Ferrari y Porsche. ¿Existe realmente rivalidad entre las marcas?

Ferrari no tiene miedo a sus competidores. Con un público más o menos fiel y en aumento, no se preocupa demasiado de ellos por el momento, ni siquiera por la llegada inminente al segmento de McLaren. Muchos clientes de Ferrari no se plantean comprar un Porsche, al revés pasa lo mismo. Sin embargo, sí existe una minoría que se debate entre una y otra marca, pero no tanta como para que el lanzamiento de un modelo haga el daño suficiente al rival.

Intentan evitarse en las competiciones deportivas hasta que no hay más remedio. Pero el caso es que estos últimos años han protagonizado increíbles rivalidades con sus coches de calle, concretamente si comparamos el V8 de motor central de Ferrari con el modelo Turbo del 911.

Repetimos de nuevo la pregunta: ¿existe realmente rivalidad entre Ferrari y Porsche? Nos vamos a mojar: NO. No nos engañemos, la gama baja de Ferrari compite en precio con la gama alta de Porsche. Un California con dos extras se pone en precios del 997 GT2, y estos modelos no son comparables ni por prestaciones ni por el sentido que busca el cliente en cada uno de ellos. Puede que la llegada del Panamera Turbo plantee dudas a un posible comprador del 612 Scaglietti, pero éste es el próximo modelo que Ferrari piensa cambiar y se espera un monstruo de cuidado.

Hay momentos en que la guerra parece que esté ahí, como cuando en agosto de este año Porsche anunció el lanzamiento del GT3 RS. A la semana siguiente Ferrari desveló el F458 y días después Porsche destapó el 911 Turbo 3.8 VTG. Puede ser una simple coincidencia, pero la evolución de los modelos en cuestión por parte de las dos marcas en los últimos años posse un denominador común que justifica a la perfección este artículo y es que hasta hace bien poco, los modelos Turbo de Porsche superaban en potencia a los V8 de motor central de Ferrari.

En 1974 Porsche lanzó el primer 911 Turbo con la carrocería 930 y empezaba la “guerra” entre las marcas. El 3.0 Turbo de Porsche rendía 260cV, prácticamente igual que los 255cV del 308 GTB; pero poco más tarde (1977) Porsche empezó a imponer su ley y mejoró su Turbo. Con el nuevo 3.3 ya consiguió llegar a los 300cV, cifra que no consiguió alcanzar Ferrari hasta 1989 (omitiremos el 288 GTO, por supuesto), esto es, doce años después. De aquella época, el único Ferrari que daba la talla es el buscadísimo 308 GTB de primera serie con carrocería de plástico reforzado, con un peso declarado de 1050 Kg. La verdadera batalla empezó a ser más interesante a partir de los años 90.

En 1990, con el lanzamiento del 911(964) 3.3 Turbo, Porsche continuó la saga a pesar de cancelarse un proyecto mayúsculo (el Porsche 965). Los 320cV los conseguía utilizando el mismo motor 3.3 del 930 Flachbau con las modificaciones necesarias para cumplir normas contaminantes. Eran los mismos que ofrecía el 348, pero fueron mejorados con la actualización del 3.6 Turbo de 360cV en 1993, una opción «asequible» para todos aquellos que no se pudieran permitir uno de los 3.3 Turbo S que sobrecogieron al mundo cuando a los ingenieros de Porsche se les ocurrió instalar un 3.3 Turbo potenciado en el chasis del magnífico 964 RS. Así de fuerte nació la saga Turbo S: 381cV y 1290 Kg.

En 1994, llegaba la siguiente generación de Ferrari con el F355, dando un gran paso adelante. Utilizando 2mm más de carrera, ganaban cerca de 100cc. Junto con la ayuda de las 5 válvulas por cilindro y el aumento de la relación de compresión (11:1), llegaban a los 380cV. La respuesta de Porsche no se hizo esperar y volvieron a lanzar un Turbo S (también sobre el 964), esta vez con el motor 3.6 pero con algunos kilos más que el anterior 3.3. En realidad, este lanzamiento supuso sólo un fin de serie para aprovechar unos cuantos chasis sobrantes que se encontraron olvidades en un almacén de la marca. Sólo un año después, llegaba el primer biturbo y tracción total en la carrocería 993, con 408cV. Por si no fuera poco, en 1997 Porsche aumentaba las diferencias y ofrecía la versión Turbo S con 450cV, dejando muy atrás a una Ferrari que no compensaba toda la diferencia con su primer cambio F1.

En 1999, nacía el 360 Modena, que fue una evolución perfeccionista del F355. Se añadieron de nuevo otros 2mm de carrera al motor que sirvieron para aumentar otros 100cc y 20cV. Lógicamente la notable ganancia en prestaciones no procedía sólo de esos tímidos 20cV, sino de la reducción de peso debida a la fabricación del chasis en aluminio (-55kg en total a pesar del aumento de tamaño) y de una relación de cambio cerrada hasta el límite. Como resumen, Ferrari decidió pulir o perfeccionar lo que daba como bueno (F355), reduciendo el peso y ganando ligeramente en potencia; mientras que Porsche siguió un camino más bruto: doble tracción (con lógicamente más peso) y doble número de turbos.

En el año 2000, Porsche lanzó su nuevo turbo con carrocería 996. Su primer water cooled ganaba tan sólo 12cV. Ello significó un acercamiento de Ferrari, sobre todo cuando en 2002 Ferrari se descolgó con un ultra deportivo 360 Challenge Stradale de 425cV y 1280 kg. En el momento en que Porsche quiso dar una respuesta seria al Ferrari aligerado, lanzó de nuevo (en 2004) un Turbo S de 450cV con frenos cerámicos, pero Ferrari tenía ya preparada un arma definitiva para la psicológica guerra de potencias: el F430.

A finales de ese mismo año (2004), Ferrari destapaba su F430. Un nuevo V8 con pistones de 92mm de diámetro y una carrera de 81mm traían consigo un aumento de cilindrada de casi 725cc respecto al 360. La ganancia en potencia era espectacular, y el par motor aumentaba un 25%. ¡En una sola generación se ganaban 20 Km/h! El paso del F360 al F430 fue enorme.

Para contrarrestar dicho “ataque”, a Porsche se le ocurrió la simpática idea de instalar turbos de geometría variable a un motor de gasolina. Así fue como en 2006 se dio luz verde a la comercialización del 997 Turbo, que llegó a la cifra de 480cV; pero por primera vez en el momento de su lanzamiento un nuevo Porsche 911 Turbo se quedaba por debajo de la potencia ofrecida por el V8 de motor central de Ferrari del momento. Los últimos moviemintos de Ferrari los tenemos más recientes: con 562,5cc de cilindrada unitaria, Ferrari acaba de lanzar el V8 más grande que jamás han hecho. Los 570cV están muy por encima de los 500cV que Porsche acaba de declarar para el 997 Turbo mkII, que cuenta con el nuevo motor 3.8 en el que se han centrado en mejorar tecnología de chasis y caja de cambios automática. Tecnología que se pagará aparte, todo sea dicho.

Me imagino que en toda esta historia alguien echará en falta la saga GT2. Por supuesto que tiene sentido, ya que incluso es más lógico comparar a un propulsión trasera contra otro propulsión trasera, pero quizás el objetivo del artículo no era nombrarlos. Para el que sí los eche en falta, le daremos una alternativa proponiendo la lectura de los dos especiales de la historia del GT2 que en su momento publicamos en 8000vueltas: Porsche 911 GT2: del circuito al concesionario y Porsche 911 GT2: el carácter en los genes.

Para los que anden faltos de memoria, aquí tenéis todos los Porsche con turbo que deberíamos recordar en esta batalla:

Para que todos podamos ver de forma gráfica cómo se ha librado esta batalla a lo largo de los años (y seguro que se librará en el futuro), presentamos este gráfico resumen de la guerra Ferrari V8 MR vs 911 Turbo:

Extra lap: Ferrari suele ser misteriosa con los precios de sus nuevos modelos, y más aún con el coste de los opcionales. Para el que quiera echar un vistazo, le puede ayudar esta hoja que alguien traspapeló.