8000 vueltas ha asistido a la presentación de la 6º edición del programa “Quiero ser piloto”. Tras 5 años de experiencia, Dunlop organiza un evento que va aumentando casi exponencialmente de año en año, tanto en calidad como en adeptos. Y no es para menos ya que el concurso cada vez es más amplio y atractivo.
A nosotros nos encanta conducir coches. Conducirlos más que verlos, y pilotarlos más que conducirlos, por eso, y gracias al fin de este programa, pudimos disfrutar a lo grande de esta jornada de presentación, con los Porsche Boxster S de la operación 2008, un 911 GT3 Cup y el circuito del Jarama esperándonos.
El programa, que este año pretende acaparar un número récord de aspirantes, tiene una operativa muy sencilla. Concursar es tan fácil como apuntarse y realizar un cuestionario previo. Se seleccionarán 30 candidatos que participarán en unas pruebas de selección dinámica tutelada por la revista AUTOMOVIL, de los que quedará 2 para participar con los Porsche en los 500 KILOMETROS DEL JARAMA en el mes de diciembre.
Efectivamente, en la edición de este año, se han cambiado los Hyundai Coupé por unos Porsche Boxster. El modelo es en concreto un Boxster S (986), modificado para afrontar esta prueba de resistencia. Tras una animada puesta de escena, los chicos de Dunlop nos dieron la oportunidad de probar los coches con los que se iba a llevar a cabo el concurso, y para ello, íbamos a contar con la colaboración del equipo Drivex, que participará en las pruebas de selección y carrera ayudando a los elegidos. Con su ayuda, íbamos a dar una vuelta de reconocimiento copilotada al circuito con los Boxster S, para seguidamente rodar durante dos vueltas a los mandos. Posteriormente, el director del equipo Drivex, Miguel Ángel de Castro, nos brindaría una vuelta mágica en el 911 GT3 Cup.
Tras la explicación, sólo faltaba conocer a los Boxster, de los que tan poco nos habían hablado en la presentación inicial, y que sabíamos que estaban modificados. Pues bien, la primera impresión o pudo ser mejor. ¡No nos esperábamos encontrar los coches tan tocados! Los Boxster están parcialmente aligerados, con partes del interior desnudas, tienen unos fantásticos baquets Sabelt con arneses, suspensiones con modificaciones en convergencias y caídas, neumáticos slick (por supuesto Dunlop), escape modificado, y equipados con jaula antivuelco. ¿Fantástico verdad? Ideal para disfrutar en circuito con sus 280cV (aproximadamente).
AL ATAQUE
Después de enfundarnos los monos, botas, sotocasco y casco, llegaba la hora de subirnos a los coches. El objetivo de esa primera vuelta en el Boxster era tomar medidas al coche, ver su nivel de agarre, frenada, y maneras en general, tomar unas buenas referencias para atacar las curvas y porqué no decirlo, dar cierta temperatura a esos slick. La íbamos a necesitar…
Ya hemos tenido varios contactos con el Jarama, por lo que no nos preocupaba el hecho de que tan sólo fueran dos vueltas. La breve vuelta copilotada ya me había refrescado totalmente la memoria de la trazada ideal y estaba nervioso por pilotarlo. En la llegada a los boxes intercambiamos impresiones con el piloto de Drivex, ya que nos sorprendió lo sobrado que iba el chasis, lo bien que apoyaba y lo divertido que era. Efectivamente nos adelantó todas estas sensaciones, y nos dijo que había hecho la vuelta a tope, y que al hacerla nosotros también a tope (remarcando esto de a tope), hasta notaríamos que se quedaba algo corto de motor.
Sin tiempo de respiración, realizamos un cambio de piloto casi al estilo Le Mans y nos ataron al asiento. En ese momento mi principal obsesión era ajustar la longitud para pisar bien el pedal del embrague y poder cogerle el tacto, ya que hemos oído hablar de la dureza de los mandos en algunas versiones Boxster, y claro, esto era un S… Para mi sorpresa, el pedal no estaba para nada duro, ni tampoco el recorrido de la palanca. Lo íbamos a disfrutar a fondo, cambiar de marchas al corte iba a ser coser y cantar (el Boxster tenía un segundo cuentavueltas al lado de la palanca de cambios, y no habíamos perdido detalle a los cambios).
Salimos de boxes acelerando muy fuerte, lo suficiente como para tener que frenar con decisión a final de recta. Quizás una de estas frenadas en las que empiezas a oir esa humorosidad en los neumáticos antes de que empiecen a chirriar, pero claro, aquí nada de nada, los neumáticos lisos no los estábamos ni forzando. Lección aprendida, este coche frena mucho y no nos debía engañar el aspecto de los frenos de serie. Tras tomar la curva de Varzi con precauciones y todavía adaptándonos al agarre decidimos frenar fuerte antes de las eses. La estabilidad es excelente aún quedando reservas. Hasta nos hemos anticipado y sobran metros.
Después de realizar las preciosas izquierda-derecha peraltadas atrasando la entrada para ver las maneras del eje delantero, damos gas para subir la rampa de Pegaso. Es cierto que se le podría pedir algo más de fuerza al motor, porque no asusta para nada el pisar a fondo, pero quizás sea rizar el rizo, tampoco necesitas más en el Jarama. Nos tomamos la zona de Ascari y Portago con tranquilidad ya que había que dejar cierta separación con el Boxster que llevaba el compañero del blog… llamémosle X ( ¡aaay, si es que tendríamos que hacer artículos de pago sin censura!), y tras trazar ya el resto de vuelta sin reservas tocaba pasar la recta a fondo.
“Confío en ti, me indicas el punto de frenada” Éstas fueron mis palabras antes de meter 5º en la recta. Nunca había hecho la recta a fondo y quería apurarla con confianza. Las instrucciones del copiloto de Drivex eran excelentes, con lo que el disfrute se estaba multiplicando por 2. Su instrucción no fue ni “ya” ni un “ahora”. Las palabras fueron “Fuerte, fuerte, sigue fuerte”. En un acto de “despreocupada confianza” habíamos aguantado hasta el límite acelerando y habíamos maldecido a Nuvolari como nunca lo habíamos hecho.
La segunda vuelta fue fantástica, en algunos momentos por encima del límite en la entrada a las eses y Monza, pero fue una vuelta fantástica para probar las bondades del Boxster y horrible por la envidia que sabemos que vamos a sentir en diciembre al ver a los seleccionados tomar parte en la salida de los 500km del Jarama. A pesar de que el coche era muy noble, en todas sus reacciones y tremendamente estable tuvimos la oportunidad de poner la guinda a la vuelta, saliendo de Pegio (lenta a izquierdas peraltada) con un sobreviraje con contravolante realmente precioso. “¡Buena!” Bueno, en realidad sobró algo de contravolante.
Me bajé del coche después de haber gozado esa vuelta en ese gran coche. Lo más impresionante era lo bien puesto a punto que estaba, con una estabilidad sobresaliente, un eje trasero juguetón en aceleración. Un coche así es ideal para afrontar una prueba de resistencia con confianza, porque es ésta confianza la que te permite concentrarte en muchos otros detalles que hacen que vayan saliendo los tiempos. Al fin y al cabo esta hecho así a proposito… un coche en el que hacer las cosas realmente mal para que pierda los papeles, y con facilidad para ser regular.
LO MEJOR SUELE SER EL POSTRE
Después de probar el Boxster llegaba el turno de subir con de Castro en el 997 GT3 Cup. Como no nos faltaba información del aparato en el que íbamos a subir, las dudas asaltaban: ¿Qué se sentirá? Un misil con 420cV a 8400 vueltas, 1150 kilos de peso, 2,7 kg/cV, caja secuencial de 6 marchas con relaciones cortísimas (olvídate de pasar 250) y neumáticos de carreras, capaz de rodar en unos impresionantes 1:42 en este circuito, que es una barbaridad.
Nada más encajarnos en el asiento y esperando a que nos fijaran con los arneses pudimos compartir impresiones del Boxster con Miguel Ángel. Él sabía que lo había disfrutado por lo contento que entré en el coche y me preguntó por estas impresiones que os estoy comentando. Había una pregunta obligada que hacerle “¿Este 911 va tan sobrado de chasis como el Boxster?” La respuesta fue absolutamente inesperada ya que esperábamos que lo estuviera aún más y no fue así: “Aquí el motor está por encima, lo verás”.
Bien. La vuelta iba a ser tremenda. Sabía que no haríamos la recta, pero daba igual, estaba ansioso. Miguel Ángel salió despacito por boxes ex profeso para pegar un tremendo pisotón y notar la fuerza del motor. El tacto percibido, incluyendo velocidad de respuesta, violencia, vibraciones y ruido sólo tienen una definición: Competición. Los toques en la palanca de cambios se traducen en golpes de la transmisión para cambiar de marcha rapidísimamente. Un espectáculo en línea recta.
Como es normal, pronto se acabó la recta. En la primera parte del circuito, el GT3 alardeaba de agarre lateral como jamás había sentido nunca, y esto sólo era el principio. La sucesión de Ascari y Portago con el 911 frenando en curva fue maravillosa, con reducciones acompañadas con movimientos que parecían colocar la trasera aún mejor de por donde estábamos trazando (estos son los movimientos que nos advirtió Miguel Ángel antes de empezar). Lo mejor de la vuelta fue la bajada de Bugatti, porque De Castro se tiró al piano sin pudor para volar sobre la curva. Fue una sensación tan alucinante que estoy seguro que no volveré a sentirla hasta que suba en otro coche de competición. ¿Nos pusimos a 2 ruedas? Insuperable. Con una curva final en Monza gloriosa y una entrada a boxes agresiva acabamos una vuelta en la que sólo se podía dar las gracias al piloto. Un 10.
En el único momento donde me dio sensaciones 911 fue en la subida de Pegaso. Miguel Ángel salió muy fuerte y no paró de hacer correcciones al volante en toda la subida, cuando el coche parecía ir absolutamente por el sitio sin problemas. Quitando esto, ni rastro de los efectos de llevar el motor por detrás del eje trasero. Después de que terminara la ronda de vueltas, pudimos compartir unas palabras con de Castro y nos pudo comentar algunos detalles más sobre este 911. De todo ello me quedo con estos detalles: “ofrece unas sensaciones muy puras”, “con pequeños movimientos consigues grandes cosas”, “muy diferente al modelo anterior (el 996)”, “sobrado de motor”.
Da gusto montar en un coche así con un piloto que ves que se baja sonriendo, habiéndo disfrutado tanto o más que tú. Lo dicho Miguel Ángel, muchas gracias.
Podéis ver todas las fots en el Flickr de 8000vueltas!
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Juan Lasheras
30 de julio de 2008 a las 12:28Que más se puede pedir, he leido todo el artículo con los pelos de punta y escalofríos en el cuerpo, ¿que si deberíais cobrar por ello? Te lo garantizo. Madre mía que subidón, y que envidia, pero de la mala… :)
Salu2
delarosa
31 de julio de 2008 a las 08:02Impresionante el artículo, es cierto. Esta vez Juan ha podido disfrutar de una experiencia única. Me queda la espinita de no haber llevado nunca un coche de competición…pronto la sacaré, como sea!!
Saludos
PD: Como se nota que es verano que no comenta nadie…
hunaudieres
31 de julio de 2008 a las 09:17para mi fue de golpe primera experiencia en el Jarama y primera experiencia a manos de un coche de competición. La sesión de vídeos de youtube del día anterior no valió más que conocer un poco más la parte de atrás del circuito, porque si hablamos de trazadas, estas eran totalmente diferentes a las que había visto hasta ahora…pero bueno la jornada estuvo genial. Esperemos que haya más.
Del GT3 Cup, que ni siquiera era su coche habitual, yo me quedo como una frase de Miguel Ángel de Castro a una pregunta mía. ¿Mucha diferencia con el Epsilon? Si, esto es un caballo salvaje.
YAGUE
31 de julio de 2008 a las 15:14La verdad que miguel angel es un excelente piloto a la vez que un tio sensacional…En febrero estuve en un curso de drivex en el jarama,y a parte de otras actividades,destacaría dos, una era llevar un monoplaza durante varias vueltas,siguiendo a uno de esos dos boxter que iba de safety,pero la verdad que se portó el piloto,porque te dejaba bastante bara ancha,y ota era una vuelta con miguel angel en un monoplaza «biplaza» las sensaciones de ir con él eran alucinantes iba en plan demostracion dejando que derrapase en algunas curvas.. y la verdad que despues de estar toda la mañana paseando a todo el mundo.. seguia con la sonrisa en la boca.un gran tio. un saludo.
hunaudieres
31 de julio de 2008 a las 18:01secundo lo dicho por Yague. Tras cuatro horas dando vueltas y más vueltas al Jarama el seguía al pie del cañon, dirigiendo, dando consejos los invitados Porsche, ayudando en lo que hacía falta. Al quedarme el último, cosas de los atascos, tuve la oportunidad de charlar con el unos minutos y en todo momento se mostró atento e interesado, a pesar de que pudiera pensar…otro flipado más de las carreras.
drunken_clam
30 de agosto de 2008 a las 06:39Bueno, pues hoy he rellenado mi cuestionario por internet, a ver si ahora hay suerte y estoy entre esos 30 preseleccionados que irán al Jarama a la prueba dinámica :).
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