El peor de todos los que están en venta, o eso dice su precio.  Los coches deportivos especiales son los más caros de la gama, ¿verdad? Eso nos dicen las listas de precios, pero esto no siempre fue así. Cuando el márketing era un departamento pequeño dentro de las marcas de coches ocurría que los coches más ligeros de la gama eran los más baratos, normalmente porque tenían menos equipamiento. Suena bastante lógico. Pero alguien se dio cuenta de que si les ponías nombres largos y los vendías como algo especial ¡podías hacer que fueran los más caros! Pues el departamento de Audi ha debido equivocarse (o más bien el que pone los precios) porque este coche es brutal, tiene un nombre innecesariamente largo, es edición limitada… ¡pero es el más barato! Probablemente sea el mejor R8 que puedas comprar. Te cuento por qué.

El Audi R8, como modelo, es un coche que muchas marcas deberían mirar y envidiar. Es un emblema para Audi, que ha conseguido llevar la marca a otro nivel. Otras que presumen de ser más deportivas, como BMW o Porsche, no tienen un deportivo de motor central a este nivel, no en este segmento, no como el R8. Audi ha conseguido entrar en el olimpo de los superdeportivos con una fórmula muy conocida en el grupo Volkswagen: compartiendo tecnología. No sé si el Huracán es un R8 reinterpretado o si el R8 es un Huracán para gente que no quiere parecer un futbolista (pero que fallan estrepitosamente). Lo que sí sé es que el Audi R8 es uno de los mejores deportivos del mercado y este RWS tiene un precio que lo hace realmente tentador.

Cuando uno se pregunta qué es un R8 V10 RWS tracción trasera de 540 cv y edición limitada a 999 unidades, espera ver un precio que te deje sin respiración durante unos segundos. No es el caso. Partiendo de 168.500€, cualquier rival que se te ocurra con el mismo nivel de prestaciones y calidad empieza prácticamente en 200.000 €. Sólo he encontrado un rival en un rango de precios similar – y vaya rival-, que sería el Porsche 911 GT3 de 500 cv (desde 175.437 €) y que además puede ser manual.

El rival más duro del R8 RWS, el 911 GT3

Para mí sus «otros» rivales pueden ser un 991 Turbo (203.400 € y 540 cv), un Lamborghini Huracán 580-2 RWD (203.600 y 580 cv), un Audi R8 V10 Coupé Quattro (199.600 € y 540 cv). No considero que el planteamiento del coche pueda ser compatible con un deportivo de motor delantero como un Mercedes AMG GT (que no he probado).

RWS significa Rear Wheel Series, esto es importante porque es el único Audi tracción trasera hasta el momento, lo que, aparte de la exclusividad, significa que declara 50kg menos que su versión con tracción total. También significa que puedes hacer más el gamberro y que tiene un reparto de pesos más «peliagudo» para conducción deportiva. Pinta bien.

Hacía mucho tiempo que no conducía un R8 y todavía echaba de menos, 3 años después, aquel R8 LMX que tuvimos la gran suerte de probar, pero cada vez que veo uno en mi garaje pienso que lo voy a pasar bien. Conducir un R8 siempre es especial, ¿cómo no va a serlo con un V10 atmosférico que sube hasta las 8500 vueltas?

Me subo al coche: es una pasada. Siempre me lo ha parecido y nunca me defrauda. El cuadro de mandos, a mí que no soy muy fan de las pantallas, me encanta. Me parece que Audi ha ido un paso por delante de los demás y ha integrado todo de forma espectacular. Los asientos, los botones, mires donde mires hay un derroche de diseño. Parece el interior de un halcón milenario moderno. Sé que históricamente son detalles que han importado poco en 8000vueltas, pero cuando convierten una botonera en una obra de arte, es también parte de la experiencia de conducción. Quizá me esté haciendo mayor.

En el interior casi pasan desapercibidos los asientos pero la verdad es que son muy buenos. Baquet discreto pero muy efectivo en conducción deportiva, cómodo para entrar y salir pero duro y con agarre cuando estamos de curvas. No tan bueno para el día a día, pero al fin y al cabo esto es un superdeportivo. El ajuste longitudinal es manual, aunque se puede regular la altura con un botón de accionamiento eléctrico. Curiosamente estos asientos no están calefactados, algo sorprendente pero que, bien pensado, ahorra peso.

El volante se puede regular en altura y profundidad, con lo que la posición de conducción se puede adaptar a nuestros gustos. También me resultó muy chocante que este coche no tuviera climatizador bizona. Es un pequeño detalle sin importancia quizá, pero que sorprende en un coche de este precio.

Todavía disfruto más cuando pulso el botón de arranque y oigo el V10 bramando en el garaje. Sé que se escucha en toda la planta, y probablemente también en la de abajo. Lo siento por mis vecinos pero el placer de arrancarlo en frío y escucharlo al ralentí, aunque solo sea durante unos días, no me lo quita nadie. Es un momento que disfruto mucho con coches que tienen un motor gordo. Un V10 de 5.2 litros encaja perfectamente en esa definición. Muy gordo.

Ahora que está de moda hacer estos ralentís tan pomposos a partir de un 1.6 turbo, escuchar un V10 DE VERDAD te recuerda que, como en todo en la vida, hay clases y Clases. Casi con total seguridad este placer no podrá estar en mi lista de coches que he tenido cuando sea viejo,  pero estos días de disfrute quedarán en mi memoria. Mientras escribo todavía noto ese placer.

Para mí, el gran logro de Audi ha sido conseguir que todo el mundo que ve este coche sabe que es un Audi R8. Mucha gente a la que no le gustan los coches, muchas chicas a veces, pueden ver un Corvette rojo y preguntar si es un Ferrari. Con el Audi R8, extrañamente, todo el mundo sabe que coche es. Es una especie de icono y solo los más expertos preguntan con timidez si es «el tracción trasera». El segundo gran logro es conseguir que sea tan fácil de conducir como un Audi A3. No hay sustos, no hay drama, lo más complicado en este coche es gestionar tu nerviosismo y no olvidar que supera los 2 metros de ancho.

Es un coche con el que te apetece pasear por la ciudad, sentirte estrella de rock o jugador de fútbol de primera división por un día. Estoy seguro de que es más probable que alguien te pregunte si juegas en primera a que te pregunte qué coche es. Pero una vez que te has dado un paseo, has disfrutado un par de túneles y has estirado un par de marchas te das cuenta de que estás tirando el tiempo. Tienes que sacarlo de la ciudad, es como tener un caballo en el salón de casa; muy bonito verlo, pero en campo abierto lo disfrutarás de verdad.

Cuando sales a autopista tienes que concentrarte para conducirlo. No es fácil, no es nada fácil llevarlo a velocidades legales a poco que tengas sangre en las venas. Si, además, te pesa el pie derecho (el mío lo encargué en fibra de carbono pero me lo dieron en plomo) tienes que tener claro que cualquier día te vienen a buscar a casa con una multa y una citación del juzgado, dudo que ni siquiera intenten cogerte para multarte si te cazan en la carretera. Pero eso sólo ocurre si eres un enfermo de la gasolina que va pensando continuamente en la sensación de exprimir los 540 cv que llevas tras tu espalda. Si los coches te dan igual y ni sientes ni padeces, puedes circular con el R8 como si fuera un compacto con un salpicadero vistoso. Desde luego, es facilísimo.

Las carreteras nacionales es posible que sea su entorno ideal. Mientras que los puertos de montaña a veces son demasiado estrechos para un coche de estas dimensiones, en una carretera de curvas amplias es un rival difícil de batir. Es un coche que permite viajar por carreteras a velocidad de infarto y por autopista a velocidades de AVE. Igual que el Bugatti Veyron se terminaba un depósito de gasolina en 12 minutos yendo a velocidad máxima con el Audi R8 es posible perder todos los puntos del carnet en 12 minutos.

Hemos tenido la gran suerte, esto es algo relativo, de probar este coche en mojado. Y digo suerte porque en seco ya sabemos que va a ir bien, especialmente después de haber probado otros 3 R8 de esta generación anteriormente (pincha para leer las pruebas del R8 V10, V10 Spyder y V10 Plus). La duda que puede quedar cuando el rasgo más destacado de este coche es la «pérdida» de la tracción total es: ¿qué va a pasar cuando llueva y tenga un trasera de más de 500 cv? No queríamos quedarnos con la duda y nos fuimos a probarlo. La lluvia y el otoño hacían que los puertos por los que estuvimos tuvieran humedad, hojas y, en general, poco agarre. Pasamos por zonas húmedas en las que no había llovido desde hacía horas y por otras donde estaba cayendo agua en abundancia.

Empiezo el puerto, con mucha prudencia, quizá hasta miedo. Hay una gran responsabilidad cuando tienes un coche así y no quieres que nada salga mal. No obstante hay que probarlo y eso no se hace en el parking de un centro comercial. Empiezo a acelerar, al principio muy comedido, después con más alegría. Lo más peligroso en estas condiciones está en las frenadas -a las que llegas muchísimo más rápido de lo que parece- más que en la salida de las curvas, donde las ayudas a la conducción no van a dejar que la cosa se ponga fea. Voy cogiendo ritmo y me entra la risa, y la sonrisa. La sonrisilla tonta que se me pone en la cara cuando voy haciendo curvas y disfrutando de un coche. La risa, nerviosa, al ver picos de aceleración lateral superiores a 1 G en mojado.

Es asombroso lo bien que tracciona este coche; con las condiciones que teníamos decidimos ir con todos los controles puestos pero el control de tracción sólo actuaba cuando hacías las cosas mal a propósito. Yendo fino podías salir como un cohete de cada curva. Es igual de cierto que los neumáticos estaban prácticamente nuevos, especialmente esencial en agua y de obligado recordatorio: los neumáticos son el único punto de contacto del coche con el asfalto. Aunque en seco se note menos, cuando las condiciones de adherencia bajan lo único que puede mantenerte pegado al asfalto es un neumático en perfectas condiciones.

Las medidas de neumático son superlativas, 245 delante y 295 detrás, que no cambian con respecto a la versión Quattro. Prácticamente no cambia nada, de hecho: unas barras estabilizadoras un poco más gruesas y cambios en los amortiguadores (que para esta edición «low cost» del R8 ¡¡no son regulables!!), pero conservando los mismos muelles.

Sigo enlazando curvas y cogiendo ritmo (esto quiere decir que con pocos coches se podría ir más rápido, estamos hablando de un Supercar) y empiezo a fijarme en otras cosas que no sean su desmedido empuje y su sorprendente tracción. La dirección es muy rápida, aunque no sé muy bien lo que pasa en los neumáticos. En mojado es difícil tener feeling muchas veces, aunque no puedo decir que sea problema de la dirección, sino más bien de las condiciones. Además, la suspensión es dura y eso, junto con la poca adherencia, juega en nuestra contra. En estas condiciones sí que echo de menos que la suspensión no se pueda regular.

Te encuentras yendo rápido en condiciones muy adversas, con un coche que acabas de coger y que apenas conoces, pero vas seguro, disfrutando. Con lluvia y en un puerto de montaña es más fácil ir cambiando a 6.000 vueltas y aprovechar el monstruoso par que te empuja de curva a curva que intentar llevarlo buscando la zona roja, pues los controles te van a limitar. Cuando por fin se los quitamos, vemos que hay que hilar muy fino para transmitir toda la potencia al asfalto. Pero es normal, son 540 cv llegando al suelo través de una superficie de contacto ridículamente pequeña de dos neumáticos.

Del cambio no puedo decir nada que no hayamos dicho anteriormente: S-Tronic de doble embrague y 7 velocidades que cumple perfectamente: cambia cuando queremos y lo hace rapidísimo. Recomiendo llevarlo siempre en manual cuando hagamos curvas. Aunque hay una cosa que no me gusta: cuando voy con el cambio en modo manual querría que el sistema quick-down (que baja marchas automáticamente cuando pisas el acelerador hasta el fondo) no actuara.

Dijimos hace tiempo que el R8 es «el deportivo fácil» pero claro, todo tiene sus límites. El RWS se torna delicado en mojado, pero hay que ir a ritmos verdaderamente suicidas para llegar a ello. En un puerto de montaña no puedes llegar a una curva a 200 km/h con hojas, agua , quitamiedos… salvo que estés en un rally. Este coche te lo permite, pero es uno de los grandes problemas de los deportivos actuales: pueden ponerse a esas velocidades en un abrir y cerrar de ojos, pero no hay sitios fuera de circuito donde aprovecharlo. Es más satisfactorio ir rápido con un coche lento que ir despacio con un coche rápido. Lo bueno del R8 es que es muy rápido, rapidísimo, pero tiene un medio régimen de motor atmosférico que permite disfrutarlo con cabeza cuando no son las condiciones ideales… A diferencia de muchos coches turbo, cuya entrega de potencia en medio régimen es salvaje y difícil de dosificar en estas condiciones, el R8 no trata de matarte, y eso vale mucho.

Curvas de potencia de las versiones del V10 de 540 cv (estándar) y 610 cv (Plus) montado en los R8

En cuanto a la tracción, durante los tramos que también hecho en seco, nos ha parecido muy buena. En esas condiciones me pregunto, ¿pagaría 30.000€ más por tener tracción total y suspensión regulable? No, ni de broma. Tendría que vivir en Andorra para plantearme algo así.

Pero también es cierto que, cuando estás quemado por dentro y quieres emociones fuertes, a este R8 le faltan algunas cosas. Le falta sonido; he dicho que sonaba genial, sí, pero al arrancarlo, por ciudad o por carretera a medio régimen, pero cuando llegas a 8000vueltas en un V10 esperas un rugido que te erice los pelos de los brazos. El R8 LMX lo tenía, este R8 no. Pero aquel costaba mucho más y era el tope de gama.

Otro punto de posible mejora es que le falta cierta precisión en los cambios de apoyo, las geometrías podrían ser un poco más agresivas pero, lógicamente, están pensadas para evitar sustos. Quizá sea la clave del éxito en este coche como lo fue en los R8 GT, que llevaban otras cotas, pero esto ya son gustos personales.

Estéticamente el Audi R8 es una nave espacial. Es cierto que no lleva grandes alerones (lástima, eso siempre nos gusta en un coche así) pero entre su descomunal anchura y la línea que tiene es imposible pasar desapercibido. El toque de color de la banda roja le sienta bien a un blanco un poco impersonal para un Supercar pero el diseño, y que es un vinilo, no convencen en exceso. Parece más cercano a un Renault Sport que a lo que supongo que pretendían emular: una versión Audi de la opción Tricolore del Lamboghini Gallardo. Afortunadamente puedes pedir otros colores y, siendo un vinilo, lo puedes quitar con facilidad. Creo que unas pegatinas 8000vueltas también le darían un plus.

Los alerones le pueden quedar muy bien al R8 (LMX de anterior generación)

Pero recordemos las cosas positivas, que no son pocas. Algunas ya las he contado y otras os las podéis imaginar: ir de lado. Gracias a este R8 ya no hace falta ir a una pista de nieve para derrapar con un R8, con un poco de práctica puedes llevarlo de lado gracias a la tracción trasera. No es fácil, ya lo aviso, empuja mucho por lo que hay que dosificar el gas para no pasarte y acabar mirando hacia donde venías. Recuerda que al ser motor central recuperarlo cuando se pierde la adherencia es una tarea no apta para todos los públicos. El modo «Sport» nos permite desconectar el control de tracción dejando que el de estabilidad nos cuide si se desmadra la situación. Permite bastantes alegrías y cruzadas largas pero no hace magia y en una carretera estrecha no me parece demasiado recomendable hacerlo salvo que sepas muy bien lo que tienes entre manos.

Recordemos que este este Audi R8 es a priori «el peor»: es el menos potente, el que menos acelera de 0 a 100, el menos efectivo según Audi (aunque declara la misma punta que un Lamborghini Huracán 580-2), no le puedes poner frenos cerámicos, ni faros láser, ni suspensiones regulabes, no puedes pedirlo con el motor Plus de 610 cv… pero en realidad es el mejor, porque te ofrece por un precio casi sin competencia un deportivo de motor central V10 y tracción trasera y porque además es el más ligero y el más puro. Y queda un gran margen de dinero con el que puedes mejorar frenos, suspensiones o geometrías si «se te queda corto», o instalarle un escape que te haga llorar de la emoción.

Quizá hasta no sea difícil hacer que suba unos cuantos cv, puede que hasta el nivel del Lambo RWD o incluso hasta los 610 de la versión Plus (desconozco las diferencias entre ambas versiones del V10 pero es, al fin y al cabo, el mismo motor en dos especificaciones diferentes).

Parece que, de algún modo, Audi ha querido capar el Audi R8 V10 RWS. Quizá porque si no lo hace está poniendo en evidencia que puede pelear de tú a tú con el Huracán. Pero no solo con el LP 580-2, porque con el motor de 610 cv podría sacarles los colores al Huracán LP 610-4. Incluso puede que aguantara el tipo con el Performante, ¡que cuesta 100.000€ más!. Por supuesto, sería el Audi más rápido de todos, y entonces, con ese precio, ¿cómo justificas todas las versiones superiores?

Así de bueno es este R8, el peor R8. Con algunos detalles mejorables pero imbatible para mí. Si tienes que comprarte un R8 -la vida es dura y a veces hay que permitirse ciertos lujos- que sea este, porque es el mejor, el peor y todo a la vez.

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Fotografías realizadas por Francisco Carvajal. Toda la galería disponible, como siempre, en nuestro Flickr.

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