El garaje de los Hamilton, Duncan Hamilton

La foto que encabeza este artículo, junto con el conocido apellido que aparece en el título, puede dar lugar a confusión en la temática. No, no hablaremos de Lewis Hamilton y Anthony Hamilton (padre e hijo). ¿Qué podríamos contar de Lewis Hamilton que no se sepa? Pues poca cosa, es un gran piloto (para algunos) y actualmente forma parte de la élite de la Fórmula 1. De su padre… mejor ni hablamos; su mayor hazaña hasta el momento ha sido aparcar de un modo poco refinado su Porsche Carrera GT en el parque infantil de una urbanización.

Vamos a hablar de alguien con más solera, con mucha historia, Duncan Hamilton, que no tiene ningún parentesco con Anthony y Lewis. Es curiosa la forma en que descubrí a Duncan Hamilton, ocurrió buscando información sobre el chasis de un vehículo de competición. Indagando en varias webs del gremio de coches de colección, encontré su nombre en repetidas ocasiones. En ese momento me picó la curiosidad y busqué más acerca de este nombre.

Fue un piloto de competición peculiar, participó en las carreras más importantes de la época y protagonizó alguna de esas anécdotas que, cuando lees o te cuentan, ya no olvidas jamás. Como que, por ejemplo, tenía un juego de coches con su nombre (pero no un videojuego, no, un juego físico)

Duncan nació en Cork, Irlanda, en 1920 y, nada más cumplir la edad mínima para conducir, se hizo con un Austin Seven con el que se inició en el mundo del motor. Poco tiempo disfrutó de su Austin, pues tuvo que realizar el servicio militar obligatorio, pero esto no le impidió estar separado de los motores y la gasolina. Acabó pilotando aviones Westland Lysander durante la Segunda Guerra Mundial.

Tras el servicio militar y una vez finalizada la Segunda Guerra Mundial se dedicó al mundo de la competición automovilística. Desde 1947 hasta 1958 pilotó monoplazas fabricados por Lago-Talbot, Maserati, Gordini y HWM en Fórmula 1, mientras que su carrera en el mundo de la resistencia siempre estuvo ligada a Ferrari y Jaguar.

Su gran habilidad al volante le llevó a tomar parte en un total de cinco Grandes Premios de Fórmula 1 y dieciocho carreras de Fórmula 1 no puntuables (¡no puntuables!, qué tiempos). Los resultados no fueron precisamente exitosos, no consiguió conquistar ningún punto; no obstante, llegó a ocupar puestos de podio en carreras no puntuables.

Junto a su buenas cualidades como piloto (que no se reflejaron en su carrera de Formula 1), Duncan destacaba por su aspecto recio y fuerte, por su gran capacidad de trabajo y por su resistencia física. Estas aptitudes le sirvieron para participar en carreras de larga duración sin aparentes signos de fatiga, no mostraba signo alguno de cansancio durante su transcurso.

En la disciplina de la resistencia es donde Duncan logró sus mejores resultados. Participó nueve veces en las 24 Horas de Le Mans a los mandos de modelos Jaguar y Ferrari entre los años 1950 y 1958. En la casi totalidad de las ocasiones participó junto a Tony Rolt como compañero, aunque también lo hizo con otros pilotos ilustres como Alfonso de Portago. En 1953 consiguió su mejor resultado, obtuvo junto con Tony Rolt la victoria a los mandos de un Jaguar C-Type. No fue una victoria cualquiera, tuvo su miga…

Duncan y Rolt fueron descalificados por llevar en pista el mismo dorsal que otro coche durante los entrenamientos y se les prohibió participar en la carrera. Desolados, no encontraron mejor refugio para olvidar la tremenda desilusión que un bar cercano al circuito, decidieron ahogar sus penas a base de brandy. Copa tras copa parecía que el disgusto iba a menos.

Mientras tanto, Lofty England, director del equipo, se reunía con los organizadores de la carrera para que estudiaran la posibilidad de revocar la decisión de descalificarlos. Tras las acertadas gestiones de Lofty, Duncan y Rolt fueron readmitidos en la carrera. Rápidamente se lo comunicaron al equipo, pero existía un gran problema: ¿dónde están los pilotos? Como ya sabemos, los pilotos no estaban en el circuito, estaban en un bar y, lo que es peor, bajo los efectos de unas cuantas copas.

No había tiempo para que dejaran de beber y se pasasen los efectos del alcohol. Borrachos, comenzaron la carrera y consiguieron terminarla en la primera posición. Tras la victoria el equipo comentó que trataron de minimizar la melopea de Duncan durante la carrera dándole café durante las paradas en boxes. A Duncan esas declaraciones no le sentaron nada bien y decidió contar su propia versión; ni más ni menos afirmaba que durante las paradas en boxes en vez de café le daban una copita de brandy. Esta versión fue desmentida tanto por Lofty como por Rolt, pero solo sirvió para que Duncan se reafirmara en su versión.

Sea como fuese, café o brandy, no deja de ser una historia increíble que a alguno como Pere Navarro le llegaría a quitar el sueño.

Duncan no solo ganó las 24 horas de Le Mans en 1953, sino también las 12 horas de Reims en 1956; en esta ocasión con Ivor Bueb como compañero, a los mandos de un Jaguar D-Type y, lo más importante de todo, sobrio.

Duncan se retiró en 1958, a los 38 años, y se centró en otra de sus aficiones relacionadas con el automovilismo: el coleccionismo de automóviles. Y así es como fundó su propio negocio de compra-venta de coches: Duncan Hamilton & Co Limited. Como era de esperar, Duncan se especializó en ejemplares clásicos y de competición.

Duncan Hamilton & Co Limited pronto se convirtió en uno de los más prestigiosos «concesionarios» de vehículos tanto de competición como de calle y hoy día sigue siéndolo; de hecho, Duncan es hoy más conocido por su negocio que por su carrera como piloto. La categoría de los coches que han pasado por su concesionario es excepcional y no es atrevido afirmar que los mejores coches de competición y las más exclusivas unidades de calle han pasado por allí. Por dar alguna cifra, ¡a lo largo de los años ha vendido más de 60 coches solo de Fórmula 1! Entre ellos destacan el un Mercedes-Benz W196 y un Ferrari 246 Dino.

Aunque, como suele ocurrir en estos casos, las gestiones con las mejores unidades están bajo la mayor confidencialidad, el historial conocido de coches que han pasado por sus manos es realmente impresionante; no tenemos más que consultar al link dedicado a ventas significativas de Duncan Hamilton & Co Ltd para comprobarlo.

También, sin ir más lejos, si consultamos ahora mismo los vehículos en venta de Duncan Hamilton & Co Ltd podremos ver un Jaguar D-Type de 1954, un Lola T70 Mk I de 1965 o un Ferrari 250 LM de 1964.

Aston Martin AMR1

Pero Duncan no solo se dedicó a buscar dueño a vehículos de competición e históricos de calle, sino que también abrió negocio por muchos frentes: vehículos de alta gama, vehículos blindados de combate tanto de la Primera como de la Segunda Guerra Mundial, camiones de bomberos de todas las épocas y, en general, cualquier artefacto de cuatro o más ruedas.

En 1994 falleció Duncan, pero su hijo Adrian se hizo cargo del negocio familiar continuando con el buen hacer de su padre, haciendo perdurar el espíritu de la empresa. Ese espíritu, aparte de ser meros intermediarios para colocar vehículos fuera del alcance de la mayoría de los mortales, incluía la adquisición de vehículos para su colección particular. Así, Duncan y su hijo han ido creando no con poco trabajo la mayor colección hasta el momento de coches de carreras vestidos con los míticos colores de la petrolera Gulf, que, con el permiso de los colores de Martini y Ferrari, es uno de los más representativos del automovilismo. La colección permaneció en estricto secreto hasta que vio la luz en el Retromobile de París de 2011.

Según la nota de prensa difundida por Duncan Hamilton & Co Ltd para tal evento:

Durante los últimos dos años, hemos estado manteniendo posiblemente el mayor de los secretos en los 63 años de historia de la compañía. Ahora, por fin, podemos decirle al mundo lo que hemos estado haciendo, y seguramente os gustará.

La colección se compone actualmente de nada menos que 14 de los coches de competición más representativos con decoración Gulf y nació para satisfacer la pasión de uno de nuestros clientes privados. Los coches, con fechas de fabricación comprendidas entre 1967 y 2010, han sido obtenidos alrededor de todo el mundo. Lejos de coger polvo fuera del alcance de los aficionados, se mostraron con gran éxito en la feria Retromobile de la semana pasada en París y serán visibles asiduamente en espectáculos y carreras aquí y en el extranjero. También la colección puede crecer con los años.

En 45 años gestionando la compra y venta de los coches de competición y de calle más exclusivos, algunos vehículos especiales han pasado por mis manos: el único y exclusivo Mercedes-Benz W196 en manos privadas, nueve Ferrari 250 GTO -recordemos que solo se fabricaron 36 unidades-, veinte Ford GT40, siete Porsche 917 y numerosos Jaguar C-Type y D-Type. Sin embargo, pocos proyectos han sido tan agradables y satisfactorios como éste. Como todos los entusiastas de las carreras, he crecido con la marca Gulf y ha sido un enorme privilegio poder construir un tributo único y duradero a uno de los mayores nombres en el deporte. Estoy muy en deuda con mi cliente por esta oportunidad y con todos aquellos que han aportado algo en la creación de la colección hasta el momento.

Para el registro, la inigualable line-up de los autos que actualmente se compone de: Mirage (1967), Ford GT40 (1968), Brabham BT26 (1969), McLaren M14 (1970), Porsche 917 (1971), Porsche 908/3 (1970), McLaren M20 (1972), Mirage (1974), Kremer K8 (1994), McLaren F1 GTR Longtail (1996), Courage C65 LMP2 (2006), Aston Martin DBR9 (2008), Aston Martin LMP1 (2009) y Lamborghini Gallardo (2010).

Por orden cronológico, estas son las máquinas que pertenecen actualmente a la colección:

Mirage M1 (1967): chasis no. 10002. Basado mayoritariamente en el Ford GT40, fue el primer vehículo que participó en las 24 Horas de Le Mans decorado con los colores de Gulf. Jacky Ickx and Dick Thompson llevaron al Mirage M1 chasis no. 10003 al primer puesto de los 1000 km de Spa en 1967.

Ford GT40 Mk I (1968): chasis no. 1084 (solo existen cuatro chasis de este tipo). Terminó 4º en los 1000 km de Spa de 1968.

Brabham BT26 (1969): chasis no. BT26/4 (cinco unidades construidas). Obtuvo el primer puesto en el GP de Alemania de 1969 pilotado por Jacky Ickx. Está equipado con el mítico motor Ford DFV V8 de 3 litros y 430 cv a 10.000 rpm.

McLaren M14A (1970): chasis no. M14/A2. Fue adquirido por 308.000 euros. Acabó en segundo puesto en el GP de Sudáfrica de 1970.

Porsche 908/03 (1970): chasis no. 12. Participó en los 1000 km de Nürburgring.

Porsche 917K (1971): chasis no. 026. Segunda posición en las 24 Horas de Le Mans de ese año.

McLaren M20 (1972): chasis no. M20/3 (solo se fabricaron tres unidades). Esta barqueta desarrollada para la CanAm cuenta con un motor Chevrolet V8 de 8,4 litros y 787 cv para un peso de 690 kg, una barbaridad. Acabó en primera posición en Watkins Glen siendo pilotado por Denny Hulme (campeón del mundo de Fórmula 1 en 1967).

Mirage GR7 (1974): chasis no. 704. Cuarta posición en las 24 Horas de Le Mans de ese año.

Kremer K8 Spyder (1994): chasis no. K8/07/SP. Sexta posición en las 24 Horas de Le Mans de 1994, fue el único coche con techo abierto que participó en la categoría LMP1 ese año. Comparte mecánica y chasis con los Porsche 962.

McLaren F1 GTR Longtail (1996): chasis no. 022 (solo se fabricaron 10 unidades Longtail). Tercera posición en las 4 horas de Hockenheim primera posición en las 6 Horas de Vallelunga. No tomó la salida en las 24 Horas de Le Manas de 1997 por un incendio en los entrenamientos y tampoco acabó esta carrera en la edición de 1998.

Courage C65 LMP2 (2006): chasis no. 07. Séptimo puesto en las 24 Horas de Le Mans de 2006.

Aston Martin DBR9 (2008): chassis no. 007 (solo se fabricaron 16 unidades). Cuarta posición en GT1 en las 24 Horas de Le Mans de 2008.

Lola-Aston Martin LMP1 (2009): chasis no. DBR1-2/2 (¡solo se fabricaron 3 unidades!). Primera posición en los 1000 km de Okayama.

Lamborghini Gallardo LP560-2 GT2 (2010). Ganador del Campeonato Británico de GT2.

Colección exclusiva donde las haya, aunque ampliable. Por ejemplo, en esta foto actual se puede ver alguna nueva adquisición: Audi R8.

No puedo imaginar el valor de mercado de esta colección. Gran labor la iniciada por Duncan y continuada por su hijo, Adrian. Esperemos seguir viendo crecer esta magnífica colección.

Fuentes:

Extra Lap

[http://www.youtube.com/watch?v=sS8ifNWU7uA]

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9 comentarios en “El garaje de los Hamilton, Duncan Hamilton”

  • Sinix

    15 de abril de 2012 a las 20:09

    Siento una especial debilidad por los colores corporativos de Gulf en competición, muchas gracias por el brillante artículo ;-)

  • majobusa

    15 de abril de 2012 a las 22:24

    ¿ese McLaren M14A es el mismo que estuvo expuesto en el ClassicAuto 2012? No encuentro la foto para poder comparar

  • majobusa

    15 de abril de 2012 a las 22:30

    Con razón no lo encontraba, fue en 2011, qué cacao tengo en la cabeza…
    No es el mismo, pero casi http://tinypic.com/r/6xulpc/5

  • Airbender

    16 de abril de 2012 a las 02:57

    un comentario nada que ver con el articulo, pero no sabía donde ponerlo.

    ¿hay algún motivo particular del por qué google reader no muestra las actualizaciones del blog?

    Saludos a todos!

  • Staff

    delarosa

    16 de abril de 2012 a las 09:40

    @Airbender
    Gracias por el aviso, vamos a solucionarlo.
    Puedes utilizar el formulario de contacto para estas cuestiones.

    Saludos

  • Staff

    delarosa

    16 de abril de 2012 a las 12:46

    @Airbender
    Solucionado, a partir de ahora ya vuelven a funcionar las actualizaciones de 8000vueltas.

  • manuel

    16 de abril de 2012 a las 20:05

    No es el mismo F1 que el del Classicautomadrid de hace dos años. La foto del coche, en mi blog. http://todoescala.blogspot.com.es/2011/03/classicauto-madrid-2011-2-parte.html

    Por cierto, aquí dejo mis gulf a escala: http://todoescala.blogspot.com.es/2011/02/gulf.html

  • Airbender

    16 de abril de 2012 a las 21:56

    @delarosa

    Que bueno!, ya los estaba echando de menos :)

    Saludos!

  • xavih

    17 de abril de 2012 a las 14:55

    Muy buen articulo.
    No conocia «el aterrizaje forzoso» del papaito de hamilton, jeje.

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