- Carlos, ¿quieres probar tú el nuevo A45 S AMG? Nos lo acaba de confirmar el Departamento de Prensa de Mercedes-Benz.
- ¡Claro! ¿Cuándo lo recojo?
Así, sin pensármelo 2 veces accedí a probar el que, a la postre, sería el coche más completo que he probado en mi vida. Pero ¿qué es un Mercedes-AMG A 45 S 4MATIC+? Con otras siglas podríamos estar habituados a que resonasen sus características en nuestra mente, como por ejemplo con un Golf GTI, un BMW M3 o un Porsche 911 Turbo.
Sin embargo, el coche ante el que nos encontramos, apenas tiene legado deportivo. El clase A (versión W168) nace en 1997 en forma de elevado compacto familiar. Su sucesor (W169), muy similar en todas sus formas, toma las riendas en 2004. Pero no es hasta 2013 (versión W176) cuando vemos una mutación real en sus proporciones y concepto del mismo; se pasa de la «furgonetilla» que todos tenemos en nuestra cabeza a un competidor real del Serie 1 de BMW o del A3 de Audi, las referencias del mercado en su segmento.
La versión actual (W177), la cuarta y última por el momento, refina y pule todos los aspectos del W176 sin grandes aspavientos o cambios radicales. La excepción, por supuesto, es el ejemplar aderezado con las siglas AMG. Agarraos porque vienen curvas.
Cuando hablamos de “turbo-compactos”, “mata-gigantes” o cualquier otro calificativo para coches «pequeños» (no tan pequeños ya) pero potentes, nos suelen venir dos nombres a la cabeza por ser los estándares en su género: BMW M2 y Audi RS3. Pero ¿dónde queda el A 45 S AMG? Quizás por la falta de un linaje claro, como indicábamos anteriormente, o porque el marketing «deportivo» – Nürburgring mediante – con este modelo no ha calado tanto como con las otras dos marcas alemanas, el AMG es el gran olvidado por los aficionados, ¿pero lo es justa o injustamente?
Que AMG tiene una de las historias más célebres en el mundo de la competición y de los deportivos de altos vuelos no debería sonarte a novedad, pero antes de continuar, permíteme recordarte brevemente un par de criaturas mitológicas relacionadas con el Clase A de Mercedes-Benz; unas rara avis con 253 y 354 cv en los A38 AMG y A32 K AMG respectivamente.
El A38 fue el primero de los dos y, sorpresa sorpresa, montaba 2 motores, uno en la parte frontal y otro en el maletero, así como otros detalles curiosos como los frenos del E55 AMG. El resultado eran 253 cv y la falta de rueda de repuesto (sick, como dirían los ingleses). Dicen que una de las dos unidades producidas fue a parar a Mika Häkkinen; lógicamente, nunca entró en producción.
Casi más loco es el segundo de nuestros protagonistas. El A32 K AMG montaba un V6 3.2 de 354 cv (del SLK 32 AMG) situado en la parte delantera pero asociado a una tracción trasera. AMG, ayudado de HWA, crearon un monstruo a partir de un utilitario diseñado, de verdad, para ir a hacer la compra y llevar los niños al cole. ¡Qué tiempos aquellos…!
Volviendo a nuestro protagonista, su único antecesor “real” fue el A 45 AMG (W176) que, antes y después de su restyling o facelift (como se denomina la actualización de un modelo a mitad de su ciclo de vida), entregaba 360 y 381 cv respectivamente.
Fue un coche alabado por su radical salto en prestaciones respecto a las generaciones anteriores (por fin había un compacto deportivo en la firma de la estrella) pero por alguna razón menos valorado por los aficionados que sus rivales M2 y RS3. Se podía decir que era un coche muy rápido, pero no un buen deportivo.
Con el nuevo A 45 S AMG, entrando en el configurador de Mercedes, podemos hacernos una idea de la magnitud numérica en todas sus dimensiones: 78.175€ de precio base, 421 cv a 6750 rpm, corte de inyección a 7200 vueltas, 0-200 Km/h en 14,5 segundos, velocidad máxima limitada a 270 km/h… Nuestra unidad en concreto venía cargada de extras (llantas forjadas de 19″, asientos AMG Performance, paquete aerodinámico, asistentes a la conducción varios, AMG Ride Control, Head Up Display…) con lo que la factura final de nuestra unidad se acercaba peligrosamente a los 98.000 €.
Actualmente no se puede configurar en España ni el BMW M2, que aún se puede comprar en su versión Competition y CS, ni el Audi RS3, pues ambos modelos esperan reemplazo próximamente. El nuevo RS3 será presentado en septiembre de este año, mientras que el M2 espera sustituto sobre la nueva plataforma del serie 2 en 2022, lo que convierte al Mercedes-AMG en el rey de una categoría donde de momento disfruta de una pacífica soledad, lo que no quiere decir que no sea merecida.
La receta del A 45 S AMG marca claramente las intenciones deportivas de los de Stuttgart: 4,4 m de longitud (ya no es tan «compacto»), solo 2,7 m entre ejes, 4 cilindros en línea, turbo, 421 cv y tracción total con un diferencial trasero de deslizamiento limitado. Para parar los no precisamente escasos 1.560 kg (en vacío) recurre a discos de 360 mm y pinzas de 6 pistones delante. Solo con estos datos ya podemos aventurar que el A 45 S va a ser un coche muy rápido.
Como referencia, el compacto alemán acelera de 0-100 Km/h en 3,9 segundos y para el crono en 7:48 en el Ring, «metiéndole» 16 segundos a su predecesor y 4 segundos al M2 Competition, que sería el equivalente en precio (desde 75.500 €) y potencia (410 cv).
No hay tiempo oficial del RS3, pero el TT RS – al que se le presupone más rápido que al RS3 – para el crono en 7:48, lo cual parece indicar que el Mercedes es el más rápido de los tres compactos y que la corona que luce es por méritos propios… Claro que aquí estamos dejando fuera de juego al M2 CS, que parte de un precio 30.000€ superior.
Tras ver de un plumazo sus características sobre el papel, tocaba recogida del coche en el garaje de las instalaciones de Mercedes, lugar, como de costumbre, aderezado con una luz tenue, blanquecina, perfecta para un coche de estas características visuales: pintura mate oscura, detalles en negro brillante y luces de bienvenida con un aura entre mística y deportiva.
El gris mate junto a las llantas negras no serían mi combinación elegida pero, desde luego, si se trata de llamar la atención de la gente a través de sus musculosas líneas, es la opción correcta. El alerón trasero peca un poco de macarrismo barroco (aunque en armonía con la configuración elegida) y por su tacto y consistencia blanda no parece que otorgue mucha carga aerodinámica, pero, por supuesto, puede ser una simple impresión mía.
Punto negativo para las 4 salidas de escape, que son tan solo embellecedores. ¿Por qué no, ya que tenemos bajo nuestro pie derecho el 4 cilindros de producción más potente del mundo con 210 cv/l (detallada información técnica aquí), podemos disfrutar de unos escapes de verdad? Es una moda – que aplican más fabricantes – que ni entiendo ni comparto.
Una vez dentro, la sensación de estar ante algo especial (y caro) sigue embargándote. Antes de sentarte, el logo iluminado de AMG en los pasos de puerta te advierte: ojo, territorio comanche. Te sientas, y los asientos AMG Performance (“semi bacquets” diría yo) no hacen demasiadas concesiones a la comodidad, pero eso es justo lo que venías buscando; recordatorios continuos de que esto no es otro compacto de 5 puertas deportivo, esto va más allá.
El volante es excelso, tanto en dimensiones como en tacto. Y al acariciar la piel vuelta, entiendes de qué estarán recubiertos los pomos de la puerta que da acceso al Olimpo. Quizás los múltiples botones del volante le recorten algo del aspecto racing, pero lo compensan con un selector de modos de conducción, tipo manettino de Ferrari, con una mini pantalla dentro del selector que consigue excitarte al seleccionar el modo Race.
La consola central ha sido rediseñada, ahora con una gigante pantalla desde la que ver la información y menús, que, aunque aporta un plus en cuanto a legibilidad, estéticamente no termina de convencer. Otro detalle es que me siguen resultando poco intuitivas las opciones de navegación o de selección de opciones. Conclusión, hora de ponerse a circular.
Lo primero que me llama la atención nada más salir de las instalaciones de Mercedes es lo duro que va el coche. Madre mía, se me va a saltar una muela con el traqueteo al pasar por simples juntas de dilatación. Toqueteo y consigo ponerlo en modo Confort, con las suspensiones lo más suaves y, el motor, lo más vago posible.
Esto es una de las cosas que más me gustan de los coches modernos: cambiar el comportamiento de un coche mediante un botón. Al alcance de tu mano tienes el poder ir de paseo con la familia o el de ir a cuchillo por Nürburgring, tú decides; se acabó el no poder sacar de paseo el deportivo por la hernia discal. En modo confort ni siquiera oímos el sonido del escape.
Una vez recogimos a nuestro fotógrafo, tocaba dirigirnos hacia la sierra madrileña, lugar de peregrinación habitual para este tipo de sesiones fotográficas. Ya por el camino voy disfrutando del aire y los rayos solares colándose a través del amplísimo techo panorámico.
Cual mago, el Mercedes va desplegando numerosos trucos que ayudan a la conducción (control de cambio de carril, avisador de ángulo muerto y decenas de sistemas tecnológicos), aunque tanto automatismo y control puede llegar a ser un poco abrumador.
La caja de cambios (AMG Speedshift DCT 8G) de doble embrague funciona a las mil maravillas, sube y baja con una naturalidad pasmosa, especialmente cuando vas escalando por la aguja del tacómetro. La única pega que podría ponerle es que, de las 8 marchas, te sobran 2 en todas las situaciones excepto si quieres hacerte el Madrid-Almería con un depósito, cosa que nunca vas a poder lograr. La velocidad máxima se consigue en 6ª velocidad, donde en las pruebas de homologación y sin limitador, conseguía superar los 290 Km/h.
Para que os hagáis una idea, el escaso depósito de 51 litros a rebosar no te alcanza para hacer ni 380 km según el propio coche. Según mis avanzados cálculos, eso son más de 13 l/100 km, bastante alejado de los 9 l/100 km oficiales, pero bueno, ya sabemos todos cómo funcionan los ciclos de homologación de consumo, y quien pueda comprar este coche no debería tener que preocuparse por eso.
¡Que me despisto! Volvamos al coche, concentrémonos en lo importante en 8000vueltas, el placer de conducir.
Me salto el modo Sport y paso a Sport+ ya que el Race (el último) aún me infunde respeto. Esto es otro cantar, ya en parado el coche suena un poco más bronco, lo suficiente como para que la alcántara empiece a absorber el sudor de tus manos. Los colores y la configuración de las pantallas cambian y todo se vuelve más afilado, desde la respuesta del acelerador hasta la dirección que, aun siendo suave y ligera, se siente algo más puntiaguda.
Ahora sí, el coche estira las marchas hasta el corte tanto en subida como en bajada, es decir, si ve que “cabe” una menos mientras estás frenando, lo hará. El coche corre mucho, demasiado para carretera abierta, y devora las rectas una tras otra con tal ferocidad que no me da tiempo a preparar mis manos para la siguiente horquilla, con lo que me veo cruzando los brazos como un auténtico novato.
Por otro lado, no es solo lo que corre, si no también cómo corre: tanto la potencia máxima como los 500 Nm de par máximo están muy arriba en la escala de revoluciones, con lo cual el empuje aumenta y aumenta a medida que el motor sube de vueltas incrementando así la sensación de que vamos en un auténtico misil balístico. Alguien dijo que los Mercedes eran aburridos; desde luego no será este.
La dureza de la suspensión unida a unos «pegajosos» MICHELIN Pilot Sport 4S hacen que las fuerzas G que noto en todas las direcciones sean de lo más elevadas que recuerdo en un coche de calle. Al volante lo único que puedes pensar es si de verdad hay algún coche capaz de hacerle frente en una subida de montaña. Lo dudo MUCHO. Un coche de propulsión sería barrido de la competición en la primera horquilla y entre los 4×4 actuales no se me ocurre nada con 5 plazas que sea la mitad de rápido en este rango de precios.
Toca echarle agallas, así que nos asomamos cuidadosamente al modo Race: la respuesta del coche llevada al límite, con unos cambios de marcha que parecen latigazos de Clint Eastwood. Aceleras y te plantas en la entrada de la curva a velocidades no mencionables si no quieres tener líos, frenas y te clavas cual dibujo animado en el sitio mientras tu cuerpo entero se desplaza hacia el volante (cualquier pasajero en esta situación te pide bajarse en la cuneta).
En este punto he de decir que el coche, aunque exigente, es capaz de concederte un respiro gracias a su comportamiento neutro en casi cualquier situación. Su tracción total ayudada de un sublime reparto del par a través de su diferencial puede ofrecerte un descanso en pleno fervor de la batalla. Te da la sensación de que hay veces que las ruedas de detrás son las que empujan, pero otras es al revés, aunque, de modo general, no es una sensación que analices o percibas mientras enlazas curvas.
Puedes llegar al límite del coche relativamente rápido pero una vez ahí sabes que ese límite no está representado por un punto en una gráfica, sino que es más bien un área en el que puedes disfrutar con el coche sin miedo a un violento descuelgue de la trasera o a una barrida frontal sin paliativos.
En carretera abierta ir más allá es una temeridad y honestamente – no lo pensaba antes de empezar la prueba – me he quedado con ganas de probar el coche en circuito, el lugar en el que tus instintos naturales se funden con la inteligencia artificial del A 45 S para poder arañarle segundos al crono y dibujar una curva cóncava en tus labios sin miedo a arrancar decámetros de guardarrail.
Probamos por último 3 gadgets que ofrece el coche: una especie de arranque del motor más sonoro de lo habitual (propio del que aparca en la puerta de un local para que le miren); el Launch Control que, aunque súper efectivo, no lo usaría jamás en mi coche (muy violento para la transmisión); y, por último, el Drift Mode.
Este último es interesante ya que, como su nombre indica, te permite derrapar. Sin embargo, no es apto para probarlo en una carretera abierta, aunque efectivamente mandamos los 421 cv al eje trasero, permitiéndonos conducir como si se tratara de un coche de propulsión. Se agradece, pero tampoco creemos que lo fuéramos a usar más allá de algún día en mojado a baja velocidad por el mero hecho de disfrutar haciendo algo de manos.
Toca volver a casa llaneando en octava marcha mientras mi cerebro se martillea con la pregunta final que os estará asaltando a vosotros. ¿Es el A 45 S AMG mejor que el M2 Competition (siento no poder compararlo con el RS3, aunque sí hemos probado el TT RS con el mismo motor y sistema de tracción AQUÍ)?
Te voy a ser sincero: declarar aquí un vencedor y un vencido me parecería tremendamente injusto, porque la realidad es que son coches DIFERENTES. Recalco esta palabra porque es un término proscrito en el buenista y políticamente correcto mundo en que vivimos. No pretendemos ocultar la realidad ni hablar de favoritismos personales.
Si hablamos de la estética, un M2 está más cerca de un deportivo biplaza que de un compacto, representado en su máxima expresión por el A 45 S AMG. Personalmente nos parece más bonito el M2.
Sobre el interior, al M2 le pesan ya los años y no tiene nada que hacer ante la tecnología y ayudas a la conducción del Mercedes. A la velocidad a la que avanza la tecnica, parecen coches de épocas distintas.
Y, por último, dinámicamente el BMW M2 en su versión Competition es más «tradicional» (se puede escoger cambio manual) y quizá más divertido a baja velocidad por lo de ir «de lado», aunque recuerdo – y así lo hicimos saber en la prueba – que el balance del chasis era un compromiso no del todo logrado debido a la falta de ajuste posible en las suspensiones (no son adaptativas, en el AMG sí, pero con sobrecoste de 1500 €). En ciudad echabas de menos más suavidad y en conducción deportiva más dureza y control de la carrocería en los cambios de apoyo.
Mientras, el Mercedes te permite danzar entre los límites de la física como Julie Andrews lo hacía grácilmente entre los prados del Tirol austriaco, convertir el mismo coche en un utilitario cómodo o en un deportivo radical solo pulsando un botón y llevarte de A a B sin duda más rápido que el bávaro, y todo por una factura final similar y con mejor habitabilidad.
Habría que elegir entre el purismo antiguo del BMW y la tecnología, eficacia y precisión del AMG, no sin olvidar que el Mercedes es un coche más moderno y completo.
El AMG A 45S es un rey coronado por méritos propios.
Fotografías realizadas por Francisco Carvajal, disponibles en nuestro Flickr.
Extra Lap
La vuelta completa a Nürburgring Nordschleife:
Extra Lap 2
Una explicación (en inglés) de como se hace el motor de producción en masa con mayor potencia específica del mundo y que equipa este A 45 S AMG.
PanchoSalas
28 de abril de 2021 a las 16:52Que tremenda prueba has hecho!! La breve historia de los clase A la encontré de lujo. La capacidad que tienes de transmitir pasión, velocidad y dinamismo en las palabras es única.
El A45 S y los compactos HotHatch en general, son autos que no terminan de gustarme. Sobre todo por el puesto de conducción y la distribución de pesos. En las pruebas que haces, sientes diferencias notables (dinámicas y de puesto de conducción) entre uno de estos y deportivo clásico a secas biplaza, motor central, trasera y manual?
Los HotHatch quizás vendran a reemplazar a los deportivos clásicos como los SUV vinieron a reemplazar a los familiares SportWagon. Quiero pensar que ese motor montado por delante del eje delantero, su tracción integral y pese al elevado peso y puesto de conducción de «furgoneta» se verán enmascarados por ese fabuloso motor. El 4 cilindros más potente del mercado.
Pese a ello, ¡que sigan saliendo más autos pasionales!
Saludos!
Sergio Gil
28 de abril de 2021 a las 18:13Bonita forma de contar tu experiencia ante tal máquina.
Tus impresiones al volante me han recordado mucho a las que yo tengo al conducir mi RS4 B9 salvando los 200kg de peso, y es que como dices, puedes bailar con los límites de la física sin caerte. Estos coches lo permiten todo y te permiten hacer casi el 100% de las cosas bien.
Y por eso sigo diciendo que acaban siendo peligrosos, mucho, cuando te dan la mano y les coges el brazo. Las velocidades que se alcanzan en cualquier punto de una carretera son totalmente desmesuradas y como frenan bien y se agarran mejor, vamos como los toros, de cabeza.
Para estar a la altura de un aparato de esta clase sólo puedes tener un aparato a la altura de esa clase. No vale un M2, porque no va ni de lejos tan rápido como esto fuera de un circuito, quizá un CS por aquello de la diferencia de potencia y peso.. solo se nos ocurre el RS3, y ya no se vende. Cualquier otro compacto está fuera de su órbita y tendríamos que acudir al entorno de los deportivos con motor central trasero y alrededor de 400cv para ir tan rápido, y habría que verlo.
Preciosa prueba y la próxima en el circuito.
Rubén A.L.
28 de abril de 2021 a las 20:35Espectacular reportaje y preciosas fotografías.
Entre este gran texto y el video de un tal “Guille” de youtube, creo que podría presentarme a un examen sobre el A45 s AMG y sacar un 10! Jajaja
Gran artículo.
nachetetm
28 de abril de 2021 a las 22:05Impresionante prueba de un coche sorprendente y acojonante a partes iguales.
Leyendo y viendo lo que se comenta del AMG, a mí me parece un GTR adaptado a los años 20 de este siglo. Un coche con prestaciones de superdeportivo de hace pocos años, pero mucho más eficaz y seguro que ellos. Y todo ello, permitiendo llevar a los niños, al perro, los esquíes, la compra, etc… el coche que se compraría el propietario de un AMG GT para cuando quiere hacer las funciones habituales de un coche sin tener que conducir un SUV, con su peso e inercias extra.
Mi corazón me dice M2, pero si lo comprara nuevo, la cabeza me diría AMG (al que complementaría con un descapotable biplaza en el garaje :D)
Pedro
29 de abril de 2021 a las 07:40Espectacular artículo y fantásticas fotos. Menuda forma de escribir. Datos, historia, sensaciones. Vuestros artículos nos hacen estar dentro del coche probándolo con vosotros. Enhorabuena y gracias.
Lasheras
29 de abril de 2021 a las 11:40Fantástica prueba de un coche extremadamente interesante por concepto y prestaciones. Me atrevería a decir que ahora mismo es como el 911 Turbo de los ultra compactos (categoría que me invento porque estos coches juegan en una liga superior al de un compacto deportivo al uso).
He tenido ocasión de hacer muchos Kms como pasajero en un A35 AMG (w177) y tengo que decir que es un COCHAZO para viajar por carretera a ritmo ligero y sin que los consumos se disparen. No hace consumos de Diesel pero casi, con lo que a día de hoy creo que usar estos coches para moverse de forma habitual es mucho más razonable que hace unos años, cuando los coches de gasolina potentes podían dejarte medias de 15 litros casi con mirarlos.
Xavih
29 de abril de 2021 a las 19:37Todo un puñetazo en la mesa de los de los de Stuttgart con este «Hyper-Compacto» , a la espera de que sus rivales muevan ficha, sobre todo el nuevo RS3 que parece el patrón que los de la estrella han seguido, pero en su favor han sabido personalizarlo con un toque propio mas macarra tanto en estética como en la opción drift mode.
Tan solo le pondria un pero! y ese es si fuera de un circuito se pueden justificar y aprovechar ese desembolso de casi cien mil euros, teniendo propuestas compactas a partir de 40.000€ y en torno a los 300 cvs como el Focus ST, el Megane RS, Honda Civic Type-R, Leon Cupra…etc.
Por cierto me han flipado las versiones AMG del Clase A original!
Un saludo.
Roberto Merino
30 de abril de 2021 a las 07:57Honestamente no pensé que este coche fuera a levantar algo de interés en mí, pero tengo que reconocer que tras leer la prueba me deja la sensación de que estamos ante un coche realmente especial.
La única pega que le pongo al artículo es la comparación con el M2, porque si bien por precio y prestaciones son coches similares, por concepto no. El M2 es un coupé y el AMG un compacto, por lo que el verdadero rival podemos decir que sería el RS3 o un supuesto serie M1 que no existe, y que seguramente seguiría la misma fórmula de tracción a las 4 ruedas que los otros dos.
En cualquier caso, impecable prueba, como nos tenéis acostumbrados.
Por cierto, este año os estáis saliendo con las pruebas de coches, ¡seguid así!
Jose Luis
30 de abril de 2021 a las 10:20enhorabuena y gracias por el articulo, como siempre al pie del cañón! Yo he podido probar bien el coche hace unos meses y tenía mal recuerdo del anterior A45, para mi el salto que pega en dinámica y habitabilidad es importante con esta nueva generación.
Dinamicamente es un coche mucho mas completo y sobre todo complejo, que hace que pueda tener esa barbarie de potencia y conseguir devolverla en la carretera. El precio (y eso que hablar de dinero está feo) es una obscenidad se mire por donde se mire
Si que cabe reseñar que igual que otras marcas parece que no avanzan, en este caso el salto dinámico que ha dado Mercedes y mas las variantes AMG es impresionante!
PD: Madre mía que atracón de pruebas! Os estáis poniendo finos….
Deivid Torrepower
2 de mayo de 2021 a las 21:08Hace años Mercedes se anunciaba con un «algo está pasando en Mercedes». Eran una serie de anuncios en los que no aparecía ningún coche en concreto (al menos de manera directa en pantalla) y si tenían en común ser un corto en clave de fresco y sano humor y estar PROTAGONIZADOS POR GENTE JOVEN. Esto último, que a día de hoy suena muy raro resaltarlo porque suena a obviedad que el público joven compra Mercedes, hace sólo diez años no era tan de cajón.
Lo que pretendo resaltar mediante esta reseña es el formidable trabajo de Mercedes por estar al pie del cañón, por ser un referente absoluto, por ser una marca que «mola» a todo el mundo. Con la anterior generación del Clase A ya consiguió posicionarse, y sólo otra generación mas le ha valido para, literalmente, quedarse solos.
Fantástica entrada, me ha encantado disfrutar de este pepinaco. Mil gracias!
Pit AMG
3 de mayo de 2021 a las 11:31Como propietario de un AMG (y he tenido ya unos cuantos a lo largo de los años), no puedo más que constar el brutal cambio de dirección que la marca ha dado, y todo en un tiempo récord.
Recuerdo que mi C32 AMG era un coche potente, lujoso, pero claramente más enfocado a viajar rápido y cómodo que a entrar en circuito o a irse de tramo con él, donde la caja automática no ponía mucho de su parte. El siguiente, un C63 de 2009, estaba a años luz en todo, y aún hoy en día me parece una compra fantástica para quien busque un coche para todo en ese presupuesto.
Pero mi actual W205, aunque ya tiene unos años (2016) y tampoco supuso un salto tan grande en cuanto a comportamiento y prestaciones, es simplemente un coche para todo. Circuito, viajar, tramo, fin de semana…desde luego no encuentro en el mercado nada que cumpla tan bien con lo que le pidas.
Fantástica prueba, como siempre.
Mileston
4 de mayo de 2021 a las 16:34Desde luego el coche es un auténtico misil, y personalmente me gusta más que el RS3 y que el M2 (este último lo tengo tan visto que me aburre…), lo que pasa que seguimos moviéndonos en cifras que realmente no comprendo. Para mi, la opción real es A35, pero por otro lado, por 300 cv veo alternativas que me convencen más. Puede que no tan refinadas desde el punto de vista del día a día, pero igualmente divertidas en carretera y con precios más asequibles, porque 100.000 € en un Clase A, por mucho dinero que tengas, escuece un poco.
En cuanto a la prueba y las fotos, como siempre de 10. Seguid así!
Lazaro
6 de mayo de 2021 a las 16:06Siempre fui de S y RS 3, quizá porque tengo un A3 y mirar a sus hermanos fuertes es algo inevitable, pero reconozco que desde que salió esta versión del clase A… eso sí, lo tendría en un azul oscuro que tiene Mercedes que me ha parecido un color de 10, con detalles en amarillo.
Gran artículo!
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