Con este fácil juego de palabras no queremos mostrar otra cosa que nuestro enfado con los fabricantes de automóviles, en especial, con aquellos que aún se atreven a decir que venden coches deportivos.

Como parte de la redacción de 8000vueltas, estoy seguro de que me represento a mí y posiblemente alguno más (aunque seguramente no a todos) de los que en este portal escribimos y que algún día me gustaría presentar, uno a uno, como se merecen.

Pero vamos a hablar de MI cabreo.

Hace unos años que hemos asumido que el cambio climático es una realidad, que hay que luchar contra él, etc. Y todo esto está muy bien, y se debe hacer, por otras aficiones que ocupan mi escaso tiempo libre, diría que estoy bastante concienciado al respecto y que incluso me genera un conflicto interno entre mi aprecio por los coches y este sentimiento ecologista que se ha instalado en mis decisiones.

No tengo muy claro si la culpa de todos estos glaciares que se desprenden, lluvias que no llegan e incendios que asolan hectáreas es culpa de mi coche, puede que lo sea, pero me cuesta pensar que él sea el factor determinante cuando escucho que los 15 barcos de transporte más grandes del mundo contaminan lo mismo que 760 millones de vehículos, las calderas de mi ciudad son del pleistoceno, no habrá baterías para todos y otros datos de cuñado que no voy a rebatir ni apoyar porque la verdad es que no tengo ni idea, pero supongo que algo de verdad tendrán.

Por algún motivo, las marcas de coches, y especialmente las europeas, han aceptado pagar el pato. Con este planteamiento, el coche y en especial el deportivo, ha dejado de ser algo espectacular, con lo que los niños soñábamos, a algo que ya no sabes ni siquiera si está bien visto.

En un intento de lavado de cara, las marcas empezaron a apostar por el automóvil eléctrico y nos prometieron a los amantes del motor que había esperanza.

Este contexto me trae a la semana previa al GP de Francia de fórmula 1 de 2022, cuando Alpine auguraba la presentación de un vehículo innovador y deportivo, mi ilusión por encontrar una solución a mis problemas se reavivaba, aún después de haber leído que el siguiente Alpine era un SUV.

Levantan la manta y aparece esto:

Entonces la sombra de la decepción vuelve a aparecer en mi cabeza, que piensa: “Vaya con la innovación, un A110 con techo solar y faldones nuevos, qué visionarios, denle al creador de esa revolución un ministerio”.

Decido darle una oportunidad y entro a leer el resumen de prensa, leo en un titular que se trata de un laboratorio rodante, mi interés crece, sigo bajando y me doy cuenta de que la más de la mitad de la nota habla de cosas como:

• Un sistema multimedia innovador que emplea la tablet del usuario (ya ni la pantalla van a poner)
• 8 altavoces (como en una amplia gama de coches de todos los precios)
• Techo solar (no vamos ni a comentar)
• Materiales ecológicos (esta medalla ya se la puso el BMW i3 en 2013)

Y en un tímido apartado explican que Renault ha diseñado una caja de cambios para soportar mayor par y que han conseguido reutilizar los módulos de baterías de otro prototipo de la marca. Hasta aquí las novedades.

La decepción, que era sombra se apodera por completo de mí y me doy cuenta, mientras los monoplazas forman parrilla, de que al igual que hiciera Napoleón en Fontainebleau con Manuel Godoy en 1807, los franceses nos quieren engañar de nuevo, solo que esta vez no harán falta 6 años hasta que nos demos cuenta porque el engaño huele casi a broma.

Y es que la cosa no acaba aquí, bajo a las especificaciones técnicas y veo una comparativa con el A110 que podemos comprar hoy en tu Alpine Center de confianza y que os recuerdo que si bien se trata de un coche ágil y apetecible por lo ligero, tampoco tiene un motor “especialmente especial”. Lee nuestra prueba a fondo de este coche aquí.

Pues bien, resulta que el E-ternité tiene menos par, menos potencia, por consiguiente su 0-100 es más lento, pesa más y tiene menor velocidad punta.

TECHNICAL SPECIFICATIONS

Vale, es peor, pero por lo menos hemos progresado en “ecologismo” ya que asumiendo que venga de una fuente de energía “limpia” tendrá una autonomía de 420 kilómetros WLTP.

Entonces entra sigilosamente en mi pensamiento el Tesla Roadster de primera generación que probamos hace años, que salió allá por 2008-2010, cuando Elon Musk no era tan conocido, la gente de a pie no tenía bitcoins y Twitter era de unos tíos cuyos nombres nunca he sabido.

Resulta que ese Tesla, que no era otra cosa que un Lotus Elise con baterías (recordemos que el diseño del chasis Elise S2 tiene 22 años), ya tenía una autonomía de entre 340 y 390kms, unos 40cv más en su versión sport, un 0-100 medio segundo más rápido y aunque no os lo creáis, también se le podía quitar el techo.

Luca de Meo, persona que siempre he respetado decía “Quiero electrificar Alpine para que se inscriba en la eternidad”. Para alcanzar esa gloria, no vale con esto, que a mis ojos no es otra cosa que un intento barato, como cuando en la universidad ibas a un examen que no te sabías pero te sonaban algunas cosas, te plantabas delante del folio y encajabas esos cuatro conceptos en un texto larguísimo para probar suerte. Esta vez el profe te ha pillado, no estás a la altura de pasar de curso.

Con la carrera ya empezada y Leclerc próximo a perder casi todas sus opciones de ganar un campeonato que a principio de temporada parecía en su haber, me doy cuenta de que han pasado 12 años desde que los coches eléctricos se convirtieron en algo tangible y que desde entonces el progreso ha sido CERO de cara al aficionado.

Sí, hay un Taycan, pero tampoco es mejor que el Panamera equivalente, y hay un E-tron, que aunque es bonito, tampoco es ninguna revolución.

Hace unas semanas, Hyundai hizo una jugada similar, iban a hacer dos presentaciones de lo que sería el paradigma de la conducción deportiva en el futuro y lo que presentaron fue un coche eléctrico con “cosas” (RN22e) y una suerte de Delorean con alerón (N Vision 74), que me entra por los ojos pero me parece que está tan cerca de ser una realidad como el concept que diseñaron para Play Station.

Sinceramente, marcas, esperaba más de vosotros igual que lo esperaba Jeremy Clarckson en 2014 cuando comparó en un episodio de Top Gear al primer M4 con el i8, concluyendo que, si bien el i8 no era todo lo que debía ser, era un paso en la buena dirección.

Como la esperanza es lo último que se pierde, espero que mientras transcribo mi hartazgo y decepción ante vuestra dejación de funciones para con vuestro público más fiel, los que tienen coches porque quieren tenerlos y no porque tienen que tenerlos, haya alguien en algún despacho presentando ese coche eléctrico que me haga volver a creer en los inspiradores escudos de vuestros capós y que ese alguien sea escuchado y le den presupuesto para darnos lo que pedimos y que no quede solo en un render de una rueda de prensa.

Es una auténtica lástima que el aficionado no encuentre placer en vuestra oferta, que el coche nuevo que más gusta sea el que menos “novedades” traiga. ¿En qué punto la oferta se ha desligado así de la demanda?

Nos quieren hacer tragar el coche eléctrico y no tenemos problema en hacerlo, quizá no es mi plato favorito, pero “son lentejas”. No parece que quieran investigar de verdad en combustibles de biomasa u otras alternativas, entonces que nos traigan evolución eléctrica de la buena, la de verdad, la que haga que cuando salga el siguiente Porsche eléctrico alguien se plantee que pueda ser, al menos, tan bueno como el modelo de combustión, pero desde luego no peor como el e-ternité.

A mí, me gustan los coches, me da igual que su motor lo mueva la energía que sea, me gustan los coches, siempre me han gustado y con total certeza puedo decir que siempre me gustarán. Pero marcas, en serio, si un coche de Scalextric puede ser eléctrico y enganchar a todos los niños de varias generaciones, ¿De verdad no sois capaces de llevar esa sensación a escala 1:1 y que el producto no parezca una caricatura del progreso o unos deberes mal hechos?

Nosotros como medio podemos hablar mejor o peor de un coche, somos agentes de cambio y de alguna forma podemos tratar de aportar nuestro granito de arena en la evolución de la percepción de nuestros lectores sobre los coches eléctricos, pero no podemos hacerlo solos, sin un producto que respalde nuestras palabras, que sea bueno, que sea innovador, que sea mejor que el estándar, que ilusione y que lo quieras conducir, ya sonará como suene, eso estamos dispuestos a defenderlo, pero POR FAVOR, dadnos coches con alma que estén a la altura del cambio que nos pedís apoyar.