El arte de la prohibición

Está muy de moda prohibir cosas. Lo que antaño eran libertades conseguidas a base de esfuerzo y sacrificio de nuestros ancestros ahora son prohibiciones. No podemos comparar vivir en Europa con la vida que, lamentablemente, se lleva en la mayoría de los países pero he tenido la suerte de viajar mucho (por trabajo en innumerables ocasiones) y he visto algo que en Europa estamos perdiendo: libertad.


Making America great again

Esta, por supuesto, es una afirmación muy polémica y os pido que la consideréis una licencia literaria (de otro modo los flanders se me echarían encima) para dar entrada a lo que de verdad quiero escribir: los coches. No es novedad  para nadie que diga que en Madrid, ante ciertos escenarios de contaminación, se regule el uso del vehículo particular. Tampoco os pillará por sorpresa que en algunas ciudades se plantea la prohibición de acceder con vehículos diésel en pocos años, y de gasolina en algunos más. Siempre en función de la edad.

Yo, de naturaleza escéptica, me pregunto qué va a pasar. No me atrevo a decir si son buenas o malas ideas, quizá algunas funcionen especialmente bien. Sin embargo lo que veo es que, en el caso de Madrid por ser la ciudad donde vivo, en cuanto caen 4 gotas el tráfico es un caos, si nieva mejor no salir de casa. Pero el transporte público no es mucho mejor, todos los que lo usan para ir a trabajar saben de qué hablo, y no necesita de la lluvia para que alguien pueda pasar 1 hora más de la programada dentro de un tren de Cercanías.

Estampa invernal del país que más vehículos eléctricos parece fabricar, no es cierto

Quizá nadie se haya dado cuenta que muchas empresas se han ido del centro de la ciudad. Mientras hace unos años mucha gente podía ir a pie, autobús o metro a su trabajo ahora se ha complicado extraordinariamente poder hacer eso: muchas empresas están fuera del centro urbano y se han desplazado a barrios periféricos y otros ayuntamientos. Sin embargo quien sufre estas decisiones es el trabajador, que ve como se le va una hora por la mañana y otra por la tarde metida en su coche para llegar a su puesto de trabajo. Gasta su salario en un coche medio moderno que le permita ir a trabajar de manera segura y un poco más en combustible. También gasta su tiempo, nadie se lo va a compensar.

Por si fuera poco, le dicen que es culpable de contaminar la ciudad y que, por su propio bien, le van a prohibir ir en coche a su puesto de trabajo. ¿El resultado? Pues muchos y muy variados resultados, pero alguna gente directamente no puede ir a trabajar en un tiempo razonable. En muchas ocasiones nadie se lo compensa. Sin embargo no veo a los ayuntamientos preocupándose de pedirles, en un ejercicio de responsabilidad, a estas empresas: teletrabajo, flexibilidad de horarios, transporte colectivo para los trabajadores… curioso.

Trabajador yendo a su puesto de trabajo en vehículo privado

Ahora bien, esta prohibición no afecta a eléctricos y algunos híbridos. Supongo que no afecta por dos motivos:

  1. Es lógico que si el problema es de calidad del aire, aquellos vehículos que no producen emisiones localmente estén fuera de la prohibición.
  2. Ahora lo que toca es vender híbridos y eléctricos, por lo que se les favorece de manera claramente injusta

Respecto al punto 1, no voy a entrar en discusiones sobre las calderas de la calefacción o las bondades el coche eléctrico (bueno, quizá al final) pero hay dos puntos que no admiten discusión:

a) Los coches particulares no son la principal fuente de emisiones de las ciudades españolas, en este caso lo podemos particularizar en Madrid a modo de ejemplo (1)

b) Los coches eléctricos contaminan, y mucho, aunque no produzcan emisiones locales (2)

En lo relativo al punto 2, para mí el más polémico, es que nos están vendiendo el vehículo eléctrico. No sé qué nos depara el futuro pero, por ahora, no imagino el vehículo eléctrico como una alternativa viable al motor tradicional. Durante los últimos 20 años nos han vendido el diésel y hemos (han) comprado lo que nos han dicho. Ahora toca renovar el parque automovilístico y coincide con una época en la que no hay una economía tan boyante: ¿cómo hacemos para forzar al mercado a cambiar de coche?, la gente estira el uso de sus vehículos durante 20 años, ¡es intolerable! ¿Solución? Popularizamos un producto anunciando sus ventajas y escondiendo sus deficiencias y, por otro lado, castigamos al que no lo compre. Si no compras un eléctrico (o híbrido en algunos casos) no puedes viajar sólo por el BUS VAO, si no tienes un eléctrico pagas por aparcar en la calle, si no tienes un eléctrico no podrás usarlo cuando quieras.


Hummer, el coche del pueblo

Todas estas ventajas desaparecerán con el tiempo, cuando se hayan popularizado. En ese momento tendremos un parque móvil más contaminante y menos utilizable, pero nos habrán convencido de que somos ecológicos y que el que conduce un coche de 25 años el mismo coche es un terrorista medioambiental.

Porque lo siguiente es hacer desaparecer lo coches viejos, no vaya a ser que lleguen a clásicos. Un país con afición por el automóvil es un país culto. Los países más desarrollados son habitualmente los que mayor afición por el automóvil tienen. No nos avergoncemos del automóvil, que nos ha traído libertad y un nivel de comodidad y posibilidad de formarse mediante los viajes como nunca antes. Todos vamos de ecologistas hasta que nos dicen que hay que ir en autobús de vacaciones y que la playa queda a 40 minutos caminando. Además de que hay vida fuera de las ciudades, con sus densas redes de transporte público. Vivimos en un país con 6.000 ayuntamientos y, alucinante, no todos tienen metro, tren de cercanías, Uber o bicis eléctricas para alquilar.

Volviendo al coche eléctrico. No me meteré en sus inconveniente, obvios algunos aunque nos empeñemos en no verlos. Hay viajes de más de 500 km y me gustará ver como dentro de unos años empiecen a pedir reemplazo las baterías: no es una cuestión de economía, ¿qué vas a hacer con ellas? ¿será verdad el porcentaje de reciclaje que anuncian o al final no será tal y como lo pintan?. Seguro que la respuesta no es muy ecológica. Pero mientras tanto prohibamos circular con los coches.

Tesla está jugando un papel muy importante en la popularización de los coches eléctricos, han convertido un producto friki en un producto cool, brillante. Gracias al Model S tener un Prius ya ha pasado de moda (recordemos que hace nada era el summun del modernismo ecológico. En USA, aquí vamos un poco por detrás). Sin embargo, en mi humilde opinión, marcas como Renault o Toyota serán las que se lleven el gato al agua. No sé si Tesla sobrevivirá pero si lo hace dudo que sea como marca generalista, será un producto de lujo o una página de una bonita historia que ha costado miles de millones de dólares con dos objetivos: hacer parecer a USA como líder de la tecnología de vanguardia en movilidad eléctrica y dar la puntilla a la conversión eléctrica de occidente. El resto del mundo va a su ritmo, salvo China que es el país con más coches eléctricos (3).

Todo bien, pero no tratemos de arreglar el mundo prohibiendo. Que no nos impongan una renovación forzosa del parque móvil porque la realidad es que la gente normal hace la mayoría de sus kilómetros para trabajar, no por diversión (esos somos nosotros, los «anormales», pero la huella de contaminación que dejamos es puramente residual. Nadie hace 50.000km al año en modo diversión. Esta vez no hablo de esta faceta del automóvil. Sin duda, mucho más agradable).

A modo de reflexión final sólo se me ocurriría pedir a nuestros políticos (y a los de los otros países) que se legisle con cabeza, con responsabilidad y con visión a largo plazo. Que no se prohíba, sancione y ahogue al ciudadano. Que en su lugar se promueva el uso responsable de los recursos, el uso compartido de los vehículos y se potencia el híbrido y eléctrico donde sea razonable y una mejora (se me ocurren los taxis y los autobuses urbano, oh wait!). En fin, un poquito de responsabilidad por parte de todos y que dejen de prohibir por sistema, que por el camino pueden llevarse por delante una afición tan bonita (y muy poco contaminante) como es conservar y conducir coches «viejos».

NDLR: Esto es un artículo de opinión. No obstante, nótese el tono sarcástico y provocador antes de proceder a su comentario.

Fuentes:

(1) Comunidad de Madrid

(2) Alainet

(3) Wikipedia

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19 comentarios en “El arte de la prohibición”

  • Storm

    2 de marzo de 2018 a las 00:26

    Ya nos la colaron con el diésel, después fué el híbrido y ahora toca el eléctrico.
    Y como saben que somos un rebaño fácil de dirigir… seguimos pagando el pato mientras algunos se lo llevan crudo.

  • Ndres

    2 de marzo de 2018 a las 10:09

    Qué buen artículo. Hace falta un jarro de agua fría en estos momentos de locura recargable.

  • Tonrace

    2 de marzo de 2018 a las 10:20

    Buenos días.

    Soy gran aficionado al motor y vivo en Vigo, una ciudad de tamaño medio en España, además tengo 2 coches de gasolina, por ciudad uno consume 23 litros a los 100 y el otro 12 litros. Tras un profundo análisis he llegado al convencimiento de separar el concepto de movilidad, yo o ME TRANSPORTO o CONDUZCO, en el primer caso uso mis piernas o el transporte público y en el segundo caso me subo en mis coches y disfruto con ellos. CONCLUSIÓN: tengo 2 coches con más de 20 años muy, pero muy contaminantes, que hacen al año 1900km, por ello reto a los ecologistas a comparar sus emisiones anuales por movilidad con las mías.

    Somos borregos y vamos por donde nos dicen, pero si fuéramos críticos analizaríamos modas y datos para actuar en consecuencia. Pero, pero, pero el humano es vago por naturaleza y mejor que otro lo haga por nosotros, no vaya a ser que se nos queme alguna neurona.

    Saludos.

  • Jose Luis

    2 de marzo de 2018 a las 11:21

    Bonita reflexión en una época complicada para los aficionados al motor…. De ponerse la cosa en un panorama o escenario peor de contaminación pude leer una reflexión en el NYT acerca de un cupo de CO2 por persona

    Cada persona (como si fuese un país) tendría un cupo de C02 anual, que podría combinar entre distintos coches y kilometraje entre ellos, en este caso, el impuesto de circulación se abonaría en función del kilometraje realizado y el C02 emitido, siendo este chequeado a final de año para el cobro correspondiente. Siempre teniendo en cuenta que el C02 sería acumulable año tras año en el caso de no completar el cupo

    Sobre los coches eléctricos, los que profesionalmente trabajamos en el sector automoción tenemos amplia información, estudios, consultorías, etc… del parque automovilístico en los próximos 20 años. Todos coinciden en el mercado residual que supondrán los coches 100% eléctricos (todos los informes bailan entre un 3% y un 8% de todos los coches del mundo) y que los modelos híbridos tendrán el condicionante por km de autonomía eléctricas para poder entrar en ciudades con problemas de emisiones (EJ; solo entran coches con mas de 50km de autonomía eléctrica)

    Pero en mi opinión, el panorama tira más por el hecho de que hay demasiados coches y que para muchos países supone un problema que todos sus habitantes tuvieran acceso a ellos. También me inquieta de sobremanera que países como el nuestro tengan que hacer este sobre esfuerzo económico y social cuando hay otros países que no tienen ni en mente modificar sus leyes anticontaminación… parece que Europa se tiene que fastidiar una vez mas

    A modo de broche, simplemente comentar que un coche es en la España actual el segundo desembolso mas grande que hace una familia, con la renta per capita que tenemos…. pues en fin, algo a tener en cuenta cuando hablamos de prohibir la libertad individual de una persona de poder utilizar un bien por el que ha trabajado duro para pagarlo….

    Saludos

  • ToniExup

    2 de marzo de 2018 a las 12:58

    Excelente artículo y en el momento apropiado.

    Empezaré por lo último, es decir; tu reflexión sobre la que el político/ políticos legislen con cabeza, con responsabilidad y con visión a largo plazo. Que no se prohíba, sancione y ahogue al ciudadano.

    Amigo Delarosa: PIERDE TODA ESPERAZA, estás hablando de políticos, es decir, les importas una higa, tú, los demás,nuestros coches, nuestra gran afición a ellos, nuestra libertad para elegir, etc. Lo único que les importa es, por éste orden: 1-Llegar al poder, 2-agarrarse a la silla y no soltarla ni aunque les eches agua hirviendo

    A ellos les es indiferente obligar a los ciudadanos a comprar coches eléctricos y prohibir los de combustión para entrar a las ciudades, ellos seguirán con su coche oficial, ahora está de moda el ecologismo de postureo y van a saco a por los motores combustión, ninguno de ellos se a leído los informes que indican que la fabricación de un eléctrico contamina más que las emisiones de un combustión, o los que cuestionan que tengamos materias primas suficientes para tanta batería como demandaría un parque móvil completamente eléctrico, o si los han leído, pero sólo les importan las encuestas y las intenciones de voto.

    En lugar de prohibir, ¿por qué no dar la oportunidad a los fabricantes de desarrollar sistemas de filtrado para los motores combustión para eliminar los contaminantes nocivos?
    Pues porque lo que da votos es ir contra los coches tipo vehículo de disfrute y potenciar las lavadoras eléctricas.

    Si al menos tuviéramos poder de organización y de presión, podíamos luchar de alguna manera, pero me temo que el pescado está todo vendido ya. En fin, me voy ahora a llenar el depósito de mi coche a tope de súper98 octanos, y a quemar el depósito en mi carretera de curvas favorita, ¡ala!

    Un saludo.

  • Miguel Ángel

    2 de marzo de 2018 a las 14:49

    Es todo pura demagogia. Si tanto les preocupan las emisiones de los coches, ¿por qué no fomentan el teletrabajo como dice el artículo? Tampoco parece que les preocupen las emisiones fuera de las grandes ciudades.

    Al final y como siempre, el coche es el culpable de todos los males. Te van acorralando poco a poco hasta que un día nos rendiremos agotados por tanta presión. Radares por todas partes, ITVs con exigencias absurdas, impuestos por doquier, multas, prohibiciones de circulación, imposibilidad de sacar tarjeta de residente en muchos casos… en fin, una lástima. Y que conste que soy ingeniero en una marca de coches, así que al final estoy viviendo de que se vendan coches nuevos (y tenemos eléctricos e híbridos, no quiero suspicacias).

    Muy bueno el artículo. Estoy seguro de que te has cortado al escribirlo por no alargarte 10 veces más, porque cada tema tratado da de sí lo suyo.

  • Fernando

    3 de marzo de 2018 a las 16:39

    Buen articulo y totalmente de acuerdo. Empiezo a pensar que hasta el Dieselgate ha sido un invento utilizado como detonante del cambio, y que hasta la propia Volkswaguen necesita para vender mas coches. Nos vendieron la panacea del diésel y ahora toca el eléctrico. Yo mientras pueda optaré por lo de siempre, la gasolina, hasta que me lo prohíban.

  • Deivid Torrepower

    3 de marzo de 2018 a las 19:19

    100% de acuerdo. El problema es que están vendiendo de p.m. el p*** coche eléctrico.

    Trabajo de asesor comercial en concesionario y cada vez viene mas gente con la pregunta ¿teneis coches híbridos (electrificados) o eléctricos? Cuando les preguntas qué les mueve hacia la compra de este coche (para conocer realmente sus necesidades) responden con su temor a «la restricción del tráfico». Las dos primeras veces expliqué como está todo el panorama (mas o menos con lo que ha escrito De La Rosa) y me miraban con cara de poker, como si fuera el típico vendedorque les quisiera vender a toda costa uno de mis coches que contaminan mogollón.

    Desde la tercera vez no me he implicado mas, que compren lo que les salga de los… (perdón, estoy siendo muy mal hablado en esta entrada)

    Esto me llevó a varias conclusiones: la primera es que a la gente realmente le importa un carajo lo que contamine activa o pasivamente un coche, cada vez mas el movimiento hacia una compra es desde el miedo que meten las administraciones públicas. Y dos, que la gente sólo quiere creerse determinadas cosas, cual tierraplanistas, y de ahí no les sacas. De esto último tiene mucha culpa los medios de comunicación y lo que yo llamo la prensa rosa del motor.

    Saluten!

    P.D.: antes no, pero ahora empiezo a entender cada vez mas la filosofia de los Fuelwaster y su pasión por los coches que tragen gasolina y, cuanta mas, mejor.

  • Nocomprendieselsinolonecesitan

    4 de marzo de 2018 a las 18:04

    Solo te ha faltado recomendar la compra de gasolina sin turbo de inyección indirecta para evitar futuros problemas y si se pueden pasar a GLP, mejor.

  • noze

    4 de marzo de 2018 a las 20:31

    Interesante articulo, especialmente acerca de la tendencia en Europa a la prohibicion.

    Seria interesante saber cual es la vida util optima de un vehiculo desde un punto de vista ecologico (seguro que no cambiar de coche cada 7-10años).

    Acerca de los vehiculos electricos discrepo de los comentarios, creo que existe mucho polarismo al respecto.

    Los defensores a ultranza que cargan los 100kWh de la bateria de su Tesla con paneles solares (notese la ironia) y los petrolhead que tendemos a odiarlos porque muchas veces vienen de la mano de una posible prohibicion de los motores de combustion (con el disfrute y libertad que para nosotros implica) y porque es dificil reemplazar el disfrute de un motor de combustion con uno electrico (no solo es cuestion de prestaciones).

    Los vehiculos electricos tienen mucho sentido en muchas situaciones (especialmente con la infrestructura adecuada) como medio de transporte, lo que no tiene sentido es prohibir los coches con motor de combustion, ni prohibir la circulacion de los coches debido a la edad (siempre que esten debidamente mantenidos).

  • Endika

    6 de marzo de 2018 a las 09:53

    Se puede decir mas alto pero no mas claro. Nos la van a meter doblada con los eléctricos, es gracioso que hablen de que los coches de ahora contaminan pero a que ninguno de ellos les a dado por pensar cuanto se va a contaminar produciendo la electricidad extra muy muy extra para alimentar un parque movil eléctrico

  • ramon

    6 de marzo de 2018 a las 14:44

    Ante todo gracias al amigo que me llamó recomendándome la lectura de este texto pues mi tarea actual me tiene muy ocupado y me lo estaba perdiendo
    Gracias porque se puede decir más alto o más largo pero no más claro.
    Pero voy a terminar, porque se me ocurre una reflexión que sintetiza lo dicho: están politizando el automóvil y su uso.
    PD
    1
    Es chocante ver como acertadas reflexiones suscitan admirables comentarios que merecen tanto aplauso como el escrito que los motiva.
    2
    Me gusta mucho la historia, pues bien, ni se escribe historia ni se hace historia prohibiendo, sí proponiendo y realizando, es decir: mejorando.
    3
    Criticar, como en este caso, es deñalar defectos y proponer soluciones y no, como hacen los estériles e impotentes, sancionar, castigar, atacar…disparatar, aunque sea sobre el automóvil que algunos quieren hacer políticamente incorrecto.
    4
    Querer a los coches es escribir y reflexionar como en este caso, amigo, amigos.

  • yoque

    6 de marzo de 2018 a las 15:01

    Una dudilla, cuando criticamos al coche eléctrico porque es cierto que pese a la inexistencia (o práctica inexistencia) de emisiones locales, no es tan cero emisiones si tomamos el conjunto del proceso de producción y venta… lo hacemos porque los coches que comen cadaver de dinosaurio, pese a que localmente sean como un volquete de CO2 y NOx… son limpísimos en su proceso de producción y venta, no?

    Pregunto.

  • Miguel

    6 de marzo de 2018 a las 15:04

    Ni calefacciones ni coches. Lo que más contamina en el mundo actual es el Gobierno.

  • La mejor vuelta a Nürburgring Nordschleife jamás completada. Dodge Viper American Club Racer (ACR) – 8000vueltas.com

    7 de marzo de 2018 a las 21:03

    […] Esta historia comienza de forma triste: con el anuncio de que en 2017 Fiat-Chrysler Automobiles cesaría la producción del Dodge Viper sin un modelo que lo reemplazara a la vista. ¿La razón? A partir de esa fecha se exige la incorporación del Air-Bag de cortina en todos los coches de EEUU y las reducidas ventas del modelo no justifican la inversión de rediseñar toda la cabina. Fin. Un lapidamiento injusto que me recuerda el último artículo de Delarosa: El arte de la prohibición. […]

  • Luis Aldegunde

    8 de marzo de 2018 a las 12:57

    Siempre es bueno saber que uno no es el único que clama en el desierto. Me he negado al diesel, explicado sus problemas, he ido a fuentes más autorizadas, es inutil. Ya he desistido de cambiar de coche, no me gustan los SUV, los todoterreno de ciudadm me gustan las berlinas de tres cuerpos y dos puertas, añoro mi Ascona GT… y no me puedo comprar ni un Bentley Continental GT, ni un Maserati Ghibli…no uso el coche en ciudad solo en carretera y cuando acelero mi viejo Honda hasta el corte me siento un delincuente y sonrio…

  • Toni

    11 de marzo de 2018 a las 00:26

    ¿Y de donde narices sale la energía eléctrica? Centrales nucleares.
    ¿Y que hacemos con las baterías? Contaminación pura.
    Siempre igual, intereses y hipocresía

  • Javier

    15 de marzo de 2018 a las 01:25

    Aquí los grandes intereses están representados por las industrias petroleras , que contaminan en la extracción, en el transporte de la materia prima, en la elaboración de los combustibles y en su consumo. Y estamos hablando del CO2, y el calentamiento global y todo eso…. Esas industrias han frenado durante décadas los coches eléctricos, y no porque ellos sigan surtiendo de combustible a las centrales térmicas para producir la electricidad para recargar las baterías, sino porque existen fuentes de electricidad que no pasan por los combustibles, ni siquiera por el nuclear, hablo de las renovables, que hace tiempo son más rentables que las convecionales, y que si tú tienes aerogenerador o paneles fotovoltaicos en casa, es que ya no pagas ni la electricidad de recargar las baterías.
    Si seguimos con la transición, paralizada ya unos cuantos años por el gobierno, hacia las renovables, los coches eléctricos no tendrán esa huella de suciedad de recargarse con energía eléctrica generada por fuentes no renovables.
    Yo tengo un 3.6 , un 2.2, un 1.6 y 0.7 aparte de una moto 1000 y no me hace ninguna gracia que me prohiban circular con alguno de ellos por contaminantes, que alguno sí lo es, pero entiendo la transición que hay que seguir con los vehículos nuevos.
    También entiendo que el proceso de fabricación y transporte de un vehículo eléctrico o de combustión contamina más que circular 2000 km al año con el 3.6 durante muchos años, y eso es algo que deben tener en cuenta, aparte que si conduzco cualquiera de los otros vehículos el 3.6 no estará caminando/contaminando.

    Es una batalla que tendremos que luchar los amantes de los coches de gasolina.

    saludos.

  • Oigres

    10 de abril de 2018 a las 00:21

    Tu post tiene grandes verdades, quien no lo quiera ver que no lo vea. Soy ingeniero y de esto entiendo, ahora mismo ningún país sería capaz de satisfacer la demanda de sustituir los coches por eléctricos, ningún país tiene tanto excedente de energía es más algunos son deficitarios así que, por ahora el coche eléctrico es una moda, nada funcional.

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