Soy una persona que no se sorprende con facilidad aunque, a veces, suceden cosas que me pillan con la guardia baja. Ahora mismo estoy recogiendo el Abarth 124 Spider en las instalaciones que el Grupo Fiat tiene en Madrid. Un proceso sencillo, cordial por la gente que te atiende pero, al fin y al cabo, algo inevitable y aburrido. Necesario, antes de poder sentarte a los mandos de cualquier coche de prensa. Un trámite más.
Firmo la documentación pertinente, me dan las llaves y me indican dónde se encuentra el parking en el que está aparcado el coche. Repasando las últimas pruebas que hemos hecho en 8000vueltas – Nissan GT-R Nismo, BMW M4 GTS, BMW M2, Audi R8 V10+…- un «simple» cabrio de 170 cv es tan sólo otro coche en la lista. Nada especial.
Pero esa es la teoría porque, si es tan sólo un coche más, ¿cómo es posible que simplemente con verlo consiga sacarme una sonrisa de oreja a oreja? Ha sido encontrarlo aparcado, esperando por mí, en blanco, negro, rojo y no he podido evitar hasta emocionarme un poco: es mucho más bonito de lo que aparenta en fotos.
Se supone que un coche así no puede competir ni de lejos contra deportivos de «altas prestaciones» pero, en realidad, esto es discutible: ¿no puede competir en qué? En velocidad pura claramente no pero, ¿y en diversión? El Abarth 124 Spider es un coche construido sobre la base del Mazda MX-5 ND, un coche que probamos hace unos meses y que, sinceramente, nos enamoró. Pero existen algunas diferencias entre ellos: la primera de todas, la que más llama la atención, es que el precio de tarifa del italiano es en torno a 10.000 € superior al del japonés. ¡10.000 Euros! Eso es un 33% más de dinero por «el mismo coche». ¿Se han vuelto locos en Abarth? Puede que sí pero estoy casi seguro de que no, que hay una motivación detrás.
Empecemos enumerando las causas que justifican este incremento de precio (más tarde veremos si también justifican que elijamos al Abarth por encima del MX-5 que, supongo, que es lo que todo el mundo se pregunta).
El Abarth 124 Spider, al igual que el Fiat 124 en el que se basa, se ensambla en la misma planta de Hiroshima, Japón, donde se fabrican los MX-5. Una de las mayores diferencias es una carrocería con un diseño diferente, de líneas algo más clásicas y conservadoras, y de mayor tamaño (+ 14 cm de largo). La otra gran diferencia está en la elección de los propulsores: mientras que Mazda, en su versión más potente, monta el 4 en línea atmosférico de 2.0 L de 160 cv, el Abarth, sólo disponible con una motorización, equipa el 1.4 Turbo MultiAir de 170 cv usado en varios modelos del grupo (Fiat, Alfa…).
Tras salir de Hiroshima, el Abarth es transportado hasta Mirafiori, Italia, para convertirse en lo que finalmente llega hasta las manos del cliente final. En esta última fase el coche sufre -de forma artesanal- los siguientes cambios:
- Suspensiones Bilstein con puesta a punto específica
- Diferencial autoblocante con tarado específico
- Escape deportivo Record Monza
- Frenos delanteros Brembo de 4 pistones
- Elementos decorativos interiores y exteriores específicos
Tengo que reconocer que mi idea era: llegar, arrancar el coche y volver a la oficina lo antes posible, sin perder tiempo, pero no ha podido ser. He tenido que hacerlo una vez más: tomármelo con calma, observar el coche con tranquilidad. Los detalles, el diseño, los acabados… impregnarme en silencio del aura que desprende un coche así (un coche que significa mucho para la marca del escorpión), agarrando suavemente el volante de cuero, la palanca de cambios, accionando los pedales con el motor aún en parado… este ritual, creedme, todavía me acelera el pulso de vez en cuando.
Tras unos minutos de disfrute fetichista, decido arrancar el motor y emprender la marcha. El momento en el que el propulsor cobra vida sorprende por lo escandaloso de su escape. Tampoco pasa desapercibido cuando está en silencio: 4 salidas de escape que se me antojan más de «postureo» que necesarias para un 4 cilindros de 1.4 litros. Imagino al departamento de marketing decidiendo que cuatro salidas de escape es «mejor» a pesar de que el departamento de ingeniería ni lo contemplara por carecer de utilidad alguna (Form follows function, o esa debería ser la filosofía). A lo largo de la prueba encuentro ocasión para tumbarme en el suelo y observar el sistema de escape con calma: me consuela descubrir que no hay grandes petacas o silenciosos, sino que la última parte está compuesta tan solo por 2 tubos metálicos que no añaden apenas peso al conjunto. Con 170 cv, el peso importa, y mucho.
Abarth declara 1060 Kg en orden de marcha sin conductor, por tanto se puede considerar un coche ligero, de lo más ligero que se puede encontrar entre los deportivos de hoy en día sin irnos a coches exóticos. Por eso los, sobre el papel, modestos 170 cv consiguen hacer que el Abarth 124 se mueva con mucha soltura alcanzando los 100 Km/h desde parado en 6,8 segundos y una velocidad punta de 232 Km/h, es decir, unas prestaciones muy buenas para su potencia y, sobre todo, bastante mejores que las de la versión más potente del MX-5 (160 cv. 7,3 segundos en el 0-100 Km/h y 214 Km/h de velocidad máxima).
Después de unos días conviviendo con este mestizo italo-japonés, uno se da cuenta de que es un coche que llama mucho la atención: los colores de guerra de Abarth son ya de por sí un buen reclamo para la gente, a lo que hay que sumar a la ecuación un escape muy poco discreto en sonido y forma. Ya tienes la fórmula perfecta para que la gente ni siquiera disimule al mirarlo en los semáforos y en los atascos. El interior es muy similar al del japonés; apenas cambian los distintivos y logotipos -de lo cual nos alegramos, pues el MX-5 ya era un coche bien pensando y acabado- aunque incluye detalles en piel vuelta, como el salpicadero o apoyabrazos, que sí marcan una diferencia de calidad. Al igual que el MX-5, el Abarth con su capota manual, sencilla y ligera, es un buen coche para diario. Uno llega a trabajar con otra cara cuando puedes ir descapotado a la oficina.
Pero vamos a ponernos serios: ha llegado la hora de hacer unos tramos que pongan a prueba el chasis de este Abarth.
El día está oscuro y amenazante: la carretera tiene secciones húmedas y otras secas y las sombras esconden trampas en las que cualquier exceso se puede pagar muy caro. Voy subiendo el ritmo progresivamente, cambiando cada vez un poco más arriba en el tacómetro, abriendo gas un poco antes a la salida de cada curva, escuchando el escape en todo su esplendor con el motor empujando bien desde 3000 rpm y hasta el corte, deleitándome con los petardeos que se producen al cambiar de marcha cerca de la zona roja. El ESP, al igual que en el MX-5, es suave pero bastante conservador, no deja mucha opción al desmadre. Probemos a desconectarlo…
El ritmo ahora es alto y casi empiezo a olvidar que la carretera está delicada. El coche transmite una confianza para ir rápido en carretera abierta muy difícil de encontrar en coches de hoy en día, más pesados y filtrados. El Abarth 124 transmite mucha información de la adherencia disponible en cada neumático pero no es un coche incómodo como sí lo es un Abarth 695 Biposto, por poner un ejemplo de un coche duro (muy duro) dentro de la misma marca. A diferencia del MX-5, del que decíamos que aceptaría de buen grado una suspensión más firme, los amortiguadores y la dirección del italiano son más duras y por tanto hacen que los movimientos de la carrocería sean más controlados y precisos. El carácter es el de un coche hecho no sólo para ser divertido sino para ir rápido. Como consecuencia, esa primera sensación de flotabilidad que necesitaba cierto periodo de adaptación en el japonés, no existe en el Abarth. La suspensión Bilstein con un tarado específico da un caracter más de coche «serio» y no tanto de juguete manejable.
Buscando los límites es un poco menos ágil a la entrada de la curva y, mientras que en el japonés levantar el gas en pleno apoyo era sinónimo de una trasera que ayudaba a redondear las curvas, el Abarth es un poco menos vivo en este aspecto, subvirando muy sutilmente al límite si entras pasado.
El tacto del pedal de freno es también muy deportivo: duro, corto y sobre todo dosificable. Te permite entrar frenando «hasta la cocina» modulando perfectamente cuanta presión quieres mantener o liberar a medida que vas inscribiendo al coche en la curva. A pesar de ello, no impide hacer punta tacón tanto yendo rápido como despacio, maniobra que sale «casi» sola y que es necesaria para explorar los límites del coche. Además, es tremendamente gratificante hacerlo, no sólo por el romántico baile de pies y manos, sino porque el sonido de escape, grave y rudo, hace que creas que vas mucho más rápido de lo que realmente vas. Puro efecto placebo, bienvenido sea.
Pero lo mejor del coche aún está por llegar. Si me preguntases qué le falta al MX-5 para ser «El coche» te diría que – además de una suspensión más dura – un poco de potencia. No quizá tanto en la zona alta del cuentavueltas (aunque todo lo que sea potencia arriba siempre es bienvenida) sino en medios, y eso es algo que al Abarth no le puedes echar en cara. El 1.4 Turbo empuja mucho, estirando sin desfallecer hasta la zona roja, con una patada muy contundente a medio régimen y con poco retraso en la entrada del turbo. Exprimir marchas en carreteras de montaña hace que llegues a las frenadas más rápido de lo que esperas, casi a ritmos de deportivos más poderosos, de esos con muchos caballos y calzados con mucha goma. En según que carreteras (cuantas más curvas mejor), gracias al buen chasis, correctas prestaciones, poco peso (y con unas manos entrenadas) podrías dejar atrás a deportivos que triplican su potencia ante la atónita mirada de sus conductores.
Por supuesto que no tiene el empuje de un BMW M2, pero aceleras tan pronto y con tanta confianza que pasas por las curvas de velocidad media sin levantar el pie del gas. Como resultado, especialmente en un día como hoy, con la carretera delicada y con los controles de estabilidad apagados, los excesos con el gas se traducen en derrapadas suaves a la salida de las curvas. Una delicia.
La consecuencia de todos estos pequeños cambios es que hay una gran diferencia a la hora de conducir el Abarth. Es adictivo estirar las marchas hasta la zona roja cambiando rápido, sin piedad por una caja que lo aguanta todo y en la que las inserciones son instantáneas (habiendo un cambio así, ¿quién optaría por un automático?); es adictivo hacer un cambio de apoyo a alta velocidad y sentir en todo momento la ligereza del chasis; es adictivo entrar en las curvas aún con mucho freno y volante y que el coche no se mueva incluso pasando sobre baches y carreteras rotas pero, sobre todo, es adictivo dar gas a la salida de las curvas y que la potencia del 1.4 Turbo, unido al diferencial autoblocante, te saquen de lado con el escape resonando entre las montañas. Te lo dice alguien que siente especial debilidad por los motores atmosféricos: créeme, en esta ocasión, no lo vas a echar de menos.
¡No turbo no party!
Trato de no leer pruebas de los coches que van a pasar por la redacción antes de conducirlos para no hacerme una idea preconcebida de cómo van. Prefiero descubrirlo, dejarme sorprender, sacar mis propias conclusiones y plasmarlas sobre un folio en blanco para comprobar después si coinciden con las de la prensa solvente, en muchos casos extranjera. A posteriori, no me sorprende descubrir que todo el mundo coincide en que el Abarth 124 Spider es un muy buen coche, sin embargo, la pregunta clave no es sólo como de bueno es. Para convertirte en mito, en objeto de deseo, no basta con ser bueno (¿qué coche no es bueno hoy en día?) sino que es necesario ser mejor que tus rivales, y cuando tu rival es un coche como el MX-5, hay que poner mucha carne en el asador.
Parece que entre los medios especializados hay cierto miedo a dar un veredicto claro: el MX-5 ha sido siempre un coche catalogado poco más o menos como de perfecto. El estandarte de la filosofía japonesa del Jinba Ittai, la unión perfecta entre jinete y caballo, entre hombre y máquina. Quien ose cuestionar sus atributos, sus virtudes, puede ser catalogado de loco o peor aún, de marquista o parcial. Pero permíteme que te haga una pregunta ¿Crees que Abarth tomaría como base un MX-5, un coche excepcional en todos los sentidos, gastaría millones de euros en diseño, desarrollo de chasis y fabricación para sacar después un coche más caro y peor?
¿Están locos en Abarth? ¿O es que este coche tiene algo que quizá no habías considerado aun?
…
Eso me imaginaba.
A pesar de ser «el mismo coche» el Abarth 124 cambia bastante respecto a su rival natural y además lo hace precisamente en esos puntos que hacen que te des cuenta de las carencias del MX-5: una suspensión más dura que lo convierten en una herramienta más precisa pero sin perder apenas en agilidad, unos frenos con mejor tacto, un escape más deportivo, una dirección y un cambio igual de rápidos pero de tacto más duro, un motor que convierte al Abarth en un coche bastante más rápido y un autoblocante con un tarado que te permite salir de lado en las curvas en las que el MX-5 se queda falto de potencia.
El objetivo final de los dos coches es ofrecer máximo placer de conducción, pero mientras que el MX-5 es un coche enfocado a la agilidad, el Abarth 124 lo es a la velocidad, a jugar con los chicos mayores en carreteras de montaña lentas y medias. El MX-5 es un gran coche, el Abarth 124 es mejor.
Si el dinero no es un problema, la elección es clara. Valoremos entonces si, a pesar de ser mejor coche el Abarth, merece la pena la diferencia que hay que pagar entre uno y otro.
Para aquel que no busca en su roadster un buen deportivo sino un buen coche para diario, el Abarth no tiene sentido (pero sí el FIAT 124, que es más barato que el MX-5). Para los que sí buscan un buen deportivo de techo abierto, si nunca llegas a subirte en el Abarth, el MX-5 te perecerá casi perfecto (de hecho, estoy seguro de que en circuito no hay grandes diferencias de tiempos), pero las comparaciones son odiosas y una vez que has probado el veneno del escorpión italiano, al japonés le pedirás más potencia y un carácter más deportivo.
¿Qué costaría «hacerse» un MX-5 que vaya como el Abarth? La lista de accesorios necesarios no es corta ni barata: suspensiones, frenos, escape, más potencia, autoblocante específico y montar y homologar todo después…no es poco, desde luego, pero no creemos que llegue a 10.000 €.
Por último, entra en juego un factor más: la exclusividad. Vas a ver mucho MX-5 por la calle, pero vas a ver muy pocos Abarth 124. No es un factor determinante para todo el mundo pero hay clientes que sí lo valorarán. Este punto extra termina de inclinar la balanza hacia el lado italiano.
EXTRA LAP
Abarth ha sido una marca que siempre ha estado muy ligada a los rallyes y en 2017, en nuestro país, volveremos a contar con representación de la marca en forma del 124 Spider RG-T, un coche que correrá el campeonato Nacional de Rallyes de Asfalto. Las especificaciones son para tenerlo en cuenta, más de 300 cv que provienen no del 1.4 Turbo sino del 1.7 Turbo que equipan otros modelos del Grupo FIAT (ya oigo a la gente buscando motores 1.7 para transplantar en sus Abarth 124) para 1050 Kg de peso.
Ojalá más marcas se arriesgaran con estas iniciativas, quizá así no viviríamos la penosa situación actual en el mundo de la competición en España.
Por supuesto, todas las fotografías del coche y de la prueba, realizadas por Francisco Carvajal, las puedes encontrar en nuestro Flickr.
Junior
9 de marzo de 2017 a las 19:08Excelente!! Cuando harás un test del cayman GT4?
arribi
9 de marzo de 2017 a las 19:37Creo que es la primera vez que leo una prueba de un coche que ya he probado (y sobre el que he escrito). Coincido en señalar lo positivo del coche (aunque no he probado el Miata, con lo que no puedo compararlos). Sí que puedo comparar, en cambio, el 1.4 Multiair que equipa el 124 y el t-jet del 595.
Aunque el primero es objetivamente mejor motor (más moderno), eché en falta la «mala baba» que tiene el t-jet del 595 Competizione. Es como si estuviesen pensando en sacar una versión más gorda que le diese ese extra de picante (brutalidad, no tanto prestaciones) que en mi opinión acabaría de redondear un conjunto excelente.
Quizá el problema fue que lo probé automático (tuve mala suerte), pero me llenó más el motor del pequeño.
Eso sí, en chasis no hay color. Aunque el 595 Competizione esté como en casa entre curvas (me dejó muy buen sabor de boca), el 124 está a otro nivel: «baila» con ellas. Me dejó con ganas de probarlo más en profundidad (y en manual). Y vosotros no habéis hecho más que acentuar esas ganas.
nachetetm
9 de marzo de 2017 a las 22:37Las fotos son tan buenas que aunque el 124 no me parecía muy bonito estéticamente, en el reportaje se ve magnífico.
Me alegra mucho que el Abarth 124 tenga ese punto picante que siempre le ha faltado al MX5. Me imagino que a su debido tiempo saldrá un jugoso kit de potenciación que será tremendamente deseable.
Ganas tengo de escuchar el escape.
RafaSame
10 de marzo de 2017 a las 10:38¡Muy buen artículo!
Siempre os mojáis y dais una opinion clara, eso nos encanta y os diferencia de la mayoría, pero leyendo esta prueba y recordando la del ND, me asalta una gran duda:
¿Está este Abarth a la altura del S2000?
Gracias y seguid así.
Begargo
10 de marzo de 2017 a las 10:56Añadiría una máxima en el mundo de los coches, que un Abarth no perderá su valor de reventa de la misma manera que un MX-5 «Mejorado», donde el valor de las piezas aftermarket desaparece como arte de magia a la hora de venderlo de segunda mano.
Magnifica prueba. Enhorabuena.
Hj
10 de marzo de 2017 a las 11:51Pues yo he probado ambos en circuito (mx5 en Jarama, y abarth en Navarra), y no puedo compartir lo que se ha dicho arriba. No me pareció que el abarth tuviese mucho más que ofrecer en cuanto a potencia que el mx5… y sin embargo, después de probar un 595 competizione justo antes que el abarth 124, me dio la sensación de que los italianos se había acojonado, y le habían quitado toda la gama de medios al abarth (quizás para evitar demandas cuando el usuario que compra el coche a ver si saca a bailar el pincel haga un trompo en una curva y se acojone).
Después de probarlos, fui a un concesionario a preguntar por qué el abarth costaba 10000 euros más que el mx5, y lo único que me supieron decir (además de lo obvio, escape y 10 cv más), es que este no iba a perder valor… ¿de verdad?… no sé, solo hay que echar un vistazo a los precios de los mx5 na y nb para ver que el mx5 no es precisamente un coche barato de segunda mano… A lo mejor esa baza no es tanta baza… quien sabe, lo descubriremos en 20 años.
Lo que podemos descubrir ahora mismo, es que vas a pagar 10000 euros más por un escape que suena nada más que regular (¿de verdad os gustó el ruido raro del escape? super ronco al ralentí, y como si se ahogara arriba del cuentavueltas), unas suspensiones, unos frenos y algo que igual pasa dentro de 20 años. No sé, para mi la opción sería clara… me compro un mx5, y aún me sobran 10000 euros para ponerlo mucho más a mi gusto (y sin olvidar que ya hay preparadores que están sacando más de 180cv al skyactive sin tocar nada más que electrónica).
Lázaro
10 de marzo de 2017 a las 13:38No se si el artículo ha sido corto o largo porque se me ha pasado volando! Aunque lo has dicho todo y ha sido divertido de leer! con el día que hace hoy pocas cosas me podrían apetecer más que coger ese coche y no volver hasta el domingo
Creo que es de las primeras veces que un coche me gusta más en las fotos que al natural así que enhorabuena al fotógrafo!
Un abrazo a todos!
Lasheras
11 de marzo de 2017 a las 01:20Veo que el Abarth es un coche que despierta sentimientos encontrados,voy a tratar de responder vuestras dudas:
@arribi,
En efecto, el t-jet es un motor mucho más «old school», con una patada contundente cuando entra el turbo, mientras que el MultiAir es más lineal, lo que no quiere decir que peor ni más lento.
Una pena que no pudieras probar el manual, porque el automático en este coche es que no tiene ningún sentido, y menos teniendo esa caja manual que es un 9,5 sobre 10.
@RafaSame,
Qué pregunta tan complicada… será un coche con muchos años, pero el S2000 sigue siendo un coche muy, muy especial, aunque también tiene sus defectillos…aunque tampoco se puede comprar nada mejor.
@Begargo,
Totalmente de acuerdo, todo lo que le «metas» a un coche en material aftermarket no lo vas a recuperar, incluso en según que sectores, hasta puede reducir el precio final del coche respecto a uno que esté de estricta serie.
@HJ,
Interesante punto de vista.
En lo de la diferencia de potencia entre ambos coches, reitero que no se trata de la potencia máxima, que apenas varía en 10 cv, si no en la curva de potencia, en la que el Abarth le saca mucha, mucha ventaja al Mazda. De hecho, en el artículo se indica que en tiempos por vuelta en circuito (donde vas siempre a altas vueltas) probablemente no haya una diferencia determinante, es en carretera donde el Abarth es mucho mejor coche.
Respecto a los 10.000 € de diferencia, nosotros vemos una justificación en piezas (ojo, que hay muchas cosas que cambian respecto al MX-5) y en exclusividad.
Las piezas se las puedes poner al Mazda, está claro, pero donde te equivocas es en que la exclusividad no se disfruta dentro de 20 años, cuando vendas el coche. La exclusividad se disfruta cada día conduciendo un coche especial, que además, dentro de 20 años valdrá más precisamente por ello. Obviamente este concepto no tiene el mismo valor para todo el mundo, lo que hace del Abarth un coche no apto/apropiado para todo el mundo, pero eso ya lo sabía Abarth antes de lanzarlo.
Por otro lado, los italianos son dados a sacar buenas ofertas de vez en cuando, con lo que esos 10.000 pueden ser unos cuantos menos en un momento dado.
En cuanto al sonido de escape, es cierto que en estático es tan sólo «alto», pero en marcha, personalmente, me parece que suena muy bien. No suena como un V12 atmosférico, claro.
Por supuesto, siempre queda la opción de comprar un MX-5 y dejarlo a tu gusto. Hay gente a la que «personalizar» le encanta (me incluyo entre ellos), pero cuidado, que a veces estos proyectos nunca están terminados del todo y acabas gastando más dinero que haber comprado bien una vez. Te lo dice alguien con un «project car» en el garaje que nunca está terminado, y no es una mala base un M3 e36.
Gracias a todos por los comentarios, un placer leeros.
Deivid Torrepower
11 de marzo de 2017 a las 20:17Geniales como siempre.
Los Italianos son mucho de «exclusividad» … para bien y para mal. Y gran parte de los 10.000 castañas que cuesta «de mas» uno de esto es para pagar dicha exclusividad.
Lo que no logro llegar a comprender es porqué no le han montado el motor de 1.750 y 240 cv que monta Alfa Romeo…. ¿quizás para no meterse en el terreno del 4C? es la única explicación que me entra… y no del todo.
Con motor delantero, no se me ocurre nada mejor que un 124 Abarth animado con este corazón que, para mas inri, supondría un torpedo a la línea de flotación del mito S2000. Estarían mas que justificados muchísimos de los euros de diferencia con los que quisieran inflar la exclusividad.
Saludos!
Marcos Martín
12 de marzo de 2017 a las 15:09Saludos a todos! Yo quisiera apuntar un detalle: si la versión enfocada a la competición ya monta el 1.7 no creo que hubiese sido tan difícil montar el motor que llevan otros modelos del consorcio Fiat. Supongo tendrá una motivación económica ya que el 1.4 debe estar amortizado de sobra, de otro modo no se entiende ya que habría sido un espaldarazo para diferenciarlo del Mazda y acercarlo a un segmento superior.
Por otro lado, el descapotable italiano ha triunfado y mucho aquí donde yo vivo. No es raro verlo circulando por las carreras, de la mano de empresas de alquiler y por la opinión que se desprende de quienes lo alquilan parece ser un producto muy bueno para disfrutar a diario.
Lasheras
12 de marzo de 2017 a las 20:38@Marcos Martín,
Está claro que tanto el MX-5 como el Fiat 124 es un gran coche de diario. Respecto al Abarth, si de mi dependiera no dudaría ni un minuto en sacarlo con el 1.7 de 240cv. Como bien ha indicado @Deivid Torrepower, sería un disparo directo a la línea de flotación del S2000, un coche muy valorado por el aficionado y sin legado ni competencia a día de hoy ¿Lo veremos en los próximos años? Ojalá que sí, aunque mis dudas tengo.
Saludos,
Sr.Kiwi
13 de marzo de 2017 a las 14:12Gran artículo, como siempre, pero según lo leía y veía los datos de ambos coches (tanto mx5 como 124), me acordaba de mi pequeño mr2 que tiene ya 12 años (OJO, 12 AÑOS) y no se queda muy detrás de ambos en prestaciones ni sensaciones…
¿Tan bueno fue en su época que a día de hoy los de su segmento no lo superan por mucho? o por el contrario, ¿tan poco han evolucionado estos coches? No se, teniendo mi coche (o un mx5 NB también vale) no me plantearía nunca uno de estos nuevos para ganar tan poco y pagar tanto… Sí son nuevos, tienen muchas pijichorradas, y mucha tecnología y electrónica, pero precisamente eso es lo que yo no quiero en un coche de disfrutar, esas cosas que como les de por fallar te va a dar quebraderos de cabeza… Yo quiero algo que funcione, que responda, que no tenga «perrengues electrónicos» que te dejen tirado (trabajo con autobuses y los Iveco son muy dados a esos «perrengues», que luego no les pasa nada, pero sin el ordenador no se los quitas…), sin controles de ningún tipo y que exija llevarlo correctamente como es el caso del motor central del mr2.
Lo cierto que a día de hoy, no veo sustituto de mi rana, no hay nada que ofrezca tanto por tan poco y sea tan agradecido, y para tener lo mismo pero más moderno y más caro, no tiene sentido.
Back to basics
13 de marzo de 2017 a las 17:20Personalmente no le veo mucho sentido al 124 Abarth. Lo encuentro excesivo, tanto a nivel de precio como de prestaciones (salvo que busquemos viajar a + 200 por autopista, que desde luego no parece que sea su hábitat natural). A nivel de mecánica/sensaciones, la adición del turbo le resta» chispa» a altas revoluciones y lo asemeja más a un GTI burgués que a un roadster puro. Recordemos que en su lanzamiento el MX5 tan sólo contaba con 115 cv, y a fecha de hoy continúa siendo la referencia. En una palabra: sobra tecnología y faltan sensaciones.
Unai
15 de marzo de 2017 a las 00:39Gran artículo! A mi también se me ha ocurrido compararlo con el S2000… Por cierto @Lasheras, cuáles son esos defectillos del Honda? Si no es por aquí, aunque sea cuéntamelo por favor por privado, gracias!
toni
20 de marzo de 2017 a las 02:37Interesante articulo, me a gustado tu web. Saludos
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31 de agosto de 2017 a las 12:16[…] sensaciones de verdad. Si esto ya sucede con roadsters asequibles como el Mazda MX-5 o el Abarth 124 Spider, trata de imaginar lo que supone vivirlo a los mandos de un coche como el que hoy tenemos […]
Kampa
7 de noviembre de 2017 a las 19:05Yo espero que el Abarth sea mejor que el 124 a secas, porque bonito es a rabiar pero tiene detalles que no me gustaron nada. El motor es malo, malo. Note lag y lo que mas me sorprendió siendo turbo, falto de par a bajas, a veces notaba como que se ahogaba. Tb la palanca de cambio vibraba de una manera exagerada, y del sistema de gps y camara trasera mejor ni hablar, parecían de hace una década. Dicho lo cual esas pegas serían para el coche perfecto, incluso con eso es un coche con encanto. Me encantaría probar un ND para comparar, por lo que vi solo me convence más que un NC por el diseño.
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Anónimo
27 de noviembre de 2020 a las 18:48Gran prueba sobre un gran coche.
En respuesta a Sr. Kiwi.
He tenido durante más de 10 años un mr2, pasando por varias modificaciones hasta terminar con un 2zz.
Coincido en que nada da tanto por tant poco. Pero con matices. Si curioseas en zepperfs el 124 de 140cv ya es más rápido que el mrs en circuito (ambos de serie) un abarth o un miata de 160cv serán sustancialmente más rápidos, por no hablar del nd 184cv. Aunque ninguno llevará el motor y la admisión detrás de la oreja.
Comento esto porque dice que no le ve sentido a comprar estos coches, cuando si nadie hubiera comprado mr2 nuevos en su día, hoy no se encontrarían en el mercado de 2ª mano. En mi opinión hay que celebrar que todavía se fabriquen coches para disfrutar conduciendo, sin tener que inventar amazon o dedicarse a la política.
Y volviendo al mr2, en los 10 años que lo tuve, jamás bajé al garaje y me entretuve mirándolo de feo que era. :D cosa que si me pasa con otros coches o motos.
Y ahora que me pica tener un roadster de nuevo, el abarth es una opción. Que no tendría si no existiera gente pasional que lo compró en su día.
Gracias por colgar la prueba.