Meto una marcha más, sigo acelerando y tragando curvas como si no hubiera un mañana. Pim, pam, pum, van cayendo las curvas y sigo queriendo más. Pero, ¿este no era el 208 GTi que probamos en 2014? Parece que no. No recuerdo como era pero, desde luego, no iba así de bien. No recuerdo que me hubiera gustado ese coche y este, por el contrario, está sacando el sádico que llevo dentro cuando me pongo a hacer curvas.
Como no recuerdo lo que había escrito en su momento acerca del Peugeot 208 GTi, antes de escribir este artículo, me dispuse a leerlo y eso deberías hacer tú. Lectura obligada: Peugeot 208 GTI, un heredero en entredicho. Definitivamente no es el mismo coche que vengo de conducir, hay grandes diferencias. Parece que alguien en Peugeot Sport leyó nuestra prueba y se dijo a si mismo: sabemos hacerlo mejor. Para demostrarlo sacó el 208 GTI 30 aniversario, en edición limitada a 500 unidades. Afortunadamente, en el restyling del 208 Peugeot ha sacado el 208 GTI by Peugeot Sport. Básicamente el mismo coche, pero sin limitación de unidades.
Lo primero que llama la atención es la elegante y discreta -ejem- estética bicolor que han aplicado a esta nueva versión. Al menos se ha llevado por delante los cromados del GTI normal, algo es algo. En general, parece más deportivo al primer vistazo.
Lo bueno está dentro. Recuerdo lo que pensé cuando entré en anterior GTI: ¿esto es una broma? Los apliques en degradado bicolor rozaban el atentado contra el buen gusto. Ahora son totalmente negros, con una línea roja en algunas zonas, algunas costuras rojas aquí y allá… alguien sabe lo que está haciendo ahora. La mejora es evidente, aunque las alfombrilla rojas pueden chocar a algún despistado que no sepa que es un guiño al mítico 205 GTI. Pero eso es pura cosmética, lo mejor del interior son los nuevos baquets. Esto sí le hacía falta, creo que era lo más desagradable de conducir el antiguo 208 GTI: la posición era francamente mala. Voy sentado más bajo y, ya en la carretera, podré comprobar que agarran bastante bien, muy bien. Esto ya es otra cosa, la verdad. Y eso que ni siquiera he arrancado el motor. Lo arranco y, aunque tiene 8 cv más (sí, 208cv para el 208gti, suena lógico), no puedo notar la diferencia sin moverme. El volante sigue siendo el mismo, o eso recuerdo, pero con la nueva posición de conducción parece que, al menos, está en su sitio. Sigue siendo pequeño pero me parece más cómodo que en la última ocasión. Eso sí, el pomo del cambio sigue siendo el mismo, una oportunidad desaprovechada.
Las vías son más anchas 22 mm delante y 16 mm detrás pero estas diferencias no se ven a simple vista. Es 10 mm más bajo y con estabilizadoras más rígidas, doble salida de escape (pura decoración esto último). Todos estos cambios habrá que esperar a probarlos para ver como le han sentado. Lo que, a priori, parece que va a mejorar la motricidad drásticamente son las Michelin Supersport que monta en una llantas de 18″ y un diferencial Torsen recién sacado del magnífico Peugeot RCZ R (uno de los mejores delanteras que recuerde, buen punto de partida). También lleva frenos Brembo, eso suele ser síntoma de que se está apostando fuerte.
Está claro que, sobre el papel, Peugeot Sport sabe lo que nos gusta. Esto me lleva a preguntarme, ¿qué departamento hizo el anterior 208 GTi?, ¿el de coches anodinos? Probablemente. Es justo pensar que habían hecho lo que se les encargó, demasiadas veces manda el marketing sobre la capacidad tecnológica. En ocasiones sólo hace falta que nos disfracen adecuadamente un coche para que nos guste, eso sí, este «disfraz» cuesta casi 4.000€ extra, así que ya puede valer para algo toda esta parafernalia. De otro modo sólo tendremos un paquete tuning muy caro.
Pero no creo que Peugeot se haya arriesgado a hacer un coche más bajo, más ancho, con mejores frenos, neumáticos y un diferencial para no hacerlo mejor que lo que había hasta ahora. Nadie deja pasar una oportunidad así. La pregunta es: ¿cuan mejor es esta versión?¿merecerá la pena la importante diferencia de precio (casi un 20% más)?. Yo, sinceramente, espero que sí. Para empezar porque lo tengo entre manos toda la semana y me lo quiero pasar bien. Pero no sólo eso, hay otro motivo: GTI. Peugeot es una marca que ha tenido una oferta deportiva importante, una marca que ha llevado con orgullo las siglas GTI. Peugeot merece lucir con orgullo estas siglas, pero tendrá que defenderlas en el asfalto.
Así que vamos a buscar una buena zona de curvas en la que podamos poner en aprietos al 208 GTI PSP. Nos lanzamos al ataque desde la primera curva y el 208 responde. Responde como estábamos deseando todos: este 208 sí es un GTI. Correr en línea recta probablemente corra casi lo mismo que el anterior, o un poco más, pero eso no importa. Sigue siendo tremendamente efectivo, como ya lo era su predecesor, pero eso da igual. Lo que no da igual es como se conduce este coche, a diferencia del anterior modelo este coche se conduce con manos, pies y cabeza. No vale ir con el pie hundido en el suelo, aplastando el pedal del acelerador. Esto valía en el otro 208 GTi pero en esta versión se puede conseguir ese «unpocomás» que hace que un coche pase de efectivo a, además, divertido. Este GTI sí permite controlar la trayectoria ahuecando el gas, tiene un chasis muy vivo y a la vez mucho más exigente con el conductor que el anterior. Es de esos chasis que sí te dicen lo que está pasando y sabes lo cerca que estás del límite. Para aprovecharlo del todo tendrás que ir sobre ese fino hilo del límite de adherencia, jugando con el gas en los apoyos prolongados. Esto sí es novedad. Más que novedad, es un placer.
Me fui por uno de los tramos en los que recordaba haber probados dos pequeños compactos muy distintos entre sí: Clio Sport y Civic Type-R, una batalla épica. Salvando las distancias -estos dos modelos eran atmosféricos de 200 cv a 8000vueltas- son coches similares. Recuerdo perfectamente donde brillaba cada uno: el Type-R en motor y el Clio Sport en chasis. El chasis del Clio Sport permitía jugar con el límite, ir -literalmente- a tres ruedas, disfrutando de su agilidad. Pues al coche que me recordó este 208 GTI fue, precisamente, a ese Clio Sport. Y esto es mucho decir, ese Clio fue la referencia en cuanto a chasis de compactos de la época. Cuando lo probé me sorprendió muchísimo.
El tacto de los pedales, el cambio y la dirección, curiosamente, no son muy diferentes del 208 GTI normal. El resultado de accionarlos, claramente, sí. La dirección probablemente mejore pero no fui muy consciente de que hubiera diferencia, me siguió pareciendo muy filtrada. Los frenos son para un capítulo aparte, el tacto es impresionante: frena mucho y con un mordiente que me encanta. Además parecieron inagotables durante la prueba.
Pero no todo son loas a este 208 GTI PSP. Aparte de la dirección también tengo quejas del pobre sonido (remito de nuevo al que consigue MINI con el mismo propulsor) y de la respuesta del motor a la salida de las curvas, intrínseca al funcionamiento del motor turbo pero no por ello satisfactoria. Un pequeño lag y unos altos mediocres, es el precio a pagar por el downsizing, la ecología (el coche lleva star&stop) y todas esas modas que tanto nos gustan.
Hubiera sido muy interesante poder hacer una comparativa de los dos modelos en circuito: bajar de uno y subir al otro. Seguro que de este modo se habrían detectado muchas más diferencias. Pero sólo en carretera las diferencias entre uno y otro son abrumadoras. Sin cronometraje por medio las sensaciones son claramente distintas y, eso precisamente, es lo que importa. Conducir, disfrutar, sentir el coche, controlarlo a tu antojo. No todos los coches te dejan, y menos los modernos, pero este 208 GTI by Peugeot Sport es uno de ellos. Desconozco cuanta gente va a darse cuenta de lo sutiles que son – para el ciudadano medio – estos cambios. Quizá a muy pocos, muchos menos de los que se van a dar cuenta de que esta versión cuesta notablemente más que el 208 GTI anterior.
Sin embargo Peugeot ha apostado por la deportividad, por no quedarse a medio camino, en pocas palabras: por hacer las cosas bien. Es posible que pierda algunas ventas por el precio, seguro, pero también ganará otras muchas por hacer un coche bien hecho. Cuando se hace un producto BUENO, no se trata sólo de las unidades que vendas si no de a quien se las vendes, aun así, la edición limitada 30 aniversario voló de los concesionarios, señal de que el público -aunque normalmente desatendido- existe y está hambriento. Si haces un buen deportivo y a los aficionados les gusta será un coche deseado, estandarte de lo que nos gusta y emociona a los que sí sabemos de esto. A los que nos gusta, a los que nos apasiona. Todavía queda cierta afición entre los que compramos coches y no lavadoras con bluetooth y cuatro ruedas.
Bienvenido de nuevo Peugeot, este es el camino.
arribi
18 de enero de 2016 a las 11:54Poco más puedo añadir. Muy buena entrada. A falta de probar el coche, según había leído hasta ahora (y que vosotros corroboráis) es el GTi que siempre debió ser.
Indeciso
18 de enero de 2016 a las 12:47Nada más que añadir; corre como una bala, es ágil, frena mucho,etc.
Lo único que no me gustó fue el cambio, quizás demasiado blando y algunas marchas no entraban cuando ibas fuerte (igual es que soy un poco torpe)
Una pena no haberlo llevado al circuito
Un saludo
nachetetm
18 de enero de 2016 a las 17:07Me alegro de que Peugeot tomara nota de las críticas positivas del 30 aniversario y las hiciera extensivas a la versión «normal». Los cambios añadidos (especialmente buenos frenos y asientos) siempre son muy bienvenidos.
Tiene pinta de ser un GTI magnífico de esos que valen para todo y todo lo hacen bien.
Sr.Kiwi
18 de enero de 2016 a las 21:25Así sí!!
ahora sólo falta que le pongan el programa del JCW para que, al menos al ralentí y en reducciones, petardee igual.
Toni Exup
18 de enero de 2016 a las 23:49Me congratula leer buenas críticas de un tracción delantera.
Para mí es una solución tan buena como la propulsión, si las cosas se hacen bien.
Siempre me gustó el Peugeot 205 GTI, y la verdad es que desde aquel, no he vuelto a ver con interés ningún otro Peugeot.
Como siempre, artículo bien escrito para leerlo de principio a fin con interés/diversión.
Un saludo.
Arturo rs
24 de marzo de 2016 a las 00:57A mi con solo esto «Pues al coche que me recordó este 208 GTI fue, precisamente, a ese Clio Sport. »
me es suficiente para poder decir que «esta vez si es un gti»
Prueba Ford Fiesta ST 2018: ¡Cobawunga! – 8000vueltas.com
25 de octubre de 2018 a las 10:44[…] ese rango de precios, pues tanto el Clio (poco atractivo solo con cambio automático) como el 208 GTI by Peugeot Sport (nos gustó mucho) no están ya a la […]
CMR
6 de abril de 2020 a las 10:53Muy buenas,
Tengo una unidad desde hace un año y poco, y he de decir que, tras haberme leido practicamente todo lo que hay de este coche en internet, creo que es la prueba que más coincide con mis apreciaciones.
Una pena que el coche del articulo sea bicolor, me parece que es una opcion carisima y que empeora brutalmente la estetica del coche, máxime cuando el resto de colores son bien bonitos y le quedan genial. Una pena que no lo haya azul oscuro como el 308 gti.
Por criticarle algo, el volante lo veo pequeño (el i-cockpit la verdad que no me disgusta, pero veo más el problema en el tamaño del volante, por escaso, que en el conjunto del interior/salpicadero). El conjunto cambio/embrague no es el más rapido del mundo (aunque es verdad que mejora con el paso de los kms) y el tacto del cambio no es precisamente de Honda, pero tampoco es malo. Y el sonido es poco evocador, salvo en la parte superior del cuenta-rpm.
Saludos