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Casualidades de la vida, pensaba que no iba a poder asistir a la Final Mundial que Ferrari ha organizado en Valencia este fin de semana, y sin embargo, el viernes por la mañana me encontraba en el circuito de Cheste, y con la posiblidad de entrar al Pit Lane “por la puerta de atrás”. No soy especialmente Tifosi, en realidad no soy fan de ninguna marca en particular, simplemente me gustan los coches deportivos, los coches de carreras, tanto clásicos como modernos y a partir de ahora, puedo decirlo: yo estuve allí. Porque si exceptuamos las 24H Le Mans Classic o el Goodwood Festival of Speed, dónde para inscribirse tienes que llevar algo con mucho pedigrí, no hay prácticamente nada igual a la Final Mundial. Coches de todas las épocas y categorías y todos en un estado de conservación ejemplar a pesar de ser, en la mayoría de los casos, no coches de la casa del Cavallino, sino ejemplares de colecciones privadas, que como si de un gran museo de la historia del automóvil se tratara, plagado de gloriosas victorias, se expusiera, todo junto, una vez al año para deleite de los espectadores. Precisamente aquí es dónde desde mi punto de vista habría que pegarle un tirón de orejas a Ferrari, porque si bien eran todos los que estaban, no estaban todos los que eran. Me explico: obviamente nadie puede obligarte a correr con tu Ferrari clásico, estás en tu derecho de guardarlo bajo una sábana durante años, a pesar de saber que fueron concebidos para saborear las mieles del éxito,  al fin y al cabo “la mate porque era mía”. Por eso Ferrari, quizá pensando que un público no especialmente entendido no notaría las ausencias, erró al permitir que no pudiéramos ver un 250 GTO, un 250 Testarossa, un 288 GTO, un 365 Daytona Competizione, un absolutamente espectacular y raro F50 GT o un 330 P4 por citar algunos de los que se echaron de menos. Estoy seguro de que allí en Maranello tienen uno o dos de cada y siempre pueden llamar a Luca Badaoer para que los pasee por los circuitos, como hizo este año con el F60 de Massa, que casualmente sí estaba allí. Pero veamos los que sí estuvieron, que no son pocos ni malos.

Historic Challenge:

Todos los coches pre-1989 con especificaciones de ciruito, nada de coches de calle, incluidos los Alfa Romeo y Maserati. Subdivididos en 10 clases diferentes en función de la edad de los vehículos, el sistema de frenos (tambor o disco) y número de cilindros y disposición de los motores. Entre los más destacables, sin ser un entendido en clásicos, podríamos citar los Maserati 6CM de 1936, de las que además había varias unidades, con su motor de doce cilindros con compresor volumétrico y 155 Cv o el curioso tipo 64 de 1962 con una triangulación del chasis espectacular. Es de destacar que a pesar de la edad de algunos de sus propietarios, la mayoría se baja del coche después de los entrenamientos y cambia mono de carreras por mono de mecánico

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Por supuesto, legión de Ferraris 250 y 275 en todas sus versiones, una delicia verlos rodar…muy rápido algunos, llegando a final de recta a velocidades bastánte considerables y en ocasiones entrando casi «de lado». Un espectáculo. Y también como colofón un par de invitados de honor, el Ferrari 512 de la Escudería Montjuic y un rarísimo 312P.

Hay quién critica usar estos veteranos para algo más que no sea dar un paseo, que el riesgo que existe de accidente y de perder una obra de arte irremplazable es altísimo, sin embargo, yo soy partidario de que sus motores de 12 cilindros vuelva a aullar por las pistas más emblemáticas del planeta, nacieron para ello, y si un día desaparecen, sus espíritus quedarán varando por los circuitos de medio mundo para aterrorizar a aquellos coches que jamás merecieron, si quiera, acercarse a una pista. Ya más modernos, pudimos disfrutar de los Ferrari 512 BB (Berlinetta Boxer) de IMSA o Le Mans (1977) – de los que sólo se fabricaron 27 unidades-, carrozadas por Pinifarina, que con su V12 a 180º de cinco litros y carrera corta desarrollaba en su última evolución 500 cv a 7800 rpm para tan solo 815 Kg de peso. Un auténtico monstruo que en estas finales mundiales se subio el segundo peldaño de un podio muy disputado.

También pudimos deleitarnos con un fantástico 308 GTB Grupo 4, con su carrocería de fibra de vidrio y Kevlar, sus 315 cv a, como no, 8000vueltas y sus preciosas llantas campagnolo de cinco tornillos de tipo turbina. Un coche con mucha historia a sus espaldas. Un coche que gano la Targa Florio en 1981.  Un coche desarrollado para ganar las 24 H de Le Mans, carrera que nunca disputó, probablemente debido a restricciones impuestas por parte de FIAT y que en 1983 pasó a ser desarrollado por Michelotto, que ya había hecho un gran trabajo con los exitosos Lancia Startos, para correr en rallyes dentro de la categoría de Grupo B.

Pero aún mejor, puede que mi favorito entre los GT’s, el Ferrari F40 LM, no un F40 normal. N0. Una (dos unidades en realidad) de las raras y genuinas 17  construidas por Ferrari para sus clientes “pata negra”, desarrolladas por Michelotto con una aerodinámica mejorada, un interior todavía más de carreras, suspensiones más firmes, llantas más grandes y –ojo al dato- entre 850 y 900 cv extraidos de su V8 bi turbo de 3 Litros, es decir, en torno a 300 Cv por cada litro de cilindrada. Las dos versiones que se dieron cita en Valencia habían pasado por Ferrari para una “civilización”, ya que el mantenimiento era absolutamente disparatado, y tambíen adaptación a combustibles sin plomo, dejándolos, aún así, en unos 750 cv para 1050 Kg de peso que le permitían acelerar de cero a 100 en 3,1 segundos y hacer puntas de ¡370km/h! Este es quizá uno de los coches más deseados de todo el planeta. Puede que no tengas ni idea de coches, que no tengas carné de conducir siquiera, pero si oyes «Ferrari F40», enseguida vendrá a tu cabeza ese poster con un monstruo rojo sobre fondo negro que todo adolescente tuvo en su habitación. No sólo es espectacularmente bello, también es peligroso, frágil, único.

F430 Challenge

También pudimos disfrutar, permitidme sólo por esta vez, de los “vulgares” F430 Challenge. Venidos desde los diferentes campeonatos: GTC, Italia Challenge, European Challenge y North American Challenge para, en una lucha sin tregua, proclamar al mejor piloto de Ferrari de GT’s del año. Fue el italiano Max Blancardi quien se llevó el título. Pero como siempre, lo mejor: los coches. Verlos desde el muro del Pit Lane llegar a final de recta a casi 270 Km/h y bajar una para «tirarse» a la primera curva de izquierdas es absolutamente espectacular. Un regalo caido del cielo. Cada minuto de estas carreras, con tantísima igualdad, es épico.

Pero lo fuerte aún esta por llegar: Los multimillonarios que pueden permitirse el lujo de entrar en el FXX Programme o el aún más exclusivo F1 Clienti. los que de verdad “Viven la Vida en Rojo”.

FXX Programme

No, no es un programa militar ultrasecreto del gobierno estadounidense, aunque viendo “el artefacto” en cuestión, podría pasar por un caza

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FXX Programme es un una serie de eventos para gentleman drivers del tipo “arrive and drive” (llegar y conducir). A diferencia de la Historic Challenge, cuyos pilotos suelen ser los responsables finales del vehículo, los participantes del FXX Programme desembolsan una generosa cantidad de dinero – varios millones de Euros – y Ferrari pone a su disposición la última arma de la casa del caballo rampante, en este caso un FXX.

El contrato estipula, que aunque el coche es tuyo, permanecerá entre evento y evento custodiado por el departamento Corse Clienti en Manarello. Si por una casualidad quisieras hacer un uso del coche fuera de lo acordado, digamos, de reclamo para tu fiesta de cumpleaños, Ferrari te lo presta, por supuesto, previo pago de todos los gastos de gestión y su correspondiente porcentaje de beneficio. Como curiosidad, para, según Ferrari, proteger sus más íntimos secretos, el coche no quedará a tu completa disposición hasta 20 años después de que lo hayas comprado.

El FXX es el GT más avanzado creado jamás en Maranello, una evolución sobre el Ferrari Enzo que no está homologado para circular por la calle, 1000 revoluciones por minuto extra respecto al V12 a 65º y unas cuantas mejoras hacen que pase de 660 cv a 860 a 9500 vueltas, con un sonido absolutamente demencial, más alto incluso que el de un Fórmula 1. Con un peso de 1150, 10 tipos de control de tracción, telemetría en tiempo real, desarrollado junto a Michael Schumacher… es, en fin, un auténtico coche de carreras, quizá el mejor de la actualidad ya que no estuvo supeditado a reglamentos y restricciones cuando se diseñó. Ferrari ni siquiera declara datos oficiales de prestaciones, para que la gente corriente -supongo- no tenga pesadillas , sólo 20 afortunados en todo el mundo lo saben.

F1 Clienti

Pero si aún crees que el FXX Programme es para “pobres y nenazas” Ferrari te da la posibilidad -es un decir, a saber que condiciones imponen- de pilotar los mejores F1 de la escudería

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Entre ellos: • Ferrari F2006 ex-Massa Chasis 252. • Ferrari F2005 ex-Barrichello Chasis 246 • Ferrari F2005 ex-Barrichello Chasis 243 • Ferrari F2004 ex-Schumacher Chasis 242 • Ferrari F2004 ex-Schumacher Chasis 234. • Ferrari F2003-GA ex-Barrichelo Chasis 233 • Ferrari F2003-GA ex-Schumacher Chasis 231 • Ferrari F2002 ex-Barrichello Chasis 222 • Ferrari F2002 ex-Schumacher Chasis 217 • Ferrari F2001 ex-Schumacher Chasis 213 • Ferrari F1-2000 ex-Schumacher Chasis 205 • Ferrari F1-2000 ex-Schumacher Chasis 204 • Ferrari F300 1998 ex-Schumacher Chasis 189 • Ferrari F300 1998 Test Car ex-Schumacher Chasis 183 • Ferrari F1 87/88 C 1987 ex Alboreto/Berger Chasis 97 • Ferrari 333 SP 1999 Chasis 30

El sistema de gestión de los vehículos es el mismo que en el programa FXX, sólo que ahora los gastos pueden multiplicarse por dos o incluso por tres en función del vehículo, mantenimiento etc.

Los chasis que aparecen en las fotos pero no en la lista de arriba,  son ex profeso hechos para los F1 Clienti y no tienen la historia de otras unidades. En cualquier caso, trata de imaginar cómo debes sentirte pilotando el coche que llevó a, por ejemplo, Alain Prost o Michael Schumacher a ganar carreras o Campeonatos del Mundo. El tiempo por vuelta que hagas es totalmente irrelevante.

Y por último, y en tierra de nadie, dos preciosidades , los F1 carrozados, los Ferrari 333 SP de 1993. Desarrollados primero por Dallara (93-95, 14 unidades) y más tarde por Michelotto (95-2000, 26 más) Con una belleza inigualable, con su V12 4.0 L 650 cv derivado de la F1 y que más tarde utilizaría el Ferarri F50, capaz de girar a casi 12000 rpm, 860 Kg de peso, 368 Km/h de punta. Vencedor de las 12 H de Sebring, de las 24 H de Daytona y de la vuelta rápida en las 24H de Le Mans en 1996. Con ese toque especial que sólo una barqueta te otorga. Sin duda, mis favoritas. Lo dicho, la vita en rosso.

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