El BMW M3 E30, un mito. El comienzo de una saga que dura hasta hoy y que empezó de un modo inmejorable. Uno de esos coches que han calado de verdad en nuestros corazones, como un Ford Sierra Cosworth, Mercedes 190 16v (por supuesto, el 2.5 16v Evo II) o un Delta Integrale. Son coches que toda una generación llevamos grabados a fuego en nuestras retinas. Los hemos visto y los hemos deseado.

¿Cuantos BMW M3 E30 has visto juntos? Si uno ya llama la atención en cualquier sitio y ver 3 o 4 juntos es espectacular, imaginad una treintena de ellos reunidos. Y, como en la variedad está el gusto, había múltiples variantes: 2.3, Cecotto, Evolution, Evolution II, Sport Evolution, un Gr. N…

La reunión era una convocatoria del Club M a la que estaban invitados todos los socios con un vehículo M, pero los E30 eran legión y, además, merecidos protagonistas de un evento dedicado a ellos.

Pero nuestro fin de semana comenzó mucho antes de llegar al Circuito de Los Arcos, ya que acudimos con nuestro propio M3 E30. El M3 E30 es un coche especial y un viaje con él también puede serlo. Pero si está aderezado para disfrutarlo en circuito, como es el caso, un viaje puede ser toda una odisea (y con odisea me refiero a tortura). A partir de 120 km/h hay que renunciar a la conversación con el pasajero, y es queestamos viajando a casi 4000 rpm; las modificaciones de este M3 E30 no están pensadas para viajar por autovía.

Afortunadamente cada vez hay más autovías por donde miles de desplazamientos diarios se hacen de manera más rápida, segura y… rectilínea.  Por eso, hacer una ruta de 400 km por carreteras nacionales se convierte en una experiencia parecida a estar perdido en un camino de cabras entre las montañas. No sé cuántos coches nos cruzamos pero no fueron muchos y no llegamos a adelantar ni a 20 coches en el trayecto. Un recorrido muy completo, con un pequeño tramo de autovía he de confesar, zonas amplias, zonas de curvas, algunas paella y -como colofón- un puerto de montaña casi olvidado.

¿Quién se va a rodar a un circuito por un camino así? La verdad es que, al llegar al circuito después de los kilómetros que llevábamos a nuestras espaldas, rodar o no rodar casi nos daba igual, el viaje ya había valido la pena. Pero antes de llegar al circuito había que hacer noche en el hotel que había previsto la organización. Si al llegar a un parking ves tantos M3 E30 juntos sin llegar a sonreir, no vas a entender el resto del artículo. Porque no vamos a hablar de coches, sino de sensaciones y, sobre todo, de un mito.

Aunque siguen siendo más rápidos que muchos coches deportivos actuales en prestaciones, se trata de un coche obsoleto. Su punto fuerte nunca ha sido la velocidad en línea recta, donde un M3 E30 ha marcado siempre la diferencia es en las curvas. En esta concentración quedaban muy pocos -o quizá ninguno- M3’s de estrica serie. El M3 ha estado compitiendo durante los últimos 25 años y quedan unidades de carrera en activo que aún son competitivas en algunos rallyes. La herencia de todos estos años de carreras y -por tanto- de evolución es una increíble cantidad de mejoras que cualquier M3 E30 puede «heredar». Los coches que allí estaban reunidos venían preparados para correr. Intuyo que muchos de los viajes que tuvieron que hacer hasta Los Arcos no fueron fáciles.

Frenos AP, motores 2.5 con diferentes grados de preparación, admisiones de carbono… como poco; pues estas modificaciones tenían cabida entre los coches que venían rodando. Un escalón por encima estaban los E30’s que llegaban a bordo de remolques, que también eran legión: slicks, jaulas integrales, etc. Cuando uno prepara su coche de este modo ha de tener las ideas muy claras porque no hay vuelta atrás -en modo figurado-. Meterte a rodar en circuito hasta las últimas consecuencias te priva de disfrutar del viaje como lo harías rodando en circuito en tu «artefacto». No obstante, todos los caminos llevan a Roma, ¿no? Todo sea por disfrutar de tu coche.

Pues bien, el parking del hotel está lleno de Ms de todo tipo; bueno, más bien M3s de todo tipo. Hay algún Z3M, algún M5, pero poco más. Los M3s E30 eran la gran mayoría, acompañados de algún E36, algún E92 y varios E46s, CSLs incluidos. Tras la cena, en lugar de subir a la habitación, paseamos por el parking y charlamos con más propietarios de E30s mientras vemos los coches que acudieron. Realmente es emocionante ver el estado en el que se encuentran algunas unidades, es algo impresionante.

[Vídeo de Josu Barrena]

Pronto es sábado por la mañana, volvamos al circuito. Hace un día de considerable calor. Todavía es temprano pero la temperatura ya supera los 25º, sin A/C va a ser un día duro para nosotros. Pero más duro va a ser para los coches, rodar con estas temperaturas no ayuda nada a las mecánicas. Los motores, los frenos, los neumáticos sufren más y es más fácil llegar al límite de los mismos. A ver cómo se desarrolla el día.

El Circuito de Los Arcos es un circuito moderno, con lo bueno y lo malo que eso implica. Dispone de unas fantásticas instalaciones y de un trazado seguro, con amplias escapatorias. Sin embargo, al trazado le falta un poco de emoción. Dicho trazado tiene dos partes muy diferenciadas. La primera mitad del circuito es sorprendentemente divertida: muy técnica y con curvas de múltiples radios; una zona muy conseguida y que requiere de mucha práctica para aprovecharla al 100%. Por el contrario, en la 2ª mitad parece que al diseñador del circuito se le haya acabado la inspiración: codo, codo, codo, codo y codo, poca variedad en esta segunda parte.

No todos los codos son iguales y hay una curva rápida antes de la última curva del circuito que requiere un poco de confianza. Nada que ver con la primera curva del circuito: rasante ciega a fondo, a casi 200km/h si llevamos un coche pontente, ¡buen comienzo! Pero, como digo, se va desinflando la calidad del trazado. Lo peor de la 2ª mitad del trazado no son las curvas sino lo plano que resulta, sin pendiente alguna. También me sorprendió que parte del trazado estuviera bastante bacheada, a pesar de ser nuevo.

Sin embargo, si tengo que dar una valoración global del circuito, el conjunto es muy bueno. Incluso el trazado, aunque podría ser mejor, es muy divertido, seguro y requiere técnica y un poco de fe para ir rápido. No es fácil ir rápido y con la sensación de tenerlo todo «bajo control». Yo le pondría algo más de pendiente, pero nadie nos preguntó cuando lo diseñaron.

Total, que con trazado más o menos glorioso, ahí vamos. El calor iba en aumento, rodar así iba a ser duro pero habíamos venido dispuestos a sudar.

Nos toca en el 2º grupo de los 4 existentes, por lo que podíamos estar un rato apoyados en el muro, mirando a estas preciosidades con alerón surcar la recta. Los que se mantenían más originales resultaban incluso discretos, porque había algunos que al pasar por la recta a fondo, cambiando a 7.800 vueltas -si no más- te dejaban sin respiración. A veces no sé cómo puede salir tanto sonido de estos motores.

Los que conozcáis un poco el modelo sabréis que la principal fuente de sonido de estos coches es la admisión, y no el escape. Y os puedo asegurar que pocas admisiones de serie había instaladas en los E30, aquello era un festival de fibra de carbono. Hasta donde yo sé -como diría Eddie Jordan– tenemos disponibles tres tamaños de admisión de carbono para el BMW M3 E30. No sé cómo se llaman, pero supongo que será algo así como: admisión de carbono, admisión de carbono + y rugidos del averno. Por supuesto, ya os imagináis cuál es nuestra opción preferida.

Esta es tamaño maxi, para M3 de 6 cilindros

Gracias a ajustes como esto de la admisión y las infinitas variedades de escapes artesanales que campaban a sus anchas por el paddock pudimos disfrutar de una gran variedad de sinfonías. Es asombroso tanto ruido de un motor de 4 cilindros, es increíble. Los 6 en línea son más refinados y con un sonido más agudo pero estos «pequeños» 4L son capaces de provocar un estruendo que pocos motores son capaces de conseguir. Después están los M3s V8 y de ahi para arriba, pero eso ya es otra liga (y aún así hay muchos que no suenan así).

Nos tocó nuestro turno, al fin, y nos pusimos al final del pit lane, esperando a que el semáforo se pusiera en verde. Estos momentos son siempre de una grandísima tensión. Habíamos llegado los primeros y tendríamos la pista entera para nosotros.

Arrancamos, la primera vuelta la vamos a hacer a medio gas para poner todo en temperatura. Llevábamos una completa y detallada guía del circuito que nos ha hecho Lasheras para la ocasión. Próximamente tendréis acceso a esa información, pero de momento permanecerá clasificada. Con la información que nos había preparado y un par de vídeos con los que nos había hecho un tutorial la noche anterior nos plantamos en la 2ª vuelta al circuito encarando la primera curva, ciega a fondo, con el pedal hundido en el suelo. Primera frenada, muy intensa, con el coche apoyado. Es más, la 2ª curva se pasa frenando, en apoyo, para encarar la 3ª. La siguiente curva sinificativa es la parabólica a izquierdas, otra curva que requiere técnica y haberla pasado varias veces para limar esas décimas

Después llega la parte menos creativa del circuito: ahí se trata de hacer bien los deberes. Frenar en el sitio, girar en el sitio y acelerar en el momento adecuado. Pero ya está, no pide más. Cuando vas a acabar la vuelta, aún quedan una curva a izquierdas a fondo y un codo a derechas con el interior más bacheado, lo que obliga a tomarla muy abierto y arriesgándote a acabar con un trozo de coche fuera de la pista cuando necesitamos más tracción. En pocas vueltas habíamos cogido un buen ritmo, aunque hacía un calor muy intenso y nos tomábamos algunas vueltas tranquilas para no pasarnos de temperatura.

Fuente del vídeo: Club-M

Tras toda la mañana en pista (3 grupos de coches de calle y un grupo de coches de carreras,  con tres tandas por grupo), nos fuimos a comer y recuperar fuerzas ya que aún nos esperaban muchas actividades a lo largo del día.

Por la tarde, gracias a BMW España, tuvimos la posibilidad de disfrutar de gran parte de la gama ///M con pilotos de excepción; entre ellos, Javi Villa, que nos dio unas estupendas vueltas en un M3 E92 DKG. Daba gusto verlo con el coche totalmente desmadrado y cruzado mientras en el interior todo parecía ocurrir a cámara lenta. El volante apenas se movía y no había brusquedades a bordo. Se notan las manos y la experiencia, me voy a tener que comprar unas para meterme en circuito…

Por la noche, reunión del Club M, cena y entrega de regalos a figuras representativas del M3, como David Abad (socio del Club y asiduo a las actividades del mismo), Antonio Albacete, José Ruiz Thiery, Jose Mª Ponce y otros ilustres invitados.

En fin, todo un lujo de día. Desgraciadamente, aún falta mucho tiempo para 30º aniversario del M3 y tendremos que buscar alguna otra excusa para volver a juntarnos con todos estos «hierros».

El resto de las fotos del evento en nuestro Flickr: