Prueba Audi R8 V10 2016: el deportivo fácil

Bueno, fácil, fácil…no; al menos en términos absolutos, pero con un V10 atmosférico de 540 cv a 7800 rpm (¡cómo echábamos de menos algo así!), motor central y unas líneas que son puro movimiento, sorprende por ser un coche accesible para la mayoría de conductores. ¿Quieres decir lento o aburrido? Quiero decir ridículamente rápido, pero sin sustos.

Audi R8 V10

Esta historia comienza como lo hacen las buenas historias: en un parking oscuro rodeado de Audis «gordos»: RS3, RS5, RS6… pon aquí y allá un Audi Quattro Grupo B y un RS2 y tendrás un museo en el que cobrar entrada. Pulso el mando de la llave con la esperanza de que el R8 V10 esté lo bastante cerca como para recibir la señal y mostrarme el camino hasta su puerta. Un resplandor aparece tras una columna y al doblar la esquina, este inusual escenario me regala una imagen absolutamente dramática: frente a mi, con el morro levemente iluminado por un fluorescente lejano, las luces LED delanteras me esperan encendidas entre las sombras que abrazan al coche, todo ello rodeado del silencio propio de una iglesia. Miro hacia ambos lados por si alguien ha visto mi reacción: no está bien que la gente te vea hablar solo echándote las manos a la cabeza cuando te acaban de dejar un coche que, con extras, supera holgadamente los 200.000 €.

Audi R8 V10

Por supuesto, con coches tan especiales como este, uno no arranca y se va, no. Uno saborea el momento. Acaricia la suave piel del volante, respira la calidad del interior, «pierde» cierto tiempo con los detalles que marcan la diferencia… Ajusto la posición de conducción: muy abajo, con las piernas estiradas y el volante muy cerca de mí, lo que me permite mover las manos con la mayor rapidez y precisión posible. Me va a hacer falta.

Audi R8 V10

Tras un tiempo prudencial ha llegado el momento de hacer que el propulsor cobre vida. Aguantas la respiración, agudizas tus sentidos y pulsas el botón de START, un instante después el V10 se pone en marcha pero, desafortunadamente, me deja un poco frío: el escape suena poco, al menos comparándolo con casi todo lo que hemos probado últimamente. Inevitablemente una idea se me pasa por la cabeza: ¿será este coche, habiendo ya en el mercado un V10 Plus y a pesar de su estética, a pesar de su color Rojo Dinamita, demasiado burgués, demasiado correcto, demasiado Audi? La única forma de saberlo es conduciéndolo.

Audi R8 V10

El día a día

Una vez en la calle, entre el tráfico real, eres consciente de cuánto llama la atención un coche así. En casi todos los semáforos te levantan los pulgares o asoman sonrisas con gestos afirmativos. En ocasiones ves como las luces que dan paso a los peatones se tornan verdes pero nadie se mueve, sólo miran. Algunos hasta esperan para verte salir, y nosotros, que hemos estado donde están ellos, los deleitamos con un poco de sinfonía V10.

Audi R8 V10

¿Sucedería lo mismo si este coche fuera gris o de cualquier otro color menos llamativo? No, porque en el fondo es un coche que, de escogerlo en el color adecuado es relativamente discreto: serio, sin grandes apéndices aerodinámicos ni estridencias. Muy alemán. Un coche que se puede usar día a día, y se puede porque dentro de las limitaciones de un superdeportivo biplaza de motor central, ofrece todo lo que se espera de un coche así; es de funcionamientos suave, silencioso y, si no miraras por el retrovisor y vieras un V10 a tu espalda, podrías pensar que conduces un A3 con acabados y detalles muy especiales, como por ejemplo el equipo de sonido Bang & Olufsen; toda una declaración de intenciones: sólo lo mejor.

Audi R8 V10

¿Pegas? Las hay: el maletero, situado delante, es pequeño – aunque permite meter un par de bolsas de viaje blandas- y extremadamente caluroso. El habitáculo es también caluroso y, aunque pongas el climatizador (¡que no es bizona!) a bajas temperaturas, sólo conseguirás pasar frío pero seguir sudando sobre los asientos de cuero. Los menús, mostrados en la pantalla central tras el volante, son muy completos y con muchas opciones, pero me resultan bastante caóticos. No es fácil encontrar lo que buscas, por lo menos al principio.

Audi R8 V10

Por último, el coche permite ajustar diferentes parámetros de conducción en función de 4 modos seleccionables a través de un botón en el volante: Comfort, Auto, Sport y Personalizado, este último en el que puedes cambiar a tu gusto la dureza de las suspensiones o la respuesta del motor, pero que está peor resuelto que, por ejemplo, con los 3 botones que encuentras en un BMW M3/4 o en los Porsche 911, dónde es más rápido cambiar los parámetros que en el Audi, en el cual tienes que volverte loco en los menús para modificar la configuración. Es justo reconocer que el modo Personalizado es algo que en pocas ocasiones vas a usar, porque con los otros tres programas, que se seleccionan fácilmente desde el volante, cumples con tus necesidades el 99,9 % de la ocasiones.

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Hablando de suspensiones, el coche equipa de serie la Audi Magnetic Ride. Esta suspensión, que a través de la estimulación mediante campos magnéticos del líquido reológico que se encuentra dentro del amortiguador permite cambiar la dureza de forma prácticamente instantánea, tiene un comportamiento peculiar en el modo Comfort. En este modo, el líquido dentro del amortiguador se encuentra en su estado de mínima densidad, con lo que al pasar sobre un bache, especialmente sobre los badenes que tan frecuentemente encontramos en las poblaciones, da la sensación de que la suspensión «es todo muelle», es decir, que el amortiguador no es capaz de parar al muelle en su movimiento armónico, con lo que, sí, es cómoda, pero también un poco rebotona.

Audi R8 V10

Esto, para los aficionados a la conducción deportiva sólo puede significar una cosa: buenas noticias, puesto que si en algún lado tiene que haber «compromisos», preferimos que sea en el de la comodidad, porque eso significa que en el desarrollo se han centrado en que la parte que funcione bien, la que de verdad defina el caracter del coche, sea la configuración deportiva y, ahí, en conducción deportiva, te garantizo que no hay ni la más mínima pega, con virajes muy planos y transferencias de pesos muy rápidas en un chasis ultra efectivo.

Audi R8 V10

Normalmente aprovechamos el mismo momento para irnos «de tramo» y para hacer la sesión de fotos, pero hoy no. Hoy me he escapado solo para un cara a cara con todas las de la ley, porque el R8 pide a gritos libertad, modo Sport y carreteras de las buenas para desplegar todo su potencial. Elijo un tramo vacío y olvidado: asfalto negro, curvas rápidas, frenadas en apoyo y peraltes. De camino, yendo tranquilo, aprovecho para ver qué consumo real hace a velocidades legales, rondando los 11-12 litros cada 100 Km por carretera; nada mal si pensamos que son 5200 cc de motor y más de 100 cv/litro. A la vuelta, después de varios tramos sin guardarnos nada, el ordenador de a bordo indica 26 litros de media…

Audi R8 V10

Por fin esa carretera que conoces tan bien se despliega ante ti, por fin puedes hundir el pedal del acelerador hasta tocar fondo en la moqueta del coche, por fin puedes sentir los 540 CV, uno detrás de otro, creciendo a medida que suben las revoluciones hasta unas épicas 8500 vueltas. El sonido de escape sigue siendo relativamente discreto incluso en modo Sport, pero el sonido mecánico del V10 girando cerca de su velocidad máxima justo detrás de ti es equilibrio en estado puro. Después de experimentar el tacto instantáneo de un buen motor atmosférico de alto rendimiento no podrás volver a mirar un motor turbo con los mimos ojos. Nunca.

Audi R8 V10

Acostumbrados a la patada de la «moda» turbo, parece que el lineal V10 de Audi «no corre», pero como podrás imaginar es un auténtico misil, superando los 100 Km/h en 3,5 segundos y destrozando la barrera psicológica de los 300 Km/h con una punta de 320. Siendo honestos, se le puede poner una sola pega: que existe una versión V10 Plus con 610 cv que, a tenor de las gráficas que puedes ver más abajo, aporta ese punto picante (a este nivel prestacional, el hecho de que sea ligeramente más rápido es irrelevante) que no tiene el V10 normal: una estirada frenética, in crescendo, desde 6000 rpm hasta el corte en unas rabiosas 8700 revoluciones por minuto.

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Tiras de la leva derecha y el motor cae ya por encima de las 6500 rpm en la siguiente relación empujando a pleno rendimiento, todo ello a través de una transición de marchas muy rápida pero también suave. Esa suavidad, que no encontramos por ejemplo en el modo más radical de la caja de doble embrague M DCT de BMW, nos permite cambiar de marcha en pleno apoyo mientras aceleramos sin compasión, con el motor rondando la zona roja del tacómetro a la salida de una curva sin necesidad de esperar a que el coche esté recto o de cambiar a bajas vueltas para evitar sustos. Hasta el Launch control es «suave», dejando deslizar el embrague lo justo para salir arañando el asfalto pero sin perder nunca tracción ni mostrar signo alguno de estrés mecánico. Sólo si dejamos llegar el motor hasta el limitador, que suena como una ametralladora disparando a discreción, el cambio se muestra más violento. En cualquier caso, por bonito que suene, es algo que debemos evitar, pues no sólo perdemos tiempo sino que ponemos los elementos mecánicos al verdadero límite. Bajar marchas escuchando el punta tacón «de libro» pone los pelos de punta.

Audi R8 V10

Obviando esa primera parte del recorrido del pedal del freno que es blanda y larga pensada para moverse en las maniobras de parado o baja velocidad con cierta suavidad, el coche frena mucho y muy bien, permitiendo llevar las ruedas hasta el punto en que empiezan a chillar ligeramente pero aún no ha entrado el ABS. ¡Qué narices!, parezco un redactor de revista rancia: los frenos no frenan mucho y muy bien, es que son como tirar un ancla cada vez que pisas con fuerza. Impresiona lo bien que frena este coche y lo estable que es, permitiendo apurar las frenadas hasta más allá del punto de giro. Impresiona aún más porque sigue siendo un coche con motor central y la física, en teoría, no perdona.

Audi R8 V10

Hasta ahora, lo único que hemos hecho es disfrutar de las consecuencias de tener un V10 atmosférico de alto régimen de giro unido a una muy buena caja de cambios de doble embrague (de las mejores que hemos probado) y a unos frenos cerámicos que permiten buscar los límites de adherencia del neumático sin desfallecer. Siento decirte que, por el momento, eso es lo menos que esperas de un coche así y que su archienemigo natural, el 911 Turbo, aunque utilizando otra receta, también saca sobresaliente aquí.

¿Qué marca realmente la diferencia? El chasis

Audi R8 V10

Ahora que vamos fuertes de verdad, que llegamos a las frenadas habiendo empalmado 3 marchas seguidas sin haber dejado una sola revolución del motor por estirar, llega el momento de meter el coche en la curva. A alta velocidad – y cuando digo alta es muy alta – la dirección se vuelve muy dura, lo que nos ayuda a hacer trazadas limpias independientemente de que el asfalto esté o no en su mejor momento, pero también nos recuerda que, aunque no lo parezca, te mueves a velocidades absurdas y que, a pesar de que vamos cómodos y todo es muy fácil, lo que llevamos entre manos es algo muy serio. Tanto que, cuando empiezas a flirtear con la segunda centena del velocímetro, el modo Sport del ESP, que en condiciones normales permite ciertas alegrías y deslizamientos, vuelve al modo más seguro: a esas velocidades nadie puede recuperar un coche si se comete un error.

Audi R8 V10

En curva media el coche da mucha confianza para buscar los límites, pues ni siquiera frenando fuerte en apoyo, que es cuando la mayoría de los deportivos con el propulsor tras tu espalda sacan a relucir su caracter de «malvado coche de motor central» las cosas se ponen feas o hace un solo mal gesto, el coche simplemente entra por donde quieres, como si los 1600 Kg fueran sólo un número cualquiera en la ficha técnica.

Audi R8 V10

Llegado este punto, cuando se acercan las curvas lentas crees que el agarre es «infinito», pues cuanto más tarde frenas y más duro sales acelerando más disfrutas de la conducción y de un chasis soberbio. Da igual que salgas de una curva de derechas en segunda, con el pie a tabla e inmediatamente te tires a otra curva de izquierdas como si fuera una chicane, sin levantar el pie del gas y cambiando de marcha en pleno apoyo con el motor aullando cerca del corte: el coche no se mueve.

Audi R8 V10

Esa es la parte fácil, pero ojo, como en todos los deportivos de motor central, la velocidad de paso por curva es muy alta (¡hemos llegado a ver 1.4 Gs de aceleración lateral en carretera abierta!) y eso siempre conlleva ciertos riesgos. El chasis es muy neutro aunque con una ligera tendencia subviradora al límite. Sólo en ciertas circunstancias podemos hacer que el coche sobrevire a la salida de las curvas; bien jugando con los pesos y abusando del acelerador o, mejor aún, en ese momento exacto en el que, pasando por una curva ya en límite de adherencia, el tren delantero encuentra antes que el trasero un peralte que te da un poco de agarre extra. Ese instante de máximo agarre del tren delantero, pisando sin piedad el acelerador, unido a una fe ciega en el sistema de tracción integral hacen que por fin salgamos de lado, mostrando por primera vez que el R8 tampoco es una hermanita de la caridad. Ya puedes estar preparado y ser rápido con las manos, pues tanta goma en contacto con el asfalto, unido a unas suspensiones firmes hacen que todo suceda muy rápido. Por supuesto, para llegar hasta estos extremos, el ESP debe estar en modo Sport o desconectado. El modo normal no permite este tipo de festivales tan poco compatibles con el carácter germano del R8.

Audi R8 V10

En cualquier otra situación es prácticamente imposible hacerle perder tracción, algo increíble en un coche de esta potencia. Hay tanto agarre disponible que incluso antes de haber pasado el vértice de una curva ya es posible acelerar sin reservas, dejando que el sistema de tracción Quattro te saque como un misil exactamente hacia donde el volante apunta.

¿Qué es lo mejor y lo peor del coche? Lo mejor es sin duda el comportamiento del chasis y la dirección en conducción deportiva, la calidad general y su diseño, tanto exterior como interior, y la usabilidad como coche de diario tratándose de un superdeportivo. Lo «peor»- si es que se puede encontrar algo malo en un coche así- es precisamente que es víctima de esa usabilidad y por tanto se echa de menos algo más de caracter: un motor más puntiagudo y rabioso arriba, un sonido de escape que te involucre más en la conducción, una estética más agresiva…Quien no busque el arma definitiva como deportivo de «sensaciones» – como deportivo efectivo es intachable- tiene delante un candidato muy serio y una alternativa real, diferente y como poco igual de buena que el 911 Turbo. Para los que la parte «emocional» del coche es imprescindible, quizá la respuesta sea el R8 V10 Plus. Creo que voy a pedir uno a Audi para salir de dudas…

Audi R8 V10

Puedes ver toda la galería de fotos, realizada por Adrián Sánchez (www.crommad.com), en nuestro Flickr.

Extra Lap,

Y también, todas las fotos en blanco y negro en esta galería.

B&W Audi R8 V10

B&W Audi R8 V10

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B&W Audi R8 V10

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23 comentarios en “Prueba Audi R8 V10 2016: el deportivo fácil”

  • Sr Mango

    5 de septiembre de 2016 a las 14:39

    Me resulta curioso el caso del r8, pues es un coche que aún teniéndolo casi todo (uno de los últimos superdeportivos atmosféricos, el motor central, la deportividad…) me deja frío.

    Sin haberlo conducido (ni nada remotamente parecido) parece exactamente lo que decís: demasiado alemán. No hay locura en el diseño, no hay riesgo… es todo fríamente efectivo.

    Mi impresión es que lo que define a un superdeportivo no son tanto los números como las sensaciones. Si un deportivo es un coche que debe darte sensaciones y placer de conducción, un superdeportivo debe darte esas sensaciones llevadas al extremo… tiene que dar hasta un poquito de miedo. Un coche al que nunca se le pierda el respeto, capaz de todo lo bueno y todo lo malo.

    En ese sentido creo que el viper, por seguir en la tónica de v10 atmosféricos (aunque el motor no sea central sino delantero) es una expresión mucho mejor de lo que debería ser un superdeportivo: exagerado, excesivo, llamativo, virulento a más no poder. Un coche que da miedo por fuera y por dentro.

    La calidad, la efectividad, la comodidad… eso es territorio de GTs como un buen Aston o una berlinetta v12 de ferrari.

    Me encantaría probar un r8, pero si hiciera una lista de mis superdeportivos favoritos… no creo que estubiera.

  • arribi

    5 de septiembre de 2016 a las 19:38

    Sr. Mango suscribo todas y cada una de sus palabras (salvo las que consideran al Viper un coche de motor delantero, cuando todo el motor va detrás de la suspensión delantera. Yo lo considero un delantero-central).

    El R8 tiene una cosa buena, puede ser el perfecto coche escuela del mundo de los superdeportivos: un coche que te permita ir rápido mientras aprendes, con la seguridad de no ser tan radical como otros.

  • indeciso

    5 de septiembre de 2016 a las 21:56

    Grandísimo artículo, en la línea habitual del sr. Lasheras.

    En mi opinión es el deportivo perfecto por varios motivos:
    – Es PRE-CIO-SO. Si en el anterior R8 (también muy bonito) todo el diseño era redondeado en este es mucho más afilado y anguloso, cosa que me encanta y que le da un toque característico. Quizá echo de menos los famosos side blades en carbono.
    – Usable a diario. Pasa mucho más desapercibido que otros deportivos de su categoría (siempre que no elijamos un color como el de las fotos)
    – Exclusivo. El 911 (rival directo) es un coche «habitual» por Madrid, pero ¿cuantas veces hemos visto uno de estos?
    – Motor. No hay mucho que añadir; puede que arriba no corra tanto pero creo que MUY pocas veces voy a encontrarme en esa situación. Respecto al sonido no hay nada que no se pueda arreglar con un buen sistema Akra, IPE o similar…

  • ToniExup

    5 de septiembre de 2016 a las 22:20

    Buenas noches.

    Pues yo discrepo un con Sr. Mango y me alineo más con arribi.
    Yo creo que los torpes al volante, también tenemos derecho a poder conducir superdeportivos de forma alegre sin comprar demasiados boletos para estampar el coche en la primera curva (hablo de mi nivel,¿eh?)

    Estoy de acuerdo con que puede ser un » coche escuela» pero te aseguro que la gran mayoría de los que lo conduzcan, les supera el coche y los 540cv por todas partes y tendrían coche escuela para rato…

  • Autor Staff

    Lasheras

    6 de septiembre de 2016 a las 01:10

    Gracias a todos por los comentarios, da gusto leer disparidad de opiniones.

    @Sr Mango,

    En efecto, yo también opino que un superdeportivo debe serlo en todos los aspectos, también en las sensaciones, de ahí que echemos de menos algo más de caracter. No obstante, este R8 es la alternativa real para conducir un superdeportivo en «casi» todos los aspectos… ¡y poder hacerlo a diario! Vale, hay coches más radicales, como sus primos de Lamborghini o el mencionado Viper ACR, pero ¿son coches que sirvan para el día a día? Me temo que no tan bien como este R8 y otros productos enfocados al mismo público (911 Turbo, Nissan GTR, Mercedes AMG GT-S…).

    @indeciso,

    Opino prácticamente lo mismo, con especial hincapié en el hecho de que está mucho menos visto que el 911 y que al motor le falta un «plus» (nunca mejor dicho) para ser una verdadera obra de arte.

    @arribi y ToniExup,

    Coincido con vosotros en que, gracias a un chasis absolutamente impecable, es un coche que puede «salvarte» en un momento dado si tus manos no están a la altura de las circunstancias, aunque no se si el término «coche escuela» (aunque se refiera al sector de los superdeportivos) es el más adecuado. Para llevar rápido un R8 hace falta cierto bagaje automovilístico. Es «fácil», sí. Pero ojo, que cuando vas rápido vas MUY rápido…

    Un saludo,

  • Lázaro

    6 de septiembre de 2016 a las 11:10

    Me ha encantado leer este artículo! Buenísimo! y las fotos… espectaculares.

    Por otro lado, yo soy de los que opinan que un coche así, tan sumamente efectivo, traslada las emociones a otro nivel: al de la velocidad pura, y pienso que es el más dificil de superar psicológicamente. Pensar que si te sales en una curva van a decir de ti lo mismo que dijo el Dr. Stanley Goodspeed de cómo había quedado John Patrick Mason (se ha volatilizado) debe dar mucho mucho susto.

    Indeciso, estoy contigo en el tema de la exclusividad. Hace poco, un amigo de mi padre le dijo que prefería el Mercedes GT AMG al Porsche 911 turbo solo porque es más exclusivo, y es verdad. Punto a favor para el Audi.

    Por último, lo único que siento de que hagan estos coches, es que no los veamos más en las 8000vueltas Michelin Experiences.

    ¡¡Saludos a todos y gran artículo Lasheras!!

  • PATABRAVA

    6 de septiembre de 2016 a las 11:27

    Sin querer polemizar ni menospreciar a nadie, creo que calificar de «coche escuela» a este vehiculo es de coña.
    Un aparato que anda lo que este, y que para llevarlo a las velociadades que permite su chasis Y SU MOTOR (porque ojo, la sensación que da es que en una hipotética lucha, gana el chasis al motor, lo que no quiere decir que este coche tenga ningún handicap de potencia) o se está muy acostumbrado a llevar coches muy potentente y saber que hay que hacer y dónde, o la cuneta estará ahí esperando.
    A mi me parece el coche definitivo, sin más. Es un 9’5/10 en todo lo mesurable, aunque lo cierto es que no consigue el diez en lo metafísico.

  • Adrian

    6 de septiembre de 2016 a las 12:44

    No suelo escribir, pero hoy, dada la diversidad de opiniones voy a hacerlo. En terminos generales no puedo estar mas de acuerdo con el Sr. Lasheras, es mas, durante la sesión de fotos le dije que me parecia el «Clio Sport de los ricos».
    Un coche » fácil» de llevar alegre, al que casi cualquier persona puede hacerle frente sin sudar mucho, al igual que pasaba con el viejo R8. Otra cosa muy diferente es sacarle el 100%…¡Ay amigo! Eso ya es otra historia, ya no es solo tener manos, es tener el valor: es tremendamente efectivo, muy, muy, MUY rápido, y como he leído arriba, al final, la física es la física.
    A mi no es un coche que me guste mucho, ni las lineas ni el caracter. No lo veo un deportivo, mas bien un gran GT de dos plazas con un desarrollo exquisito. Pero, imagino, que es lo que vende.

    ¡Un saludo!

  • peluconan

    6 de septiembre de 2016 a las 13:05

    Que un coche de este calibre y precio comparta piezas (al menos, las visibles) con coches tipo Seat León ó Golf GTI me parece de chiste.
    Y ojo, que tengo un Seat, no es menosprecio a la marca generalista con la que estoy encantado, pero si de verdad Audi ha pretendido con el R8 hacer un coche exclusivo (aunque sea hermano del gallardo en algunas variantes), ha pecado en los detalles, que muchas veces marcan la diferencia.

    Es como comprar un collar de diamantes de Cartier con el mismo cierre que la pulsera de 3€ de los chinos…

  • Autor Staff

    Lasheras

    6 de septiembre de 2016 a las 14:09

    @Patabrava

    Coincido contigo en que efectivamente el término «coche escuela» desde luego no es el más acertado para un R8, por eso comentaba que hay que tener cierto bagaje automovilístico, porque querer ir rápido con 540 cv sin haber pasado antes por verdaderos coches escuela tiene todas las papeletas para acabar muy mal (ejemplo claro son los jugadores de fútbol: Balotelli, Benzemá, Rooney, Ronaldo…). No obstante, creo que los comentarios se refieren a que, en el mundo de los superdeportivos, es la opción «asequible» desde el punto de vista de la complejidad para ir rápido (motor muy lineal, tracción integral, buen chasis…) para aquellos que no viven con el cuchillo entre los dientes en cada curva. Quizá sea más acertado llamarlo «el superdeportivo para todo el mundo».

    Respecto a tu afirmación acerca de que es un 9,5 en todo lo mesurable pero no llega al 10 en lo metafísico, me guardo la frase, pues es el resumen perfecto de este coche.

  • Xule

    6 de septiembre de 2016 a las 14:33

    La primera foto me parece ESPECTACULAR!! Creo que es una de las fotografías más bonitas que he visto de este coche.
    Bajo mi punto de vista, creo que este coche es lo que todo un «quemado racional» tendría en el garaje, algo con esa dualidad de confortable y usable, y por otra parte, deportivo y divertido.
    En cuanto a lo de «coche escuela», no creo que sea un buen coche escuela, es un superdeportivo y 540cv son muchos, por muy dócil que parezca y por mucho que te pueda sacar del apuro la tracción lo más lógico es saber conducir muy bien coches similares pero con menor potencia, ahora mismo igual igual no se me ocurre ninguno pero un coche que te puede enseñar a ir rápido es por ejemplo un Lotus Elise 250, un coche que una vez has hechos los deberes y aprobado el examen si te van a dar suficientes conocimientos como para coger cosas más potentes con seguridad y decisión, pero bueno tal vez el nivel que tiene la gente esté muy por encima mío.

  • nachetetm

    6 de septiembre de 2016 a las 14:45

    A mi me parece estupendo que sea tan equilibrado. De esa forma uno se puede dar un «panzón» de kms en autovía para llegar a la zona deseada (pongamos los Alpes, o los Pirineos) y encontrarse con que el coche sirve para todo, curvas y rectas. El deportivo ideal para ir de viaje, la perfección. ¿Lo preferiría frente a alguno de sus rivales? Eso ya no lo tengo tan claro: en los últimos años muchos deportivos se han acercado a esa perfección.

  • Sr Mango

    6 de septiembre de 2016 a las 18:58

    @arribi: 100% de acuerdo con lo de central delantero.
    @ToniExup: creo que este es el problema del R8, como dice @adrian más abajo es más un super GT que un superdeportivo, al menos en planteamiento (1600 kg?)

    Creo que un super GT es un coche para hacer exactamente lo que dice @nachetetm: un coche lo suficientemente cómodo como para hacer viajes en autovía y luego en las curvas medirse con cualquiera. Pero precisamente por eso hay que hacer concesiones… y desde mi punto de vista un superdeportivo no debería hacerlas.

    Pero bueno no me hagais mucho caso, a mi la envidia de la mala me la da DELAROSA con el westfield…

  • Sr Dawn

    8 de septiembre de 2016 a las 10:18

    He disfrutado leyendo el artículo, y eso que el R8 no es santo de mi devoción. Enhorabuena por vuestro trabajo.

    Sobre la estética, creo que sus lineas -muy- ADN Audi, y sobretodo su hermano pequeño TT, hacen que para los ojos inexpertos formas no destaquen en exceso. Aun así probablemente su tamaño, anchura y altura le hacen diferenciarse entre el tráfico rodado aunque a ojos inexpertos no llamará la atención como un Lamborghini. Todo esto tiene su lado positivo y negativo, aunque no deja de sorprenderme que alguien que compra y conduce un coche deportivo de más de 200.000€ pretenda pasar desapercibido, pudiendo hacerlo gastando mucho menos. Es algo contradictorio a mi entender. En cualquier caso, me gusta mucho más que el modelo inicial. Creo que Audi ha dado en la tecla de como redondear y afilar a la vez el diseño del R8.

    Estoy muy de acuerdo con PATABRAVA, y estoy seguro que para la gran mayoría de conductores que circulan por nuestro país si tuvieran la oportunidad de conducir semejante aparato les resultaría escalofriante y peligroso a la que pretendieran ir mínimamente rápido.

    Sobre lo de coche para el día a día, se destila -o quizás lo he interpretado yo- que es una de las mejores opciones, incluso ¿por encima del 911?. Me da la sensación que el archirival tiene mejor acceso a las plazas delanteras, y tengo la intuición de que la visibilidad probablemente sea mejor también en el Porsche, pero es una idea de barra de bar tras comparar unas fotos ¿qué opináis los que lo habéis probado?

    Una ultima pregunta. ¿A qué RPM salta el corte de encendido?

  • arribi

    8 de septiembre de 2016 a las 19:41

    @PATABRAVA (por ser el primero en cuestionar lo que he dicho, y ser el que más duramente lo ha hecho):

    Sobre el término «coche escuela» de la conversación, aclaro (más bien recalco) algunas cosas.

    Como bien dije en el anterior comentario, hablo de que sería un perfecto coche escuela DEL MUNDO DE LOS SUPERDEPORTIVOS. Vamos, que dentro de la «locura» que debe ser llevar uno de estos ligerito (de ir al 100% de sus posibilidades ni hablo), es bastante asequible. O sea, que sí, es difícil llevarlo rápido, y muchísimo más al límite (solo faltaba, es un superdeportivo), pero es más abordable para «cualquiera».

    Creo que la idea está clara.

  • AJ1090

    14 de septiembre de 2016 a las 13:23

    No sé por qué pero, me gustaba más el antiguo, este se ha vuelto muy robótico esas líneas tan angulosas no me gustan. Y la verdad es que hay gente que se contradice aquí, no te compras un coche más exclusivo que el 911 que cuesta más 200.000 euros para pasar desapercibido, sea del color que sea da igual. Principalmente porque como se dice en el artículo todos se quedan mirando.

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    10 de marzo de 2021 a las 17:32

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