Prueba Toyota GT86. Pecado capital

Hoy os traemos una nueva colaboración de nuestro buen amigo Jorge Toribio, que por cuestiones de trabajo (su otro trabajo, el que le da de comer), había estado algo desconectado de nuestras habituales pruebas. Lo mejor es que vuelve con la misma certeza, agudeza y frescura de siempre. Disfrutadlo.

Lasheras

En el verano de 2014, yo estaba en Boston, disfrutando del sueño americano como becario en un banco de allí y cobrando un sueldo que en aquella época (y si le preguntamos a cualquier becario en España os confirmará) me parecía estratosférico. El GT86 había salido hace apenas dos años y ya había leído mil pruebas, comparativas y videos de YouTube sobre el coche; había jugado con todos los concept cars que habían ido saliendo en los diferentes simuladores de conducción y la verdad es que estaba enamorado del coche; y además, a diferencia de lo que me pasaba con los típicos M3, 911, etc., este podría pagarlo llegado el momento.

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Así que un sábado, después de un Cars&Coffee, me veo con mis amigos Steven (Cadillac CTS-V con 700 cv) y Connor (no me preguntéis cómo ni por qué, tenía un VW Passat DIESEL), en un concesionario de Scion -submarca de Toyota en Estados Unidos- pidiendo uno FR-S (denominación del GT86 para el mercado norteamericano) para probar. Yo sabía que no me lo podía comprar, porque en algún momento tenía que volver a la piel de toro. Pero ellos me convencieron y me dijeron que, si iba al concesionario y les contaba todo esto que os he contado a vosotros, con suerte me dejarían la unidad toda la tarde. Y así fue.

FR-S, BRZ y GT86. Mismos coches, diferentes personalidades

Este curioso convoy estaba compuesto por un coche más americano que Trump calzado con gomas de drag, un Volkswagen en representación de Angela Merkel y el FR-S/GT86 que yo conducía. Nos pegamos toda la tarde subiendo y bajando una carretera de montaña, probando el coche, corriendo lo que se podía (en EEUU no se andan con chiquitas) y dejando alguna que otra marca en el asfalto. Lo que allí llaman irte a Méjico.

Al final de la tarde devolvimos el coche y les dije a mis amigos lo siguiente: “Es una pena, porque probablemente nunca llegue a tener este coche”. Me pareció un concepto fantástico como coche de acceso al mundo del motor, pero en este punto yo ya tenía un coche de diario y estaba planteándome la compra de un “coche viejo para fundir”.

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Y os preguntaréis que por qué os cuento algo que pasó hace 5 años si el coche que interesa, el modelo de este año 2019, lo acabo de probar… Pues porque con algunos coches, y este es uno de ellos, uno llega a entablar una relación especial que va más allá de conducirlo unas horas o unos días. Algunos coches dejan un poso, una espinita clavada por no tener uno para conducirlo día sí y día también. Por eso esta prueba se titula «pecado capital», porque ya hemos probado este coche antes, en versión Scion FR-S, en versión Subaru BRZ (2 veces) y de nuevo ahora en su mejor versión de GT86, la última en aparecer. Esta era una prueba que no hacía falta hacer, era una prueba por pura gula, por pura avaricia, por lujuria.

MX-5 y BRZ, las alternativas lógicas al GT86

Sobre este coche ya lo sabéis todo, es un viejo conocido de los que nos gustan los coches y no va a sorprender a nadie, pues a lo largo de los años solo ha ido recibiendo pequeñas actualizaciones aquí y allá. Tiene 200 cv a 7.000rpm, extraídos de su motor bóxer atmosférico que «solo funciona arriba», monta llantas de 17 pulgadas (por fin con un diseño bonito de verdad) y un neumático estrecho y de agarre medio con una sección de 215 mm. Es un 2+2 pero que atrás se cabe justo (llevar a alguien es torturarlo).

Ahora sí, noviembre de 2019.

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Por temas logísticos iba a tener el coche tan solo 24 horas, así que ese era el tiempo que tenía para reafirmar mi opinión sobre el GT86. Bajo a la puerta de casa y me encuentro con el pequeño deportivo rojo. Cuando ves el modelo de 2019, lo primero que te llama la atención si te fijas en los detalles es el cambio en el sistema de frenada, que además lo diferencia de su hermano el BRZ. Toyota ha puesto pinzas Brembo en las cuatro ruedas, 4 pistones delante y 2 detrás, aumentando también el diámetro de los discos 20 mm en ambos casos.

Por fin llantas bonitas y frenos gordos

Con su peso contenido (1250 Kg en orden de marcha), no era un coche con problemas de consistencia en la frenada, pero es verdad que no tenía una mordida demasiado potente. Las distancias de frenado no eran espectaculares, aunque la culpa de ello estaba claramente en unas gomas poco deportivas, que algunos se empeñan en cambiar por neumáticos con mucho agarre, pero que a nosotros nos encantan, pues permiten al coche moverse con viveza y «hablarnos» cuando estamos cerca del límite.

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Una vez me subo al coche y miro el habitáculo, me encuentro con un interior sobrio -no ha variado prácticamente desde 2012- pero muy adecuado para la tarea que nos ocupa: la posición en el asiento es deportiva, con la banqueta considerablemente abajo y un respaldo recoge bien (cuidado si eres talla grande); la palanca de cambios está donde tiene que estar (y los pedales y el freno de mano también), para cambiar sin perder concentración en lo que se aproxima por el parabrisas; y el volante, que ahora trae teclas multifunción tiene un diámetro y tacto bueno para agarrarlo con decisión cuando hace falta (si te has subido a un Alfa 4C sabrás que un volante también se puede hacer mal).

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Arranco el coche y el sonido del motor bóxer de 2 litros se deja notar aunque no te vuelve loco ni por belleza ni por volumen (de agradecer esto último como coche para todo). No obstante, suena a deportivo. De momento pongo a los Dire Straits en el sistema multimedia, que ya se ve algo obsoleto, y encaro rumbo a mi puerto de montaña de confianza.

Antes de comenzar la subida, pongamos al GT86 en contexto: se trata de un coche presentado hace ya 7 años, que nos ofrece tracción trasera, diferencial autoblocante, cambio manual (en opción un automático que no merece la pena), un motor atmosférico «todo arriba», aspecto de coupé y un chasis bien puesto a punto (de verdad) por unos 35.000€ de precio de oficial.

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Claramente no va a ser mejor o más completo que un BMW M2 o un Porsche Cayman, que cuestan el doble (o el triple) pero tampoco es lo que le vamos a pedir. Buscamos deportividad en un grado que nos haga querer conducirlo un sábado, pero que vivir con él sea razonable (consumos, manteimiento…). El GT86 apuesta por un concepto absolutamente atemporal: diversión basada en la conducción tradicional. Sin florituras. Algo en lo que es excelente.

Una vez al pie de las curvas, activo el Modo Track, que Toyota afirma haber refinado para, a pesar de no desconectar totalmente el ESP, sí ser más permisivo, y empiezo la primera subida alegre.

Tacto deportivo y recorridos cortos y precisos en el cambio

El GT86 se ha caracterizado por ser un coche con una dinámica muy asentada -no era subvirador, pero sí era difícil ir de lado con él – y en esta iteración del modelo, Toyota había prometido un coche más directo a través de nuevos refuerzos en el chasis para reducir posibles torsiones y una barra estabilizadora trasera más rígida (a pesar de traer unos muelles más blandos que en modelos previos).

Cuando empieza la zona más revirada el GT86 entra y sale de las curvas muy plano. Las mejoras del chasis y las estabilizadoras nuevas hacen su trabajo para que el coche no guiñe en exceso, así que voy cogiendo curva tras curva aumentando el ritmo. Al ir sentado bastante abajo, con el coche girando plano, da una sensación de confianza que te deja ir conociendo sus límites con cierta seguridad: esa sensación que te dice “por esta curva entro” aunque tu sentido común ya empiece a plantearse si no vamos demasiado rápido.

Esta sensación te lleva a intentar frenar menos, porque vamos a ser realistas, si «paras» el coche demasiado en una curva cuesta arriba, si dejas que el motor «salga» de la zona buena, en un despiste te pone en apuros el primer TDI de turno que pase por allí.

En apoyos fuertes a alta velocidad es cuando la cosa se pone algo más seria, porque es verdad que el coche vira plano, pero el agarre de los neumáticos es limitado, dando sensación de deriva en algunos momentos, pero el volante te lo hace saber en seguida, avisando de cómo pierde aplomo cuando entras en una curva con exceso de optimismo.

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Al acelerar, ni su motor (ni yo), te va(mos) a engañar: funciona bien entre 5.500 y 7.500rpm y te lo va a dejar muy claro la primera vez que pienses en ahorrarte un cambio. Ahí se te cae un poco la alegría, no obstante, en un tramo que no te obligue a estirar por encima de la cuarta marcha, el juego segunda-tercera saca lo mejor del coche. Es ahí donde más brilla y donde el GT86 arrasa en diversión a muchos deportivos que duplican su precio.

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Llego al final del puerto y vuelvo a bajar por el mismo camino, ahora con algunos caballos extra debido a la cuesta abajo. Es hora de probar bien el modo Track: apuntas hacia dentro de la curva, el peso del coche se desplaza hacia fuera y aprovechas ese momento de inercia para abrir gas “como un molino”. Para mi sorpresa, el GT86 y su diferencial Torsen deslizan aun con el Modo Track activado (antes no) y aunque hay que trabajárselo, ahora es un coche que de serie sí derrapa y da todo el juego que le quieras pedir (dentro de los límites que ofrecen 200 cv, que en ocasiones exceden los de la legalidad en carreteras abiertas).

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Esto es precisamente lo que le faltaba a este coche. Quizá sea la nueva estabilizadora trasera o que yo venía ya «caliente» después de un buen tramo, pero empujar la zaga del GT86 ahora se me antojó más fácil que cuando probé sus primos FR-S y BRZ. Y aunque nadie te perdone el tener que usar las inercias para romper la tracción del GT86, el empuje del motor es suficiente para mantener un deslizamiento prolongado e incluso enlazar alguna curva si la diosa Fortuna está de nuestro lado.

Ese derrape y alguno más que dejé por allí dibujado, me llevaron a esta conclusión: si tienes un presupuesto de unos 35.000 euros y te gusta conducir, el GT86 no tiene rival. Un par de meses antes, había estado también en mi puerto de confianza con un Hyundai i30N (un GTi extremadamente divertido) y aunque subí más rápido, seguro que no me lo pasé mejor. Dirigir un coche con el acelerador y las inercias es algo que un hatchback de tracción delantera como el N o cualquier otro GTi en este rango de precios (que son prácticamente todos) no te va a permitir.

i30N, uno de los GTi más divertidos del momento

Tanto si lo que te gusta es derrapar, como si lo que quieres es ir lo más rápido que un coche te permite, buscando ese punto dulce en el deslizamiento que te da el máximo avance, el GT86 es un coche muy bueno.

En la bajada, cuando los frenos se vuelven necesarios, te acuerdas de las nuevas pinzas Brembo que mencionábamos antes. La frenada se ha vuelto más estable y con el aplomo que transmite pisar fuerte el pedal, que ahora se siente bastante duro. Destila ahora una seguridad que me llamó bastante la atención y refuerza tu confianza para buscar los límites del coche mientra hacemos un punta tacón de libro escuchando la mecánica cerca de la zona roja.

Posición perfecta de los pedales para hacer punta tacón

Después de unas cuantas repeticiones de la secuencia subida-bajada al puerto, paré en la gasolinera que hay al principio de la carretera a dejar alguna nota del comportamiento del coche y me fijé en que eran las 2 de la mañana. Me había levantado a las 6 y ahí seguía, dándole pasadas al mismo tramo. Solo con un buen coche haces esto.

Lo cierto es que el GT86 es un conjunto sin florituras, lo justo para todo: lo justo para ir a trabajar con él los lunes, lo justo para que te puedas divertir con él en un tramo y lo justo para que tu corazón pueda explicarle a tu cartera que su precio es razonable, porque vale para todo y te vas a gastar lo justo. El GT86 es una plataforma muy buena para trabajar sobre tus habilidades a bordo de un deportivo, en un tramo o en un circuito (el GT86 es un coche de 2 minutos en el Jarama) aunque creo que en circuito puede que sí sientas la necesidad de más potencia.

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Durante mi peregrinación de vuelta a casa por la clásica autopista de 4 ó 5 carriles, en la que metes sexta y te dejas llevar por el hilo de la música, iba reflexionando en la pregunta en la que acabamos siempre que hablamos de este coche: Y si no es este coche, con ese dinero ¿qué te compras?

Las primeras imágenes en mi cabeza fueron el 370Z, cuya conducción es mucho más aparatosa (incluso en versión NISMO que ya probamos aquí) o el MX-5 (aquí), que además son biplaza, lo cual compromete su versatilidad. Cualquier GTi lo descarto: no derrapa; y lo siguiente que saltó en mi cabeza fueron coches de segunda mano, un M3 e92, por ejemplo. Es verdad que puedo encontrarlos en el mercado por ese precio, pero ni sus mantenimientos serán iguales, ni me sentiré tranquilo haciéndole los kilómetros que al GT86 le haría sin pensar, y al final para mi un coche se trata de conducirlo, no de preocuparme.

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No serías el primero en descubrir, tras vivir con un M3 de segunda mano y con algún que otro año encima, que un GT86 es mejor por muchas razones: porque tienes garantía, porque puedes conducirlo y no se rompe nunca, porque es barato de andar (aunque un poco tragón) y de mantener, porque corre suficiente para divertirte pero no para perder el carné cada vez que estiras una marcha…

Finalmente llego a casa, lo aparco en el garaje, busco las llaves por todo el habitáculo, que en algún momento de esta aventura salieron disparadas (fabricantes, por favor, si me leéis, dejad de hacer los coches keyless, LAS LLAVES SE PIERDEN) y al cerrar la puerta concluyo mi reflexión sobre el GT86:

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1. Es un coche diferente, centrado en la conducción. Trata de responder a las necesidades de un cliente que quiere poder permitirse la deportividad en su día a día, animal cada vez menos frecuente gracias al esfuerzo de algunos por que el coche deje de ser un símbolo de libertad y empiece a ser una molestia.

2. No es el deportivo definitivo, pero sí es la mejor opción entre sus rivales. No hacen falta los 100 cv extra que piden en internet los guerreros del teclado, ni una suspensión rebajada o mejores ruedas. El GT86 funciona y da lo que prometía Tetsuya Tada: un paquete que entrega las sensaciones de conducir un coupé deportivo bien hecho.

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3. Es un coche muy recomendable como primer deportivo serio. Si hoy me preguntasen qué coche habría buscado como mi primer deportivo, seguramente sería este. Un coche razonable en tus quehaceres diarios, que te lleve de tramo el fin de semana y te deje entrar al circuito sin sentir que estás haciendo el indio. Pero, ahora también lo veo como algo más que un coche escuela, más que un escalón hacia algo mejor. Nos pesa que no ponga Porsche o BMW M en el capó, pero tiene tan buen tacto y es tan buen DEPORTIVO (para conducir) como cualquiera que puedas pensar, simplemente es un poco menos rápido en línea recta.

¿Por qué no tener un GT86 como tu segundo coche también, si ya tienes un coche de diario y ciertas necesidades de espacio cubiertas? ¿Crees que el día que salgas con tus amigos por la sierra te dejarán atrás? ¿Crees que el día que vayáis a un circuito tendrán una sonrisa más grande que la tuya en sus coches? Yo sé que no.

4. Como un Golf, no es un Golf. Eso dice el anuncio de VW, pero ¿qué aficionado a los coches que se precie querría un Golf (u otro GTi de similares características) como deportivo para todo, pudiendo tener un coupé trasera, que derrapa y es mucho más deportivo por el mismo precio? Además, como dice mi sabio amigo Costa: «Tienes toda la vida para tener un Golf«.

Fotografías realizadas por Raúl Crespo, disponibles para su descarga en nuestro Flickr.

Extra Lap

En la actualidad, Steven vendió el CTS-V y tiene un M4 de circuito, Connor aprovechó el Dieselgate y se pasó a un Golf R (sí, os he dicho que no os compréis un Golf, pero tened en cuenta que: 1. probablemente era el único tío al que habían conseguido engañar para comprar un Passat diésel en todo Massachusetts y 2. Es un R, que cuesta mucho más que el GT86 que nos ocupa), y yo… bueno: yo sigo pensando que el GT86 tendría que estar en el garaje de mucha gente, probablemente empezando por el mío, pero me acabo de comprar una moto deportiva nueva, y la vida no da para todo.

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30 comentarios en “Prueba Toyota GT86. Pecado capital”

  • Roberto Merino

    4 de diciembre de 2019 a las 18:47

    Enhorabuena como siempre por este fantástico artículo.

    En cuanto al coche, habiendo probado yo también un BRZ, que siempre ha tenido fama de ir más «atado» que el Toyota, tengo que decir que coincido en todo. Es decir, es un gran primer coche, un buen deportivo y para mucha gente el coche a tener en su garaje (sin necesidad de ser necesariamente un escalón hacia algo más potente / caro), pero tengo que decir que para 200 cv y un coche ya con unos años, 35.000 € me parece MUCHO dinero. Estos coches se venderían como churros en la barrera de los 26-27 mil €.

    No digo que no los valga, pero por muy divertido de conducir que sea, al final es un coche para todo, y como coche para todo, tiene muchas desventajas respecto a un Golf GTI y compañía (espacio, prestaciones, consumos…)

    En cualquier caso, si bajan algo de precio ahora que se espera su «renovación», es una opción realmente atractiva para tener en casa.

  • Mike Tyson

    5 de diciembre de 2019 a las 10:39

    Cada día me gusta más este coche, estéticamente esas llantas le quedan muy bien y esos frenos dan un aspecto de coche mucho más gordo, pero sigo viéndolo un poco de juguete con esa rueda tan estrecha… aunque si decís que no pide nada más, lo mejor seguramente es no tocarlo y arriesgarte a perder ese buen balance que todo el mundo alaba…

    Buena prueba, como siempre.

  • Staff

    delarosa

    5 de diciembre de 2019 a las 11:04

    Me ha gustado mucho el estilo «cinematográfico» de esta narrativa. El flashback al principio cuando el redactor era un joven becario. El reencuentro con su fetiche en la actualidad. Y el final, recapitulando lo que ha pasado con todos los amigos del pasado, como un «basado en hechos reales».

    En lo relativo al coche, cada vez es más atractivo, más afinado y se encuentra más solo en el mercado. Sin alternativas que te den la deportividad real de un trasera atmosférico con autoblocante. En esta época, en la que todas las marcas recurren al turbo para sacar potencia y «reducir» emisiones, el GT86 es un soplo de aire fresco para los que gustamos de conducir a altas vueltas. Hasta BMW y Porsche han sucumbido a los imperativos medioambientales, con el resultado de que sus últimos productos son poco recomendables para el que quiera pureza de conducción. Son rápidos, efectivos pero poco disfrutables en la vida real.

    El resumen de este coche me parece que está en esta frase: «lo justo para ir a trabajar con él los lunes, lo justo para que te puedas divertir con él en un tramo y lo justo para que tu corazón pueda explicarle a tu cartera que su precio es razonable, porque vale para todo y te vas a gastar lo justo.»

    El GT86, desgraciadamente, apenas se ve en la calle (en comparación con el MX-5 ND, por ejemplo, lo que prueba que el cliente lo percibe como un coche caro. Si consiguieran sacarlo a un precio inferior a 30.000€ se vendería mucho más.

  • Tumah Dree

    5 de diciembre de 2019 a las 11:26

    Este coche pasará sin pena ni gloria por un sencillo motivo: no hay quien lo compre. El chaval que se gasta ese dinero en un coche nuevo se compra un Golf GTI o un Megane RS, los dos más rápidos y más cómodos. No puede competir, sencillamente.

    Los coupés ya no están de moda, ni siquiera bien vistos. Si este coche fuera descapotable quizá tuviera más mercado.
    El único que valora este coche es el aficionado más experimentado: la sutileza de su chasis, lo afinado que está… no todo el mundo va a valorar los puntos fuertes de este coche.

    Es un futuro clásico, el AE86 de 2050

  • ToniExup

    5 de diciembre de 2019 a las 14:24

    Enhorabuena por el artículo.

    Me ha gustado la forma de explicar las cosas y las cosas que explicas. El coche, según expones, es muy divertido y suficiente para todo, pero yo no me lo compraba, no me gusta.

    Quizá si lo probara, cambiaría de opinión, o no…
    En cualquier caso, soy un incondicional de los GTI delantera, aburridos y eficaces.
    Hay gente pa tó.

  • Mx5 NA

    5 de diciembre de 2019 a las 14:45

    Estupendo artículo. Cómo está contado, cómo está ordenado «en el tiempo», cómo te hace vivir lo que el autor cuenta…
    La estética de este coche no me gusta demasiado, aunque se que en vivo gana.
    Pero coincido en lo que dicen arriba: el que se va a gastar este dinero en un coche y quiere potencia y «deportividad», se compra un GTI «al uso».
    No es lo mismo, pero hay que tener en cuenta los usos que se le van a dar y como único coche no lo veo. Como segundo vehículo es genial, pero es un precio bastante alto a pagar.
    Aunque estoy seguro de que si lo probase me parecería menos caro.

  • sr.kiwi

    5 de diciembre de 2019 a las 16:15

    Precisamente lo que me gusta de este coche es eso, que se ven pocos, a diferencia de gti’s y mx5’s que los hay por todas partes… Si cambiara mi mr2 mkIII, sería por este (me gusta lo que se ve poco).

  • Staff

    Lasheras

    5 de diciembre de 2019 a las 16:51

    En mi caso particular soy de esos que andan enamorado de cómo va este coche. Es cierto que podría correr un poquito más y consumir un poquito menos, pero la diversión al volante es MUCHA, y eso hace que te olvides de pequeños inconvenientes que podrían hacer de este coche un 10. He sido el feliz propietario coches de tracción trasera de 200 o 300 cv y se que no hace falta más para pasarlo bien.

    En definitiva, yo sí lo veo en mi garaje, precisamente una de estas unidades de 2018 o 2019, ya con las llantas bonitas y los frenos buenos. Quizá en unos años, cuando las unidades de segunda mano estén a precios más razonables y empiecen a encajar en un presupuesto de coche de fin de semana.

    Precisamente, la razón por la que no se ven muchas unidades de estos coches es esa. Como coche para todo falla por cuestiones de espacio o consumos, como coche de fin de semana, de esos a los que les haces pocos kilómetros al año, no es lo bastante exclusivo o rápido, y como dice el artículo, al final la gente se decanta por un M3 E92 (que está en un punto bajo de cotización) antes que por un Toyota que va a caer de precio estrepitosamente en los próximos años (por concepto, no porque no sea un magnífico coche).

    A veces el mercado no hace justicia a coches tan buenos como este. Si tuviera el dinero, seguramente yo mismo me hubiera comprado uno.

  • Jordi

    5 de diciembre de 2019 a las 23:10

    Muy buen artículo de un coche que consideró que es nicho de mercado.

    El tema está en el precio y en el concepto, no barato y de poco uso, eso limita las ventas frente a los hatcback, y además le sumamos que la marca no es de las que molan, no tienen glamour, menos si lo comparamos con Porsche o los M… y como están estos últimos bien de precio, pues se venden, porque mucha gente no piensa en el mantenimiento de estos bichos.

    En mi caso, para coche de disfrute me compraría un Miata, es cabrio, y para coche tirando a inútil, me encanta el viento.

    Como motero, me gusta el concepto de poco peso aunque sea con menos potencia, pero como pasa en las motos, hay modelos de este tipo que prácticamente no se venden, la gente acaba comprando por CV, prefiere más potencia con más peso!

    Ciao.

  • pabeni

    6 de diciembre de 2019 a las 01:51

    Pues yo tengo uno, y me divierto tanto con el que desde febrero que lo compre le he hecho 27000 km. No soy un experto piloto ni me gusta picarme con los gti, eso si en las curvas rápidas de autovía pocos lo siguen, porque es un deportivo 100 %

  • Pedro

    6 de diciembre de 2019 a las 11:36

    Me ha encantado el artículo, como siempre.
    Comentar que es de admirar en los tiempos que corren que una marca siga afinando un coche destinado a un nicho de mercado tan concreto, pero demuestra que la marca comparte esa pasión por disfrutar de ese segmento de coche y por ello en los últimos años ha afinado las pocas áreas de mejora que tenía.
    Yo también lo veo más como segundo coche para disfrutar del ruteo y 35k me parece alto y creo que por unos pocos miles menos es una grandísima opción.

  • Enrique

    6 de diciembre de 2019 a las 11:43

    Gracias por el genial artículo.
    Una pregunta.
    En el artículo comentáis “… en circuito puede que sí sientas la necesidad de más potencia.”
    Supongo que para eso la marca tiene el Supra.
    ¿Tenéis prevista alguna prueba de él?
    Me encantó la prueba del Z4 y al ser primos-hermanos, me encantaría conocer vuestras impresiones al volante.

  • nachetetm

    6 de diciembre de 2019 a las 18:49

    Coche magnífico que me compraría ahora mismo, pero que veo difícil tenerlo: 35000€ son muchos euros para su público objetivo Y LOS SUELDOS QUE SE MANEJAN EN LA ACTUALIDAD. Además, yo fui a interesarme por uno y era IMPOSIBLE probarlo. Lo siento pero comprar coches a ciegas ya no se lleva, muy mal por Toyota y Subaru. Y luego están los de segunda mano: muy pocas unidades (se ha vendido muy poco) y a precios disparatados (bajo mi punto de vista). Lleva el mismo camino que el S2000, que nadie lo compraba y ahora todo el mundo lo quiere.

  • Jaime

    8 de diciembre de 2019 a las 15:08

    Qué moto te has pillado?? A ver si un día nos sorprendeis con un comparativo de moto vs coche como forma disfrutar del motor… Ahí lo dejo. Un saludo y gracias por hacernos sonreir.

    Por cierto, aprovecho para preguntar si alguien sabe qué ha pasado con los amigos de fuelwasters

  • pabeni

    8 de diciembre de 2019 a las 20:20

    Por cierto, consume poco para lo que es, los neumáticos son buenos lo que pasa es que los Michelin duran mucho más que cualquier otro y blando de tacto.

  • Deivid Torrepower

    9 de diciembre de 2019 a las 20:54

    Fantástico artículo. No es nada nuevo el nivelazo de esta web, pero no por ello voy a cansar de repetirlo y de daros las gracias por compartir vuestras experiencias.

    Sólo que este viaje, el coche no termina de llenarme. Muy seguramente si tuviera la posibilidad de subirme en uno saldría maravillado pero vamos a empezar porque el actual diseño oriental no me entra de ninguna de las maneras. Tampoco comparto las cínicas tomas postizas de aire o las salidas de escape de más (aunque esta batalla la tengo perdida) Tampoco me gusta el motor solo arriba en tanto en cuanto el uso del coche va destinado a carretera abierta. Al menos para mí, hay muchas mas ocasiones en las que un motor así supone una contra (te pilla a traición un TDI de 120 cv y en los primeros metros te saca los colores. O te sobreviene una rampa que no esperabas. O necesitas un adelantamiento inmediato…)

    Por el contrario tiene un par de cositas que me conquistan. Ir sentado con el culo en en suelo y las ruedas de 215… si fueran 205 como en otros mercados, mejor. (esta moda de poner una 225 R18 hasta en los Ibiza de 75cv… menos mal que con la penalización del CO2 vuelven a verse ruedas acordes a lo que corresponde) Un coche no agarra mas por llevar goma mas ancha, sólo que da sensación de ir «sobre raíles» pero como se te vaya, ponte a rezar porque lo hará con mayor violencia.

    Y luego está el tema del vil metal. O tienes 20 años y ese dinero y es tu primer coche, o como segundo coche no sé si lo veo. En estos niveles quizás prefiriese estirar la billetera y hacerme con un 124 Abarth (que ya no está en catálogo en España, por cierto) que me parece todavía mejor preparado, excitante y exclusivo.

    Y si realmente tuviera ese dinero para gastar en un hierro… mucho mas probablemente me pillaba un clásico y lo remozaba completamente a mi gusto.

  • Juanjo

    11 de diciembre de 2019 a las 01:52

    Fantástico artículo, como siempre. Me ha encantado la forma de recorrer la línea temporal de la historia.

    En cuanto al coche; A mi, que en la chapita ponga toyota o bmw o porsche me da exactamente igual. De hecho, considero que Toyota es un grandísimo fabricante con nada que envidiar a otras marcas más lujosas (y lo digo teniendo un m3 en el garaje). Lo que no termina de engancharme del gt86 es la estética, aunque ha mejorado con las nuevas llantas y los frenos. Tal vez en unos años, cuando empiece a verlo como un clásico, me guste más.

    Como coche escuela/track days/fin de semana creo que no es competivo en el mercado. Por esos 35000 hay opciones (de segunda mano) más apropiadas. Como coche para todo, si te encaja, creo que es un producto redondo del todo. A nivel marketiniano, no le vendrían mal unos cuantos cv más, y bajar un poco el pvp.

    Slds;
    Juanjo.

  • Jose Luis

    11 de diciembre de 2019 a las 12:28

    Fantástico artículo, he disfrutado mucho leyéndolo…. pero no ha conseguido que lo desee o plantee ni como compra o recomendación para un amigo (ni con este, ni con el resto de artículos que hay del mismo en la página, en otros medios, etc…)

    Si os fijáis, el 98% de los lectores lo consideramos MUY caro…. una opinión que no he visto tan unánime por ejemplo con el Mazda Mx5. Si ya de por sí el coche como concepto es de un mercado muy nicho, con el precio ya directamente es un mercado nulo.

    Los que lo hemos probado coincidimos en que corre poco, gasta mucho, suena feo, el motor para ser atmosférico tiene muy poca rabia y lo acabamos salvando por que tiene un chasis muy agradable y es manual. A mucho público con esas dos últimas cosas y el diseño les es suficiente para decantarse por el, lo cual no desmerece en absoluto la elección, pero conociendo a Jorge como lo conozco SIEMPRE le sabrá a poco

    PD: subrayo totalmente el comentario de Nachetetm….. ha dado en el clavo

  • stenyak

    11 de diciembre de 2019 a las 13:48

    ¿Como se compararía con un 130i de hace 10 añitos? Mas peso, si, pero mucha mas potencia y mas usable como coche «para todo». ¿Hay alguien que haya probado ambos y pueda dar sus impresiones?

  • indeciso

    18 de diciembre de 2019 a las 15:56

    Como he leído en otros comentarios; coche perfecto para segunda mano.
    Muy caro de primeras. Además con pocas opciones de personalización no se podría justificar como el coche de tus suenos, por lo que seguiría sin tener sentido su compra.

  • pabeni

    22 de diciembre de 2019 a las 18:40

    Este coche es una joya y aqui hay mucho opinador que solo lo ha visto en fotos talis delanteras hechapedos.

  • CarlosF.

    8 de enero de 2020 a las 21:37

    Tetsuya Tada, su diseñador, explicaba en una entrevista que su objetivo era entregar un lienzo en blanco a su cliente, eso si, con el centro de gravedad lo mas bajo posible; algo, que como decía Tetsuya, solo se puede lograr en fabrica. El resto, como bien comentaba, es totalmente personalizable.De serie, viene listo para divertirte, pero tambien para que lo ajustes a tu gusto…no os imaginais, mecanicamente, como esta diseñado y pensado para que le cambies todo aquello que quereis mejorar…todo accesible, todo a mano, todo facil para hacerle lo que quieras. Y siempre, siempre, siempre, se comporta como un juguete que quiere jugar contigo…las sensaciones que te da este coche, no las tienes con cualquier coche…a muchos les parece caro…a mi me parece hasta barato. Volvería a comprar mi BRZ…una y mil veces…son de esos coches que te bajas al garaje y te quedas embobado viendolo, recorriendo con tus ojos sus lineas tan marcadas y tan de coupe clasico noventero…hasta el reloj digital es un guiño a estos años…y sí, mejor en persona…las fotos no le hacen justicia. Cada detalle del diseño de este coche esta pensado y tiene una explicación…por poner un ejemplo; las ventanilla trasera triangular tiene el tamaño exacto de la que montaba su abuelo el Toyota GT2000 o que el diametro de las colas de escape miden exactamente 86mm. Este coche hay que estudiarlo, entender su origen, entender su diseño, su finalidad…solo asi te puede llegar a enamorar. Si solo te quedas en la superficie, nunca llegarás a él y si no lo haces nunca podrás experimentar la sensación de «piloto» que se tiene cada vez que te subes, ajustas el asiento y arrancas su motor boxer. Si de verdad te llama un poquito la atención…sigue rascando…te aseguro que no te va a defraudar lo que vas a encontrar debajo…

  • Anton pujol

    16 de enero de 2020 a las 17:59

    Mi preferido Ferrari 456

  • JL

    21 de enero de 2020 a las 18:25

    Bravo Subaru y Toyota. el 86 es único en el mercado. es para puristas, entendidos. por favor el GR86 siga atmosférico y estire donde no llegan los sobre alimentados, prefiero 230cv que 265 turbo. es un deportivo que admiro como también admiran en 8000 v. ,gracias amigos
    Toyota sigue así que compraré, disfrutaré y cuidaré. BRAVO

  • Cinta

    14 de marzo de 2021 a las 16:50

    Qué buen artículo, enhorabuena

    Y que pena que esta maravilla no se esté valorando en España, el volumen de ventas da risa…
    Esperemos que toyota/subaru no nos lo quiten del mercado

    Por cierto, tengo mucha curiosidad, ¿alguien ha probado el 86 y un 130i posterior al 2007?
    ¿hay mucha diferencia en sensaciones?

  • Staff

    Lasheras

    15 de marzo de 2021 a las 12:00

    Hola Cinta,

    Gracias por tus comentario. Una pena que las ventas no hayan acompañado a este coche, la verdad.

    Respecto a tu pregunta. Aunque el 130i es un coche que nos encanta y que siempre ha estado en nuestra lista de coches rápidos y divertidos a buen precio, lo cierto es que tiene poco en común con el 86. Se puede decir que el BMW es un coche en general más burgués, y que para aportar el nivel de diversión del GT86 necesita una buena inversión (suspensiones, escape, etc). Lo que no quita que como coche de diario con aspiraciones deportivas sea una magnífica opción.

    Saludos.

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