Alabado por la prensa en su lanzamiento, denostado en el mercado de segunda mano por sus -presuntos- problemas de fiabilidad. ¿Qué hace de este coche tan raro una apetitosa opción en el mercado de segunda mano? ¿Cómo Mazda optó por hacer un coche así, tan alejado de los cánones habituales? A veces no parece ni un coche de este mundo… un alienígena. Y no lo digo sólo por extraterrestre. Alienígena significa también extraño, no natural. Quitando al KTM X-Bow a pocos coches les pega más este adjetivo.

No es un gran olvidado, pero su cotización hace que así lo parezca. ¿Despropósito de Mazda u oportunidad de segunda mano? El Mazda RX-8 puede ser tuyo por menos de 10.000€. La pregunta es: ¿vale la pena?

No me negaréis que tiene pinta de venir de otro planeta

Soy una persona curiosa, cualquier coche con tintes deportivos me atrae y quiero conducirlo. El RX-8 es un deportivo muy poco convencional: motor rotativo y tracción trasera, coupé de 4 puertas con puertas suicidas y sube hasta las 9.000 vueltas. Sobre el papel parece una gran opción.

En su momento la prensa lo alabó (Top Gear lo encumbró y muchas revistas le siguieron) y no es fácil poner a todo el mundo de acuerdo. Algo había hecho Mazda con este coche que merecía la pena. Mazda es una marca muy deportiva, aunque se vea obligada a fabricar un poco de todo, y de las que más deportivos ha vendido, sólo el MX-5 es el pequeño deportivo más vendido de la historia.

Sin embargo los años fueron pesando sobre este modelo, y mucho. Su principal problema era Mazda RX-7, un icono, incluso ahora, pero que tenía un objetivo y un precio mucho mayores. Los compradores lo encontraron muy lento para su potencia, los consumos de gasolina eran escandalosos y había que vigilar el nivel de aceite con más mimo del habitual. Por si esto fuera poco comenzaron los problemas de fiabilidad que desembocó en una psicosis que hizo que Mazda comenzara a cambiar motores enteros como si fueran churros. ¿Era realmente necesario? Pues seguro que no, pero el mercado es caprichoso y un usuario descontento hace más ruido que 100 contentos. Probablemente muchos de esos motores solamente necesitasen un pulcro mantenimiento y un poco de atención con el nivel de aceite (ojo, desconozco el tema en detalle).

El principal problema del RX-8, no es un RX-7. Todos queremos un RX-7.

Ahora el mercado está lleno de unidades a precios ridículos, a partir de 6.000€ tienes RX-8s con menos de 8 años y 100.000 km. Como oportunidades como estas hay pocas decidí hacerme con uno. El problema es que no tengo sitio en el garaje, así que convencí a un amigo para que se lo comprara él. Dicho y hecho. Ahora tengo la oportunidad de probarlo y podré decirle si ha hecho, o no, una buena compra (algo enrevesado, lo sé).

El coche que se ha comprado está casi totalmente de serie (lleva una admisión Mishimoto) y por fin voy a poder saciar mi curiosidad, ¿merece el RX-8 el título de deportivo? Vamos a verlo.

Me he ido a una carretera de montaña, decidido a perderme con el RX-8 y disfrutar un poco de la soledad de las carreteras con curvas. De camino, por la autovía, me doy cuenta de que el motor es tremendamente flexible: a 85 km/h puedo ir en 2ª o en 6ª marcha y el Mazda no se queja. No vibra, no parece sufrir por un régimen demasiado alto o bajo. Sorprende mucho viniendo de un motor de 1.3l. Está claro que el mundo de los rotativos es muy diferente: de dos minúsculos rotores se saca una potencia descomunal (177 Cv/l) y un par específico que no está nada mal – aunque bajo para su potencia-  de más de 120 Nm/l.

Se me hace raro poder subir tanto de vueltas, las marchas parecen más la de una moto que las de un coche. Ahora bien, el coche agradece subir de vueltas ya que es el único modo de ir rápido y el sonido de admisión es impresionante (supongo que no lo será tanto con la admisión de serie). La caja de cambios tiene un tacto increíble -Mazda siempre sabe hacer estas cosas bien-. Es una cosa que me llama mucho la atención, como cuidan esos detalles deportivos. En un Mazda 6, que no deja de ser un Ford Mondeo, el cambio tiene un tacto magnífico y el chasis está realmente bien puesto a punto. Si cuidan así su berlina, ¿qué no habrán hecho con el RX-8 que ha sido la joya de la corona de la marca durante 6 años? Mires donde mires hay reminiscencias al motor rotativo, Mazda está orgullosa de su elemento diferencial, y aun hoy se ve un coche moderno y bien acabado (me gustan mucho los interiores, están muy conseguidos).

Estaba hablando del cambio, que es muy bueno, como también lo es la dirección. Quizá sea un poco blanda pero lo que está claro es que transmite todo lo que pasa en las ruedas. El volante pequeño ayuda a dar sensación de rapidez pero tiene un tacto un poco blandengue, sobre todo en un tramo de curvas. Cuando tratas de subir el ritmo se nota, pero no puedo decir que no sea buena pues te permite llevar el coche con rapidez y te da mucha información.

El chasis está muy bien puesto a punto, la trasera se insinúa cuando sales con gas de las curvas. Y si levantas en apoyo tienes la cruzada asegurada; contravolante, pie en el gas de nuevo y todo solucionado. El control de estabilidad no me ha parecido especialmente intrusivo, aunque aparece en carretera de vez en cuando Tampoco puedo pronunciar sentencias ya que, por el momento, sólo he hecho una toma de contacto -intensa- con el RX-8 pero espero seguir conduciéndolo y aumentar la información.

Lo sorprendente lle RX-8 es lo fácil que es ir rápido con él, tras una veintena de curvas ya pasas pie a tabla un par de enlazadas, con unas manos que probablemente no tengas. Esto se debe a que es un coche que invita a pisar con ganas el acelerador, el hecho de que tenga tan poco para casi te obliga, y al estupendo chasis que tiene. Es equilibrado, predecible y muy neutro, con buen reparto de pesos y un peso bastante contenido para ser casi una berlina de 4 plazas y maletero justito. La sensación de agarre es alta, pero no sorprende cuando nos fijamos que monta cuatro 225/45R18, que no es poca goma.

De verdad, a veces parece un monstruo de otro planeta.

Sin duda ayuda el poco peso del motor y lo bajo y retrasado que va en esa buena dinámica. El tener un morro no muy alargado permite tener un habitáculo sorprendentemente amplio en 4,4 metros. Las plazas traseras son muy amplias y el acceso es fácil gracias a las puertas traseras.

Me está gustando este coche, si no fuese por su escandaloso consumo de gasolina quizá fuera la alternativa perfecta para el día a día. ¿No lo he dicho? Pues sí, este coche consume más que coches de 400 caballos en ciudad. ¿Por qué? Supongo que la explicación está en el motor rotativo pero es un consumo excesivo se mire por donde se mire. Lo que nos lleva a tirar por tierra un mito: el consumo de aceite. No llega a medio litro a los 1000km siendo muy exigentes en la conducción, lo que no es una cantidad excesiva para un coche deportivo (el que quiera cambiar cada 10.000km y olvidarse se tendrá que buscar otra cosa, claro).  De donde viene la importancia de controlar el aceite me temo que es de la delicadeza del motor rotativo a trabajar con el nivel de aceite por debajo de su cantidad recomendada (lo que explicaría muchas roturas). Pero no me parece algo grave o desproporcionado, simplemente requiere ser más vigilante que en otros coches.

Tras un tramo a ritmo alegre me quedo con muy buen sabor de boca, el coche no parece haber sufrido. Curva tras curva lo hemos sometido a un esfuerzo mayor que el habitual: frenando tarde -sin esperar al último metro-, bajo una marcha o dos y entro en la curva, los neumáticos chirrían y salgo pisando con ganas el pedal, llegamos al límite de adherencia sabiendo con anticipación hasta donde pisar ya que cada centímetro de recorrido del pedal nos permite modular la respuesta del motor y salimos disparados hasta la siguiente curva.

Los pedales, al igual que el resto de mandos, están muy conseguidos: bien situados y con una respuesta satisfactoria. El embrague, duro como pocos, y el freno también duro y con buen tacto son fundamentales en un coche con tan poco peso atrás: el punto-tacón se hace muy recomendable para ir con rapidez (aunque no tanto como en un M3 E92, no recuerdo un coche moderno más crítico en ese sentido).

Me gusta estar sentado aquí dentro, me encuentro muy recogido en este habitáculo. La posición de conductor está bien separada del copiloto gracias al elevado túnel de transmisión y te encuentras envuelto en una atmósfera muy deportiva, muy especial. Las reminiscencias a los rotores del motor están por todos lados, la iluminación interior y del cuadro de mandos -otro aspecto que Mazda cuida mucho- te hacen pensar por la noche que estás a los mandos de un avión. ¿Por qué se siente tan especial este coche? Pues no lo sé, pero me gusta cada vez más.

Quizá sea especial porque es tan distinto a todo lo demás que te hace desear probar algo así, tener uno. Este alienígena, tiene más que seguidores, fanáticos. Mazda tiene algo que conquista a la gente: el MX-5 (el modelo con más clubs de aficionados en el mundo) , el RX-7 (un mito y una rareza en nuestro país, se cotizan a precio de oro y hay verdaderos enamorados de este modelo) y ahora el RX-8 (un alienígena por planteamiento, por concepto, porque nadie más se atrevería a hacer algo así). ¡Viva Mazda!.

Extra Lap

Quizá sea especial porque no hay coches así en el mercado, buscando deportividad y practicidad con un peso contenido, que valga para todos los días y con un precio razonable… o, quizá sí (predecible final, ¿verdad?): el Subaru BRZ.

Próximamente…

Extra Lap 2

Quizá para algunos esta prueba haya sido insuficiente, corta, le falte algo de «chicha», no lo discuto. La buena noticia es que este Mazda RX-8 ya pertenece al garaje 8000vueltas, por lo que será protagonista de más artículos y podréis compartir vuestras inquietudes con su dueño cuando haga la presentación pertinente.