Voy a empezar por avisarte: no estás preparado para lo que vas a ver.

Y no digo en este artículo sino por lo que vas a encontrar en el ring. Perdón: El Ring. Y si digo “lo que vas a encontrar” es porque vas a ir. No te resistas: puede ser mal momento, puede que no estés muy bien de dinero… lo entiendo. Pero tienes que ir, vas a ir.

Bien, ya lo tienes asumido. Lo mejor es que no leas nada más porque no te vas a enterar de nada. De poco van a valer los vídeos, las fotos y mucho menos mis palabras para saber qué te vas a encontrar. Lo que sí puede serte útil es nuestra guía de viaje al Ring pero aun no está publicada y, conociéndonos, es posible que todavía tarde una temporada larga. Puedes empezar por leerte nuestro artículo del Ring.

Hemos estado dos días enteros en el Nürburgring Nordschleife y hemos vuelto de una pieza, lo que ya es un triunfo y debería ser tu objetivo si vas allí: volver mejor de lo que has ido. Es fácil, en la mayoría de los casos este objetivo se consigue simplemente no estrellando ningún coche. Hemos vivido el Ring con: sol, calor, lluvia, niebla, frío y viento; es algo maravilloso.

El jueves me levanté con un nudo en el estómago. No eran ni las 7 de la mañana y ya estaba dando vueltas por la habitación. Me ducho, cojo la cámara y me voy a dar una vuelta alrededor del hotel, para algo estábamos en Adenau, a un paso del circuito, en el km 9. Veo la curva, una bajada monstruosa, el circuito vacío… me estremezco, da miedo.

Desayunamos, casi por obligación, pero no entra nada. Sin embargo, hay que ir con energías al Ring. Tras cuatro kilómetros de curvas llegamos a la gasolinera del circuito, llenamos el tanque de 98 y en un rato nos vamos a la entrada del circuito, que está apenas un kilómetro más allá. Acaban de abrir Nordschleife y desde la gasolinera ya se escuchan pasar los primeros coches en la recta de meta: son  los primeros coches del día en terminar su vuelta al Ring. ¡Qué sonido!, aún no hemos visto nada y ya tenemos los pelos de punta. Sólo 10 minutos en esa gasolinera habrán hecho que el viaje tenga sentido.

Llegamos a la entrada del Ring y primera sorpresa, ¿dónde está el paddock?, ¿qué es esto? Un parking bastante pequeño nos recibe en el que se mezclan los famosos Swift de alquiler con un GT2 RS, varios BMW M3 de todas la generaciones, un Ferrari F12… parece que la cosa se pone interesante.

Vamos a la taquilla a comprar nuestras vueltas, tienes desde una vuelta individual por 25€ hasta el bono de 25 vueltas. Por supuesto, pedimos el de 25. Hecho un manojo de nervios me meto en el coche y pienso: Bueno, por fin ha llegado el momento. No me acuerdo ni de las cámaras, ni de colocar el micro ni de nada más que no sea entrar en Nordschleife, ¡qué momento! Salgo conduciendo el Audi RS 4 B8 y me sigue Juan con el RS 4 B7. Trato de hacer mentalmente el circuito mientras avanzo hasta la barrera a cámara súper rápida: enlazadas del principio, rasante y «recta» larga que tira a la izquierda, curvón de derechas empieza la bajada… y sigo, sigo, sigo hasta el Karusell. A partir de ahí ya no lo tengo tan claro, dudo con las curvas. Bueno, tendré que tomármelo con calma. De todos modos es un circuito muy largo y el peligro está en confundir una curva con otra, habrá que hacer vueltas para aprenderlo.

Llovizna un poco, la pista está fría, mojada y es mi primera vuelta al circuito. Siento mucho respeto ante esta situación, sé que un despiste puede acabar con el coche en el prado y un disgusto contra las vallas (que se cobran a precio de oro, como sabéis).

Entramos a pista por un estrecho carril con conos a un lado y la hierba al otro, los rodillos que lleva el RS 4 B8 casi no caben. La pista está mojada, me alegro de llevar los Pilot Super Sport que MICHELIN nos ha montado para probar. En circuito seco ya sé (por lo visto en Navarra y en el Jarama) que aguantan bien el trato exigente. En mojado sé que son muy buenos pero todavía no los he probado por mí mismo en circuito (en carretera, sí, durante el viaje al Ring pude probar su comportamiento en mojado, empapado y modo monzón).  En el viaje respondieron muy bien pero las exigencias de circuito son totalmente distintas.

Paso la chicane formada por conos y acelero: ¡este coche suena a gloria! Es cierto, pero en ese momento no pensaba en eso, pensaba en que había muchos metros hasta la primera frenada y que se podía llegar a mucha velocidad pero aún no sabía cuánto agarre íbamos a encontrar, así que traté de no abusar del gas y empecé con calma. En esta primera vuelta no voy a poder sacar conclusiones de nada: ni coche, ni neumáticos ni circuito. Simplemente voy a ver hacia qué lado es cada curva, a memorizarlo todo y a descubrir por qué este es el circuito más emblemático del mundo.

Lo habréis oído cientos de veces: no es como en los videojuegos. No, no lo es. El trazado es más estrecho, los pianos son más altos, el circuito es más angosto (sólo ves árboles), las vallas están más cerca, los desniveles parecen de montaña rusa y no, no eres el más rápido del circuito. Ni por asomo.

Olvídalo,  te van a pasar por encima…

…aunque con el coche y los neumáticos adecuados puedes cortar cabezas.

En esa primera vuelta encuentro muchas sorpresas: un EVO VI siniestrado contra la valla, que me hace pensar que la tracción total no es garantía de nada en el Ring, habrá que moderarse. Me sorprende también ver cómo el bosque se come, literalmente, el circuito, hay árboles y maleza que entra, superando las vallas, hasta el mismo trazado. Si vas suficientemente cerca del borde de la pista casi puedes tocar la maleza con tus manos.

Este momento lo viví en Bergwerk, una curva cerrada a derechas justo antes de la zona rápida en cuesta arriba, donde los caballos te hacen más falta que nunca. Después llega el Karusell, que es una experiencia única. No tanto por la impresión que te da -hay zonas que ponen los pelos de punta, esta no- sino por la maravillosa sensación de estar rodando con el coche apoyado en la curva más conocida de la historia del automovilismo (con el permiso de Eau Rouge).

También descubrí que lo que conocemos como rasante es una anécdota comparado con los desniveles que hay en el Ring, no sólo hay varios saltos (más o menos dependiendo de lo rápido que sea el coche con el que vas) sino que hay subidas y bajadas que dan sensaciones que sólo he vivido en una montaña rusa. Suena exagerado, sí, pero los que habéis ido seguro que sabéis a qué curvas me refiero. Impresiona mucho salir de una curva viendo que el circuito se acaba -literalmente- y que el coche al que seguías ha desaparecido. En el segundo siguiente parece que el asfalto desaparece bajo las ruedas y te encuentras con que la dirección se ha vuelto blanda y no responde a lo que le exiges. Empiezas a bajar y ves cómo el morro va directo al asfalto. La compresión es tan fuerte que te quedas una décima de segundo desorientado, dudas – ¿para dónde voy ahora?- pero te lo sabes, lo has visto mientras bajabas: es a la derecha. Casi por instinto metes el coche -digo instinto porque has visto la entrada a la curva pero no sabes cómo es la salida, yo no lo recordaba- y estás dentro, dentro de unas enlazadas ciegas que tienes que coger con fe, con mucha fe, porque no sabes lo que hay detrás en la primera vuelta.

Quizá estés pensando: ¿de qué habla este tío? He visto cientos de cámaras on board y me he dado ocho mil vueltas al Ring en la Play y eso no sé dónde está. Pues está, creedme, se llama Pflanzgarten y gran parte se hace a fondo, el que se atreva (ver Extra Lap).

Hay mucho más de que hablar del circuito, apenas os he hablado de 4 zonas y son más de 20 km de curvas ciegas y rasantes, me he dejado zonas en las que cruzas auténticos ríos, algún sitio en el que el grip desaparece… creo que esto merece un artículo aparte.

Hay muchas cosas que merecen un artículo aparte

Después de esta locura llegamos a la recta. Olvidaos de hacerla a fondo, más que nada porque está cortada y a mitad de recta tenemos que salir del circuito. Levantamos el pie del acelerador al salir de la última curva y dejamos que el coche nos lleve por inercia hasta la salida. Pero ojo, si hemos ido rápido no es suficiente para refrigerar. Salir del circuito y aparcar el coche nos puede traer un disgusto de frenos; nuestra recomendación es ir hasta la gasolinera y volver para que de tiempo a refrigerar todo adecuadamente.

Tras este paseo en el que tenemos que enfriar la mecánica también tenemos que enfriar nuestra cabeza. Lo más fácil es meterse otra vez en el Ring y seguir pisándole al coche como si no hubiera un mañana pero no es el momento, al menos en nuestro primer día. Siéntate un rato y digiere lo que acabas de hacer: recorre el circuito mentalmente y piensa en cada curva, ¿me he llevado algún susto?¿que he aprendido en esta vuelta? Este circuito es 4 o 5 veces más largo que uno normal, el proceso de aprendizaje es más lento y nuestra «experiencia» virtual puede ser un enemigo si no aprendemos a diferenciar el simulador de la realidad. Aquí no se permiten fallos, ninguno.

Pero dejemos el trazado para más adelante. Una de mis sensaciones en Nürburg es que podría haber ido hasta allí y aunque no hubiera circuito habría valido la pena. Me explico: una vez que estás allí es OBLIGATORIO rodar, al menos un par de vueltas. Pero el ambiente es tan increíble que realmente no sería necesario que se pudiese entrar al circuito para pasar varios días disfrutando. ¿Cuántos GT2 RS has visto por la calle? Pues en ese pequeño parking del Ring había dos. Y no hace falta irse a un súper exclusivo deportivo, no. Cualquier M3 E36 provocaba en nosotros una sensación de asombro: la preparación racing a la que estaban sometidos asustaba. Lo ves y sabes que te van a pasar como aviones en el circuito. Un BMW M3 E36 conducido por un local es invencible pero también lo puede ser un 325i, un Porsche 964 o un Clio Sport. Bueno, los locales solo llevan coches de tracción trasera (y no estoy bromeando, entre M3 y 911 GT3 podían ser el 30% de los coches «de la zona» con pilotos que se conocían palmo a palmo el trazado). Cuando los veas, apártate, aunque vayas con un Pagani Zonda Revolution, porque te van a adelantar. Créeme, lo harán.

Disfrutad del parking, disfrutad del ambiente, disfrutad de los coches y de los otros conductores. Hables con quien hables, y esto es -de lejos- lo mejor del Ring, te va a entender. Quizá ni él ni tú habléis un inglés de Oxford pero os vais a entender. Él es un loco de los coches, como tú, sabe lo que estás viviendo, está igual de emocionado. Os vais a entender. Hemos tenido la suerte de vivir el Ring como paraíso y como infierno (eso será la segunda parte) y la mejor parte es el ambiente.

Lo bueno del ambiente es que no sólo está en el circuito y el parking, en realidad está en cada esquina de Nürburg. Hay otras actividades tan obligatorias como estar en el Ring y rodar en Nordschleife. También hay que cenar en el Pistenklause, el restaurante de la familia de Sabine Schmitz. Cada noche se juntan todos los petrolheads que pueden (mejor ir con reserva ya que se llena, aunque en horario español -cena más tarde de las 21h- no hay problemas de sitio) y el humo de los escapes deja paso al humo del restaurante (ellos le llaman atmósfera racing). No se fuma dentro pero el menú no deja casi alternativa, aunque existe: Rumpsteak, Filetsteak (vamos, solomillo y entrecot preparados a la piedra, no sé cómo se escribe ni me preocupa demasiado) y una buena Pistenbeer (no sé qué cerveza nos ponían pero bajaba sola). Una cena aún más potente que la mayoría de los coches del Ring. Si Ayrton Senna y Nikki Lauda cenaban allí, tú también debes hacerlo. No es que sea el sitio más memorable de Nürburg sino que además se come de maravilla y no es nada caro.

Una vez allí nos vimos obligados a dejar nuestra impronta así que si vas al Pistenklause, entrando a la izquierda verás que 8000vueltas.com ha pasado por el Ring. Un momento muy emotivo y que ponía el broche a nuestro viaje. Los dos Audi RS 4 causaron sensación y nos hicieron famosos durante un par de días en el Ring (no había muchos coches familiares, precisamente) y ahora dejábamos nuestra firma en un sitio tan emblemático… algo para recordar.

A ver si alguien nos envía una foto con nuestra pegatina y el restaurante lleno (que en el horario español ya no queda mucha gente y ese día se nos hizo tarde).

Fin de la primera parte

Agradecimientos:

• Audi España.
• MICHELIN.

Fotos: 8000vueltas, Frozenspeed.

Extra Lap

Un vídeo on board que merece la pena ver. En el 7:27 podéis ver Pflanzgarten, ¿a que no parece que asuste tanto? Pues id y lo comprobaréis.