No sé por dónde empezar porque, si empiezo por el principio, empezaremos con mal pie. No me ha entusiasmado este coche y gran parte de la culpa la han tenido los cinco primeros minutos con él. Independientemente de que a alguien le guste su línea cuando uno se sienta al volante, descubre con estupefactacción que no es un compacto deportivo; como mucho, un pequeño monovolumen picante. La posición al volante es incomodísima y no sé por qué. No comprendo por qué el asiento va tan alto y el volante, ridículamente pequeño, tan bajo. Me da la sensación de estar sentado una el sillón de casa y eso, por mucho Gran Turismo que haya sufrido mi sillón, no es muy deportivo.

O quizá sí…

Lo que pasa es que este coche le ha gustado a mucha gente, a muchos periodistas «especializados», y algún motivo habrá. Me imaginé que si, a pesar de lo incomodidad de la posición del volante, el 208 GTI tenía buenas crítica tenía que ir de narices. Como no soy de sacar conclusiones precipitadas decidí esperar a probarlo en profundidad.

Por dentro había muchas cosas que me disgutaban: los asientos no eran nada deportivos, el cuadro de mandos parecía de un monovolumen y el pomo del cambio… bueno, era de todo menos cómodo.El tacto de los pedales y especialmente del volante no es deportivo tampoco, muy parecido este último al de un volante de simulador.

Otra cosa que no es como esperaba es el sonido de escape. Este coche lleva prácticamente el mismo motor que un MINI Cooper S o un JCW (desconozco las diferencias exactas), aunque declara distinta potencia. Sin embargo, cualquiera de ellos tiene un sonido de escape más sugerente: más grave, con un borboteo caracterísitico y con petardeos que te animan el día cuando vas a hacer la compra. Para eso es un compacto urbano, ¿no? Pues el único sonido característico de este coche es el silbido del turbo, porque de escape no destaca especialmente.

En ciudad te das cuenta de que el 208 GTI corre mucho, pero mucho mucho. Para moverte en cualquier sitio con rapidez sólo necesitas llevar el motor entre las 2.000 y 2.500 vueltas para salir como un misil. Y tiene otra cosa que me gusta mucho: el cambio. Los recorridos son largos y no demasiado precisos (lo sé, no suena muy bien a priori), pero es una caja que te transporta a tiempos pasados, tiene un tacto mecánico que hace que te apetezca estar todo el rato subiendo y bajando marchas. Además te invita a hacerlo sin contemplaciones: al tacto parece irrompible.

Tenemos que salir de dudas, ¿este coche cómo va en curvas? Cuando comenzamos a subir el ritmo llegan las buenas noticias. El coche vuela de curva a curva, el motor empuja mucho. En ciudad el tacto de los frenos era poco progresivo, no frenaba nada hasta que… te clavaba en el sitio. En las curvas la respuesta mejora mucho, el pedal tiene buen tacto y se puede dosificar. No es así en el caso de la dirección, que sigue teniendo un tacto demasiado blando y no transmite demasiado. Otro problema de la dirección es que sufre de un considerable torque steer a la salida de las curvas, que complica ligeramente mantener la trayectoria. En general, hay que llevar el volante siempre bien agarrado.

¿Pero va o no va? Va, mucho. Corre como un maldito y entra en las curvas con mucha facilidad. Es un coche muy preciso y muy fácil de conducir. No es un coche especialmente ágil si esperas un deportivo pero desde luego es efectivo. Es de esos coches que en 10 minutos sabes perfectamente cómo va y te permite ir rapidísimo, en eso no puedo poner ningún pero.  Además la caja de cambios ayuda, recibe uso y abuso sin contemplaciones y no se queja: meto tercera, cuarta… no es ese tipo de caja que parece que cambia las marchas por telepatía, esta caja necesita que cambies con decisión, con fuerza, y que no falles, no es fácil acertar el 100% de las veces. Te hace sudar, sufrir un poco…  pero ese tacto mecánico me encanta y pide más caña. Y lo pedales, también ayudan. Aunque parecía imposible hacer punta tacón a ritmos normales, cuando empiezas a frenar de verdad resulta muy sencillo hacerlo. Sorprendentemente sencillo, todo es fácil con este coche.

Pero el 208 GTI requiere hacer los deberes y frenar antes de las curvas, bajar una o dos marchas y meter volante con decisión, con un poquito de gas para lleva el coche apoyado. No pretendas solucionar las cosas en plena curva porque no te dejará: la trasera va soldada y no permite correcciones levantando el gas, sólo con el freno podrás evitar el subviraje si no has entrado bien. Y puedes salir acelerando, pero ten en cuenta que tienes mucho par y poca motricidad si el volante está muy girado. Tienes que llevar el coche con tiralíneas, es un ejemplo de delantera de libro. Un compacto delantera de libro, de esos que levantan la pata cuando los llevas al límite, apoyándose en la rueda exterior trasera, pisando fuerte y llevando el coche en un delicado equilibrio.

Una diferencia de esta versión del 1.6 PSA respecto a otras unidades con distintas potencias que hemos probado es la entrega de potencia. Exige, más que en otras versiones, ir pendiente del cambio para salir en la marcha correcta. Por debajo de 2.500 rpm no sale con suficiente contundencia cuando vas al ataque pero por encima de 6.000 rpm se desinfla, se queda sin fuelle haciendo un poco frustrante el estirar las marchas. Ahora bien, entre 2.500  y 6.000 vueltas empuja como un avión, constante, sin huecos en la curva de par: motor turbo en estado puro.

Acabo de recorrer más de 100 km de curvas, curvas y más curvas. ¿Me ha resultado decepcionante ? No. ¿Seguiría durante horas? Sí. ¿Volvería al día siguiente a por más? No, probablemente no. Es más, no lo hice.

El 208 GTI es un coche muy satisfactorio si esperas un compacto que funcione bien en las curvas y que además corra más de lo razonable para ir a trabajar. Buena compra, si tienes 22.900€ para un coche nuevo y que te valga un poco para todo. Con ese presupuesto en mi cabeza sale una calculadora y se me ocurren muchas alternativas, muchas usadas y más ruidosas. Este Peugeot es un buen coche pero tiene algunas  pegas, para mí, importantes.

No entiendo por qué un MINI con el mismo motor suena mucho mejor, por qué no anda en altas como otros coches con el mismo bloque, por qué va como una lapa cuando otros coches parecidos te dejan jugar con la trasera. Si quieres un coche que te ponga nervioso al llegar al garaje, que te quite una sonrisa, no lo vas a tener aquí, no es tu coche. Si llegas por casualidad a una carretera revirada y te ves obligado a tomártelo con alegría no te va a defraudar, al revés, el 208 te permitirá volar por la carretera poniendo en aprietos a coches mucho más deportivos. Quizá en la vida real sea más rápido que un Clio Sport F1, no lo sé con certeza, pero lo que sí se es que no lo vas a disfrutar tanto, es otra historia. No aullará a casi 8000vueltas, no redondeará las curvas al levantar un poco el gas y no te pedirá ir a propósito a perderte a una carretera perdida, no te pide que le pises y lo exprimas, que lo lleves al límite. Lo aguanta bien, muy dignamente, pero no te va a sacar tu lado racing. Es un coche perfecto para tener en casa, hacer los recados y cogerlo de vez en cuando para darle una buena vuelta pero no es el compacto deportivo que buscas y que te hará sonreír exhausto cuando te escapes con él a esa carretera que conoces y en la que quieres olvidarte del resto del mundo, no. Peugeot sabe hacerlo mejor.

Foto: coches.net