proporcionada por su sedoso y equilibrado 6 cilindros”, que le permite hacer los 400 m desde parado en 18,6 segundos.
Las características más básicas de estos imperecederos cabiolets de la Mercedes Benz son las siguientes:
- Motor de 6 cilindros en línea de 2195 cc con inyección mecánica Bosch dando 120 cv din, que era de 2996 cc ofreciendo 160 cv din en el 300SE y de 2496 cc proporcionando 150 cv en el 250 SE, así como de 2778 y 160 cv din en el 280 SE, siendo un V8 de 3499 cc el motor del 280 SE 3.5, que daba 200 cv din
- La caja de cambios era de 4 velocidades, mecánica o automática, disponiendo de solo 5 la caja mecánica del 280-3.5
- La suspensión era siempre de 4 ruedas independientes, con reglaje automático de nivel en el caso del W 112 o 300 SE
- Los frenos eran servoasistidos, con discos delanteros Girling y tambores traseros en el 220 SE, con 4 discos Dunlop en los restantes
- La dirección era siempre de circuito de bolas con servoasistencia, como los frenos
- Las dimensiones se cifraban en 4,88 m de largo, 1,84 de ancho y 1,45 de alto, con un peso de 1.500 kg en el 220, 1.700 en el 300, 1.590 en el 280 y 1.650 en el 280 V8
Estas maravillas también imponían algunos cuidados (6), si bien se le adjudicaban a sus motores 400.000 km superados con la sola ayuda de un correcto mantenimiento, especialmente en el caso de la mecánica del 250, cuyas guías de válvulas se usan con alguna rapidez y cuyas culatas resultan de cierta fragilidad, no apreciando los altos regímenes el 300 debido a su larga carrera y su culata, susceptible de traspasar aceite, cabiéndole al 280 3.5 V 8 la mayor fama de solidez.
El proverbial acabado y la acreditada solidez de los Mercedes se extendía a sus cajas de cambio y a sus trenes rodantes, algo críticos en el supuesto del 300 SE, el cual disfruta de suspensión neumática, susceptible de fugas.
No obstante su punto más débil radica en el resorte compensador hidráulico de su eje trasero, al cual el tiempo y el uso consiguen vencer. Por otra parte, es recomendable verificar su autenticidad comprobando los números de identificación, dado que, por desgracia, demasiados cupés fueron descapotados…
Tal mantenimiento ha de entenderse referido a su mecánica, a su compleja capota y a ciertos recodos susceptibles de oxidarse, a pesar de entregarse tras la aplicación de un tratamiento anti óxido.
Finalmente, no me resisto a publicar las cotizaciones que el nº 331 de Rétroviseur -de marzo de 2017- atribuye a estos excelentísimos descapotables.
Se cifrarían en 65.000 euros para un 220 SE, 70.000 para un 250 SE, 100.000 para un 280, que serían 125.000 en los 280 de calandra más baja, construidos al mismo tiempo que el 280 SE 3.5, cuyo V 8 le llevaría a alcanzar los 240.000 euros. A su lado, los pagodas estarían entre 80 y 110.000 euros, al cabriolet anterior, el correspondiente a los pontón, se cotizaría sobre 110.000 y sus sucesores, los R 107 de 1971 a 1989, valdrían entre 38 y 52.000 euros.
Como comparación, un Rolls Royce Silver Cloud II o III descapotable se vendería entre 280 y 440.000 euros (y yo no lo preferiría…) y un Citroen DS cabriolet entre 170 y 190.000 (y yo tampoco lo preferiría, pues las esculturas no se pueden retocar). Finalmente, lo mejor de América, un cabriolet Cadillac de aquellos años se tasa como mucho en 70.000 euros (y yo también lo desecharía).
En suma, y con todos los respetos para quien discrepe, de todo corazón, sigo pensando que tanta elegancia, tanta armonía, tanta sencillez, tanta clase y una línea tan intemporal, sólo caben en los cabriolet SE de Mercedes.
Bibliografía
- La evolución y distintas versiones de esta belleza está basada en datos de Deutsche Autos y del nº 15 de Automobiles Classiques.
- Las cifras de fabricación proceden del propio fabricante
- Los precios señalados están tomados del Numéro Catalogue de 1963 de la Revue Automobile Suisse
- Es el nº 64 de Clásicos Exclusivos el que ofrece la prueba aludida. Es de destacar que de las habituales revistas manejadas, desde Motor y Autocar a L’Automobile o L’Autojournal, sin olvidar Quattroruote y las revistas españolas, ninguna ofreció en su momento prueba alguna de los cabriolet SE, no así de los cupés.
- Autorétro nº 7 y Rétroviseur nº 268 tratan también sobre esta serie de cabriolets
- Clásicos exclusivos nº 73, así como Rétroviseur en el número aludido, se refieren a la postventa y mantenimiento de estos monumentos.
arribi
29 de marzo de 2017 a las 19:11Aunque soy más de W113 y R107 (me puede el lado más «deportivo» siempre), reconozco que la elegancia y majestuosidad del protagonista del artículo es difícil de igualar, no digamos ya superar. Es todo un Mercedes.
Sé que es ir contracorriente, pero echo de menos la clase de los Mercedes antiguos (que para mí se ha sabido conservar hasta la llegada del «algo está pasando…») en las últimas generaciones. Creo que es porque me hago mayor (a pesar de mis 27 años). Para mi gusto se han vulgarizado demasiado.
Buen artículo, como de costumbre.
ToniExup
30 de marzo de 2017 a las 01:54Excelente y documentado artículo, como siempre.
Desde mi humilde opinión, para mí, no es el más bonito, sí uno de los más elegantes. Siempre desde mis extraños y anacrónicos gustos, hablar de Merecedes descapotable en competición para el podium «descapotable más bonito», yo voto por; Mercedes 300SL Roadster (1957).
Se mire por el ángulo que se mire, ese coche es armonía, belleza… no sé. Estoy de acuerdo con el compañero «arribi»: se han vulgarizado.
Yo si soy mayor, y no me gusta la deriva que están tomando los acontecimientos, decididamente soy de otra época. No comulgo ya con motores híbridos/eléctricos, coches eficientes e inteligentes y paquebotes de corte similar.
En fin, mañana me daré una vuelta en mi trasto contaminante del año 2000 (ahora que todavía la Alcaldesa de Barcelona me deja circular con él) y meditaré sobre el asunto.
Un saludo
alberto
30 de marzo de 2017 a las 10:48Conviví bastante con ese coche, aunque un 300 SE coupé. No sé si será el más bonito, pero es el coche con el mejor olor a cuero de la historia, juguetes de Her Majesty incluidos.
Gracias por recordármelo, ahora que ya sólo huelo la subida del IVA…
ramon
30 de marzo de 2017 a las 11:51Gracias Arribi por tu opinión que siempre aprecio, agradezco y respeto.
Gracias, Tony pues te entiendo perfectamente, prefieres el músculo a la elegancia con un elegante y musculso 300 SL, lo que tb aplsudo.
Gracias, Alberto por ese detalle tan personal del que sólo disfrutan los afortunados.
ANTONIO MOREIRA DIEGO
30 de marzo de 2017 a las 18:52Extraordinario artículo, gracias por la gozada de leerlo y ver las fotos (voy por la tercera y las que me quedan) y mi felicitación, Indudablemente esta entre los candidatos a ser el más bonito, pero los Jaguar Mk II, el E o el cupé del XJ, el 300 SL roadster, o ….. hay tantos coches que son autenticas obras de arte que yo, personalmente, no soy ni he sido capaz de decidirme nunca por uno en concreto, tal vez me falte aclarar más mis ideas.
juanma
30 de marzo de 2017 a las 23:32Un bonito cochazo sin duda.
Para mi, sin salirnos de la marca, el cabrio más bonito que jamás han diseñado es el W 113 de 1963 en cualquiera de sus variantes hasta el año 71, aunque me ponen mucho también los SL de cuarta generación.
Y coincido con los otros comentarios sobre la vulgarización de la marca, por no decir garrulamiento total, al menos en la clase A y en los CLA… Es que ni los acabados interiores me parecen destacables, bueno si, por lo desafortunados que son.
Gran artículo, nos estáis mal acostumbrando.
ramon
31 de marzo de 2017 a las 13:10Gracias por vuestros comentarios Juanma y Antonio.
Os repito que fue una impresión personal y discutible la mía y concuerdo en que Mercedes está bajando algo el nivel.
nachetetm
3 de abril de 2017 a las 21:01Discrepo sobre la belleza de este Mercedes. En mi opinión no hay comparación con los SL de varias épocas, como el 300SL, el pagoda o el R107. En cualquier caso un coche muy elegante y un gran artículo.
ramon
3 de abril de 2017 a las 23:32Nachetetm, insisto en micriterio subjetivo. Coincido en 300 SL…y el pagoda nunca me entusiasmó.
Gracias por tus apreciaciones.
Manuel López Casado
11 de mayo de 2017 a las 09:22Amigo, respeto tu preferencia, pero creo que ese título puede estar reservado a la Giulietta Sprint Spider.
David
18 de enero de 2020 a las 13:12Buenos días , tengo un Mercedes 300 se cabrio del 62 y me gustaría saber cuantos se fabricaron con cambio manual y en qué precio estarían valorados hoy en día gracias .