Un año más, el equipo de R-Events nos acerca su crónica de las 24h más populares de nuestro país, donde han lucido orgullosos los colores de 8000vueltas y los han llevado hasta el pódium.
¡Porque los sueños se cumplen! Vol.2.
Como decíamos ayer... todos los amantes de los deportes de motor soñamos con emular a nuestros ídolos: Fórmula 1, Mundial de Rallies, 24 Horas de Le Mans… 24 horas de Guadix 2013… o 24 horas de Braga 2014. Pero antes de contar cómo han terminado (y continúan) nuestros sueños, remontémonos a sus inicios.
Guadix, 27 de enero de 2014. Roverto, apelativo cariñoso que recibe nuestro querido Rover 216 GTI de 1991, se encuentra subido a la plataforma de vuelta a casa. Ese día sería el año 0 para el comienzo de una nueva aventura con él como protagonista.
Todos los componentes del equipo R-Events, antes de que diera inicio el evento de Guadix, teníamos el firme convencimiento de que Roverto terminaría sus días en algún desguace cercano al Circuito. Sin embargo, para nuestra sorpresa, el noble chasis británico con motor japonés aguantó sin rechistar los maltratos que cinco «wannabe» del motor, le habían infligido durante 24 horas ininterrumpidas. ¿Y ahora qué? Roverto, una vez terminada la prueba, no tenía sitio donde permanecer aguardando nuevos proyectos. Por no tener, no tenía ni nuevos proyectos. Era un coche con «palmarés» a la espera de continuar su vida en los Circuitos.
Tras meses de destinos indignos, Roverto terminó, desde el mes de julio, reposando en un box del Circuito de Kotarr, sin un futuro definido, sin un mañana claro para sus virtudes.
Sin embargo, acabado el verano, el equipo R-Events fue invitado a inscribirse en una nueva locura que solo un auténtico petrolhead alcanza a entender como posible. Una nueva prueba de 24 horas de duración. En esta ocasión, más allá de nuestras fronteras, hasta el portugués «Autodromo Vasco Sameiro», en Braga.
La fecha señalada, los días 15 y 16 de Febrero de 2014. Es decir, cinco meses de preparación y nervios por delante. ¿Nervios? Sí, nervios. Cuando uno se embarca en proyectos de este tipo, con medios muy limitados, pero con ilusión infinita, cualquiera puede ser el resultado. En nuestro caso, y a última hora, las sensaciones y recompensas no han podido ser mejores, pero no por ello hemos estado exentos de sudores, prisas e inventos que nos hicieran posible participar en este nuevo sueño.
Respecto de la prueba de Guadix, varias eran las diferencias en el Reglamento que obligaban a una pequeña intervención quirúrgica en Roverto. Las barras que equipaba por aquel entonces eran demasiado rudimentarias y no garantizaban la seguridad del ocupante en caso de un incidente de entidad.Por ello, Roverto fue trasladado hasta tierras toledanas, donde en apenas dos días fue equipado con un esqueleto metálico a la altura de los mejores coches de competición. En Enero, Roverto ya parecía un verdadero coche de carreras.
Apenas quince días antes de la prueba, nuestro querido Rover recibió igualmente una cura en su ya de por sí sano corazón metálico. Un nuevo embrague, cambio de aceite, un buen líquido de frenos, pastillas incansables…y un gran número de piezas de recambio que pudieran «garantizar» un buen resultado en pista. Mejor dicho, el mejor resultado en pista, terminar y disfrutar al volante. Igualmente, y como cura de rejuvenecimiento, Roverto fue repintado por entero: nuevo brillo para una nueva vida.
Y con ello nuestra máquina de correr (mucho) estaba preparada para este nuevo reto. O eso pensábamos…
Viernes, 14 de febrero de 2014.
El equipo R-Events al completo llega sobre las seis de la tarde al paddock del Circuito Vasco Sameiro. El transporte elegido en esta ocasión, una gran autocaravana perfectamente equipada tanto para largos viajes como para los pequeños momentos de asueto que nos esperarían a lo largo del fin de semana. Un digno lugar de descanso para poder darlo todo en el asfalto de la pista.
Nuestro coche nos espera desde primera hora de la mañana, ya que, junto con otros once, había viajado en un gran camión desde Madrid (aprovecho para agradecer a Eduardo sus gestiones al respecto).
A nuestra llegada, bajo un gran diluvio que había encharcado los boxes, pudimos percibir cómo en esta segunda ocasión no eran pocos los equipos que habían «profesionalizado» su estructura, llegando algunos de ellos a llevar unidades gemelas casi completas a su coche de correr para poder disponer de recambios en caso de avería o hecatombe. Asimismo, otros muchos contaban con grandes pilotos profesionales en sus filas y con expertos mecánicos preparados para cualquier intervención necesaria.
En nuestro caso, al igual que el año pasado, disponíamos de… de… teníamos mucha ilusión por la prueba y contábamos con la solidaridad del resto de compañeros. En este punto resulta imprescindible agradecer (y nunca lo haré lo suficiente) los desvelos y la ayuda del equipo hermano SportCarClub y su mecánico «Liébana». Con gente así da gusto compartir no solo una jornada de motor, sino todo lo que huela a gasolina y tenga ruedas.
Como decía, estábamos a apenas quince horas del inicio del evento y no disponíamos de box en el que poder descargar el exiguo material que nos había acompañado en el viaje desde Madrid. Para el que no conozca las instalaciones del Circuito de Braga, he de señalar que, como trazado, es muy divertido para el piloto y muy exigente para la mecánica y frenos. Un lugar a conocer. Sin embargo, el paddock y los boxes son, siendo políticamente correctos, manifiestamente mejorables.Así las cosas, uno de los equipos participantes que había llegado por la mañana nos cedió un pequeño rincón de su box y pudimos terminar los trabajos que aun (sí, un día antes) quedaban por realizar. Que si extiende por dentro el antivaho, que si frota el repelente de lluvia por fuera, que si coloca el arnés, que si prueba que funcionan las luces, que si aprieta ese tornillo del backet, ¿qué tornillo?, ah, el que ha desaparecido… Como véis en un Campeonato de previsores es probable que quedásemos los últimos.
Y tras casi dos horas trabajando dentro del coche, una vez dispuestos a irnos al lugar de descanso, fuimos a arrancar a Roverto y… y… Y Roverto no tenía batería. Momento de tensión absoluta, porque es algo que ahora sabemos, pero en ese lugar y en ese momento pensábamos que podía ser cualquier cosa. Alternador, un contacto, mal de ojo… finalmente, y en un momento de lucidez, decidimos arrancar a Roverto a empujón y volvió a la vida.
Sábado, 15 de febrero de 2014.
Gracias a un sistema de previsión logístico digno del ejército de los Estados Unidos, el equipo R-Events amaneció en un camping a 55 kilómetros del Circuito, así que el madrugón fue de órdago.
Al llegar, por fin pudimos ubicarnos en uno de los boxes anegados de agua el día de antes, así como nuestras ruedas y recambios, junto con nuestros amigos del equipo SportCarClub, quienes este año también repitieron montura con su Opel Astra GSI.
Tras un pequeño briefing algo caótico, debido a pequeños cambios de Reglamento de última hora, nos dispusimos a probar por primera vez a Roverto en la pista portuguesa, en los entrenamientos cronometrados y un breve warm up. Poco más de dos vueltas pudimos dar cada uno de los pilotos. Por ello, y ante lo complicado de la situación de la pista, con grandes zonas mojadas, no pudimos conseguir un gran resultado en la clasificación, partiendo tras el safety car en la posición 27 de 32 equipos participantes.
Sin embargo, nuestra estrategia de este año era clara. Tras la experiencia del año pasado en el Circuito de Guadix, teníamos claro que para ganar o al menos conseguir una posición de honor la mejor manera de alternar los turnos entre los distintos pilotos era (censurado). Con ello, nos garantizábamos acabar arriba.
Pasaron las horas y pudimos comprobar cómo, a diferencia de Guadix, este año la gran mayoría de los equipos imprimió un ritmo muy alto desde el inicio. Roverto, prácticamente en todo momento dentro del top ten, respondía a la perfección a la exigencia de cuantos íbamos pasando por su volante. Quizá sea esa la clave de este equipo: cuidar el coche hasta el extremo. Tratar de llegar enteros y sin problemas mecánicos al final de la prueba. Pero no adelantemos acontecimientos… Eran las seis y media de la tarde del sábado, con buen tiempo climatológico, pero muy frío. La ausencia de lluvia permitía que la pista fuera secáncose. O al menos era lo que podía intuir desde el muro.
Llegada esa hora, Rafa fue llamado a boxes ya que, al inicio de su turno, habíamos olvidado descubrir los faros y la luz solar estaba desapareciendo. Comenzaba mi turno. Depósito lleno, luces encendidas, motor arrancado, corazón a mil… y a la lucha. Las primeras vueltas al volante de Roverto fueron de «reencuentro», de reconocimiento mutuo. De ritmos moderados para mejor conocimiento de la pista y de análisis del resto de pilotos y vehículos. Por la radio podía escuchar cómo los compañeros me animaban a aumentar mi ritmo. Bueno, es un eufemismo, realmente ponían de manifiesto mi torpeza al volante.
Todavía, pasados unos veinte minutos desde el inicio de mi relevo, quedaba luz suficiente en el trazado como para coger buenas referencias de frenada. Ese aprovechamiento fue clave para las horas que siguieron. Una vez anocheció, una gran luna llena apareció detrás de la pequeña colina que circunda el Circuito. Quizá para mí el momento más inolvidable, tanto como la enorme sonrisa que, debajo del casco estaba dibujando.
Poco a poco me iba dando cuenta de que el resto de equipos reducían su marcha e íbamos remontando posiciones. octavos… séptimos, sextos, quintos… equipos que horas antes me habían adelantado reducían su ritmo de manera considerable. ¿El motivo? Con total seguridad, cambio de piloto. Nuevos ojos y manos no acostumbrados a la falta de referencias y a la oscuridad completa más allá de los diez o doce metros que los faros de serie podían alcanzar.
A todo ello se unió la aparición de un importante grado de humedad, que provocaba bancos de niebla intensa en algunas partes del Circuito, así como la existencia de mucha suciedad en la pista y grandes charcos aledaños a los pianos en curvas de alta velocidad. No obstante, mi ritmo seguía mejorando y pude marcar mis mejores vueltas al final de mi relevo. Quizá ayudó el llevar casi tres horas seguidas haciendo exactamente los mismos movimientos, de manera mecánica.
Tras casi tres horas de conducción por mi parte y ocho horas después de comenzar la carrera, los neumáticos dijeron basta y el depósito de Roverto se agotaba.Eran algo más de las diez de la noche cuando, tras repostar, bajé del coche, dejando al equipo en cuarta posición, a pie de pódium… Mi cuerpo me aconsejaba descansar, y así hice. Dos horas retirado a la autocaravana en la que no pude escuchar mejor nana que el sonido de más de treinta coches, vuelta tras vuelta, dándolo todo.
Domingo, 16 de febrero de 2014.
A eso de la una de la madrugada era mi turno de volver al box, el cual ya no abandoné hasta finalizada la prueba. A partir de ese momento era patente el cansancio de los pilotos y asistentes, puesto que la línea de boxes se fue vaciando. En nuestro box, Liébana y uno o dos componentes del equipo SportCarClub, hacían compañía al que suscribe.
Sobre las dos de la madrugada era de nuevo el turno de que Rafa se pusiera al volante de Roverto. Y tras algo más de una hora marcando muy buenos tiempos, hizo presencia la auténtica protagonista del evento, la niebla. Una niebla densa, tanto que resultaba imposible intuir absolutamente nada más allá del parabrisas. Por ello, y tras unos momentos de zozobra, la Dirección del Circuito decidió dar salida al Safety Car, que se mantuvo en pista algo más de cuarenta minutos para volver a dejar paso a una carrera libre. Sin embargo, la densidad de la niebla no solo no había disminuido, sino que había ido en aumento.Recuerdo escuchar a Rafa a través del walkie diciendo a grito pelado «jamás había pasado tanto miedo en mi p*ta vida«. (Nota del autor: Rafa ha sido copiloto durante varios años en un Seat Córdoba WRC y «pepinos» de similar pelaje).
Como no podía ser de otra manera, el Safety Car volvió a hacer acto de presencia, y ya no abandonaría la pista hasta más de dos horas después, cuando ya apuntaba el alba. Al amanecer, y todavía en procedimiento de Safety Car, volvimos a hacer un cambio de piloto. Era el turno de Pak, quien, redimiéndose de un primer turno el día anterior con algún error, hizo gala de su regularidad, marcando tiempos de récord vuelta a vuelta y manteniendo a Roverto entre la tercera y la cuarta posición en carrera.
Apenas a cuatro horas y media para el final de la prueba, fue el turno de Zaskar, capitán del equipo. El turno de Zaskar fue bastante extraño, debido a que la comunicación por los walkies no era todo lo buena que nos hubiera gustado y a que pastillas de freno y neumáticos delanteros podían decir basta en cualquier momento. Teníamos que tirar de estrategia.
El pódium estaba casi garantizado y una decisión errónea podía provocar que el equipo R-Events cediera su tercera posición prácticamente en el último momento. Así, inventamos un nuevo gesto que se traducía en orden desde el muro, «aprieta, pero con cuidado», lo que traducido al idioma gestual es algo así como agitar los brazos hacia arriba y hacia abajo sin ningún orden aparente. Sin embargo, y a pesar de escucharle porfiar a través del walkie, Zaskar supo mantener a Roverto en tercera posición hasta el final de su relevo.
La carrera terminaría el domingo a las 13:36 horas. Zaskar dejó a Roverto a pie del box a las 11:27. Tiempo justo para colocar a Kunte en el coche, limpiar los cristales, comprobar que durante casi 22 horas Roverto no había consumido absolutamente nada de aceite y desearle la mejor de las suertes a nuestro piloto puntero. ¡Las posiciones de honor en el pódium estaban a tiro! Jamás podré olvidar la bonita lucha que tuvimos con el equipo amigo de «Tandas con Teórica MCustoms» por la segunda posición del cajón. Transcurridas casi 23 horas de carrera la diferencia entre ambos coches, Rover y Honda CRX, equipados con el mismo motor, era de ¡menos de un segundo!
Emoción hasta el final.Rover y CRX enganchados durante un número interminable de vueltas. Alternancia constante en la segunda posición. Kunte consiguiendo vueltas de récord, una tras otra, con unas pastillas de freno a punto de llegar a su límite de servicio y unos neumáticos con más de cuatrocientas vueltas a un circuito tan abrasivo como el de Braga.
1:45.
1:45.
1:45…
Como si de un coche guiado por raíles se tratase, Roverto y Kunte conseguían que el resto del equipo subiera las pulsaciones hasta el infinito… hasta que, desde nuestra posición en boxes escuchamos cómo Kunte nos dice a través de la radio que el CRX tiene problemas y está perdiendo posiciones en pista.
Algo extrañados, nos preguntamos qué podía ocurrirle. ¿Quizá una mecánica tan fiable como la del Honda había dicho basta? ¿quizá la caja de cambios? ¿frenos? Una mezcla interminable de sensaciones me recorrió en ese momento. Si al Honda le había pasado algo, nosotros no estábamos exentos de poder sufrir un problema de última hora… el CRX entró en boxes y allí estuvo, siendo manipulado por los miembros de su equipo, durante diez interminables minutos.
La situación, a cincuenta minutos del final era la siguiente:
- En primera posición, el VW Golf GTI del equipo Rallycenter.
- Nuestro Roverto, a tres vueltas de distancia.
- El Mercedes Benz 190 del equipo MRS a cuatro vueltas de distancia.
En ese momento, y una vez analizada la situación, tras hablarlo entre todos los miembros del equipo, tomamos una decisión que a día de hoy sigo considerando acertada. Mantener a Roverto en segunda posición, evitando riesgos que pudieran dejarnos fuera de carrera. Todavía tiene por delante muchas alegrías que darnos. Es Roverto, NUESTRO Roverto.Por lo tanto, y una vez arreglado el CRX, los esfuerzos de todo el equipo R-Events se centraron en animar a nuestros amigos para alcanzar la tercera posición, lo que ocurrió casi en las postrimerías de la carrera.
Bandera a cuadros. Final. Alegría desbordada. Por segundo año consecutivo R-Events sube al pódium en un evento de 24 horas de duración. Por segundo año consecutivo nuestro coche, campeón entre campeones, nos lleva a una posición de gloria.
Para nosotros y entre nosotros quedarán momentos inolvidables, como un viaje en autocaravana con rachas de viento que harían volar más de un peluquín, o el «cátering» en el box compuesto por el mejor jamón ibérico de Guijuelo, el mejor queso gallego y los mejores dulces de postre… o muchos otros que posiblemente, al igual que el año pasado, recordemos para toda la vida.
¿El resultado final?
MUY satisfactorio.
¿Pronóstico a futuro?
Sobre todo y por encima de todo, seguir disfrutando con AMIGOS de este deporte tan bonito como es el automovilismo.
Como decíamos al inicio… «porque los sueños se cumplen»
Continuará…
Agradecimientos
Este reportaje no podía quedar completo sin los agradecimientos de rigor, a todos aquéllos que nos han ayudado, apoyado o acompañado en esta aventura de chalados. Por eso, es necesario dar especial gracias a:
- Puertas Mafa: Especialistas en la fabricación y mantenimiento de todo tipo de puertas y cerramientos. Gracias a Puertas Mafa Roverto luce orgulloso un arco de SEGURIDAD, con mayúsculas.
- 101 Neumáticos: Apostó fuerte por R-Events y esperamos haber estado a la altura. 101 Neumáticos es una empresa cuya diligencia, honradez y rapidez solo está al alcance de los mejores.
- 111 octanos: Tienda on line de todo tipo de productos racing. Nuestro volante, nuestra piña y los cierres rápidos de Roverto tienen como origen a 111 Octanos. Calidad para calidad.
- EBC Frenos Spain: Es difícil que haya alguien del mundillo que no conozca la división española de EBC Frenos. Por el resultado de R-Events en sendas pruebas de resistencia queda patente la calidad de sus productos. Asesoramiento con todas las garantías.
- M Customs: Taller que ha dado el lavado de cara a Roverto, con los mimos en su pintura, y que ha servido como base de operaciones para su mantenimiento.
- Patabrava: Calidad humana con Denominación de Origen Guijuelo. Los mejores productos ibéricos con el mejor servicio. Si quieres un buen jamón o un gran amigo, Patabrava es tu lugar de destino.
- 8000vueltas.com: El blog de motor de referencia en España. Pruebas exclusivas de producto. Si quieres conocer la historia de lo que nos une y las virtudes de un modelo, 8000vueltas.com es tu sitio.
- G. Varela Abogados.
- R-Events: Más de siete años organizando todo tipo de eventos de motor avalan su calidad. Trackdays, cursos, rutas, presentaciones… R-Events y motor son términos sinónimos.
- SportCarClub: Porque si todo esto existe, si mi aficción al motor es la que es, si puedo decir con orgullo que mis amigos del motor son los mejores, es porque SportCarClub existe como nuestro lugar común.
Gracias a los organizadores del evento. Porque sin ellos, a pesar de nuestras pequeñas divergencias, todo esto no existiría.
arribi
25 de febrero de 2014 a las 11:19me encantan estos relatos de locura, superación, estrés y olor a gasolina y neumáticos quemados. habéis conseguido que Roverto sea casi de la familia de nosotros, los lectores.
por cierto, no sabía que lo tuvisteis aparcado en un box de Kotarr desde julio, yo estuve allí en noviembre. si lo hubiera visto me habría hecho muchísima ilusión.
PATABRAVA
25 de febrero de 2014 a las 11:24Oh!
Qué gran articulo y qué gran carrera.
Enhorabuena al Roverto y a los que se sentaron a sus mandos. Un podio puede ser casualidad, pero dos seguidos (a además in crescendo) ya no, porque aunque la suerte es fundamental, hay multitud de factores que hay que conjuntar para que el resultado sea tan bueno.
A ganar en 2015!
Bebe a bordo
25 de febrero de 2014 a las 11:32Enhorabuena, espero que conteis mas detalles en sucesivos artículos.
alberto
25 de febrero de 2014 a las 20:48Enhorabuena!!!! Increíble experiencia…
(Ese coche va a ir directamente a la Asociación Pro-Derechos del Automóvil -y, si no existe, la creará- a meteros un paquete por explotación.)
Manu
26 de febrero de 2014 a las 11:33Muy buen reportaje y que bien se portó ese Rover, un gran coche sin duda. Una mod barata es montarle los frenos del zr 160. A seguir disfrutando de las carreras!
Albert_8k
26 de febrero de 2014 a las 14:12Enhorabuena impresionante reportaje, como siempre, una carrera así es algo que debo hacer al menos una vez en la vida.
Begargo
26 de febrero de 2014 a las 15:07Enhorabuena a R-Events, afincado en el podium con una solidez fuera de toda duda. Bravo a todo el equipo y al gran Roberto.
Un privilegio compartir Box y ¡A por las 24H 2015!
Estadea
6 de marzo de 2014 a las 21:57Muy meritorio el resultado, sobre todo teniendo en cuenta los problemas, tanto imprevistos como previsibles… Mi más sincero aplauso: pilotar con niebla demuestra mucho arrojo y/o muy poca sesera.
r5 pravia
5 de enero de 2016 a las 04:29recordando mi primera carrera, en ese circuito con un coche en el q nunca m habia subido y con una gente q no conocia, me engancho. una de las mejores experiencias d mi vida
un saludo desde Asturias